Actualmente, en España hay 870.000 personas dependientes viviendo en su hogar sin atención de teleasistencia. Ampliar este servicio a esta población supondría un coste adicional de 200 millones de euros al año.
Esta es una de las conclusiones del informe ‘Modelo de futuro: tecnología domiciliaria para el apoyo de la atención social y sanitaria’, elaborado por la Fundación Tecnología y Salud y la Fundación Edad & Vida.
Dentro del Componente 22 del proyecto España Puede, se recoge un plan de apoyos y cuidados de larga duración donde se incluye la necesidad de “introducir equipamientos domiciliarios que favorezcan la promoción de la autonomía personal mediante el uso de la teleasistencia avanzada, así como de cualquier otro medio tecnológico que permita la prestación de apoyos y cuidados en viviendas conectadas y entornos de cuidados inclusivos, también en el medio rural”.
El informe explica que el 89% de las inversiones de esta línea (es decir, 1.860 millones de euros) corresponden a proyectos propuestos por las comunidades autónomas y las entidades locales, como resultado de un análisis exhaustivo de sus necesidades territoriales.
Estos proyectos incluyen la construcción de nuevos equipamientos residenciales y centros de día o su rehabilitación (1.410 millones), y la inversión en teleasistencia y otros dispositivos tecnológicos relacionados con los cuidados de larga duración (450 millones).
Es en este punto donde las organizaciones que han elaborado el estudio avisan de que, para que el servicio de teleasistencia llegue a toda la población dependiente de España, es necesario ampliar la inversión en 200 millones de euros más al año.
Así las cosas, el informe concluye que "la aplicación de la tecnología ayudará a las personas mayores a permanecer más tiempo en sus domicilios a través del seguimiento en tiempo real de los usuarios y la anticipación a sus necesidades".
Y es que, según una encuesta reciente elaborada por Clece, casi la mitad de los españoles (46,5%) quiere ser cuidado en casa de forma profesional durante su vejez, contando con servicio de ayuda a domicilio (SAD) y/o servicio de teleasistencia.