La Unión Europea cambia su estrategia de vacunación contra la Covid-19. La primera consecuencia es que AstraZeneca va a dejar de ser proveedor de inyectables para los Estados miembros. Así se lo ha comunicado el comisario de Mercado Interior, Thierry Breton, a la farmacéutica, cuyo contrato expiraba en junio y debía ser renovado.
La Comisión Europea cree que la compañía anglosueca no es "confiable" en sus compromisos de suministro de vacunas, como demuestran los continuos retrasos en las entregas de las dosis comprometidas en el primer semestre del año.
AstraZeneca, en un primer momento, se comprometió a entregar 300 millones de dosis hasta finales de año, de los que 180 millones debían llegar en el primer trimestre.
En realidad sólo ha sido capaz de proporcionar algo más de 70 millones de dosis, algo que ha colmado la paciencia de la Comisión. Existen sospechas fundadas de que no ha hecho los esfuerzos comprometidos por abastecer a la Unión Europea primando al mercado inglés y otros pedidos internacionales que pagaban más caras las vacunas.
Demanda por incumplimiento
Tanto es así que la Comisión Europea ha abierto ya acciones legales contra AstraZeneca por incumplimiento de contrato.
Con AstraZeneca fuera de servicio, Bruselas quiere que Pfizer-Biontech se convierta en el principal proveedor de vacunas para la Unión Europea. Tal como ha contado EL ESPAÑOL, la Comisión ha firmado un acuerdo con la multinacional para adquirir hasta 1.800 millones de dosis entre 2021 y 2023.
Con este contrato gigante, Bruselas pretende prepararse para la evolución futura de la pandemia y evitar los problemas de escasez de dosis que han marcado la fase inicial de vacunación en la zona euro. Las nuevas vacunas tienen un cuádruple objetivo. En primer lugar, servir de refuerzo anual a las dosis iniciales si ello se revela necesario, como ocurre por ejemplo en el caso de la gripe.
La segunda meta es fabricar antídotos adaptados a variantes del virus que escapen a las vacunas originales. La UE quiere además inmunizar con Pfizer también a adolescentes y niños. De hecho, la compañía ya ha pedido autorización a la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) para usarse en estos grupos de edad.
Ayuda a otros países
Finalmente, los Estados miembros podrán aprovechar las vacunas que les sobren para donarlas o revenderlas a precios bajos a los países más pobres, según ha dicho Von der Leyen. Una iniciativa que ha cobrado máxima actualidad como alternativa a la liberación de patentes que defiende la Casa Blanca de Joe Biden y que la UE rechaza a corto plazo.