La pandemia de la Covid-19 ha impactado a todos los sectores. También al de la biotecnología. En los últimos años, la inversión en I+D de esta industria había tenido una tendencia positiva, que se rompió en 2020 con la irrupción del coronavirus.
Un año en el que la partida dedicada a investigación y desarrollo cayó un 5% en comparación con 2019. Así se desprende del Informe Asebio 2021, 'Hacia un crecimiento sostenible y resiliente', que recopila todos los datos de la biotecnología española.
De acuerdo con las cifras del informe, el sector de la biotecnología destinó casi 900 millones de euros en 2020 a I+D, es decir, un 5% menos que el ejercicio anterior. Pero si miramos solamente a las empresas puramente biotech, esta caída es más aguda: un 10% menos.
"Estos resultados pueden ser un claro efecto de la pandemia y la emergencia sanitaria, donde, a pesar de que las compañías biotecnológicas mantuvieron su actividad y otras muchas reorientaron su actividad, también muchas compañías afirmaron sufrir retrasos en sus ensayos clínicos e incluso paralización de los mismos", explica la Asociación Española de Bioempresas (Asebio).
"Debido a los elevados volúmenes de inversión que implica la realización de ensayos clínicos y su peso en el conjunto de las actividades de I+D de las biotech, la paralización y el retraso de los mismos redujo de forma considerable la inversión en I+D de las compañías biotecnológicas", añade el informe.
Hasta la irrupción de la pandemia, las empresas puramente biotech habían conseguido duplicar su inversión en I+D en diez años (2009-2019). Así, alcanzaron los 670 millones de euros en 2019.
Y no solo eso, el sector encadenaba entonces seis años consecutivos de crecimiento sostenido y en 2019 marcó un nuevo "récord", con un 22% más de inversión que el ejercicio anterior.
Intensidad de inversión
A pesar de que la inversión en I+D se haya contraído en 2020, lo cierto es que las empresas biotech siguen estando en las primeras posiciones en intensidad de inversión en I+D.
La paralización económica que se produjo durante el año 2020 como consecuencia de la pandemia y las medidas de confinamiento adoptadas para paliarla tuvieron un claro impacto sobre la dinámica global de la inversión en I+D.
Pero, aún con esta situación, las empresas estrictamente biotecnológicas se mantuvieron en las primeras posiciones de intensidad de gasto en relación con la producción, únicamente superadas por los servicios de I+D y la educación.
En concreto, la partida de las biotecnológicas destinada a la investigación y el desarrollo supuso un 6% de la inversión total nacional en 2020.
Impacto económico
La desaceleración en la inversión en I+D no ha traído consigo un desinterés por parte de los inversores. De hecho, el sector ha captado más de 183 millones de euros en 2021, superando así las cifras del ejercicio anterior y marcando un nuevo récord.
Esta cifra, sumada a otras como el incremento de empresas, ha permitido que crezca el impacto económico del sector en el PIB y en el empleo. La actividad de las empresas biotecnológicas ha generado más de 10.336 millones de renta, lo que supone el 0,9% del PIB nacional y una facturación de más de 12.000 millones de euros.
Además, contribuyeron con 121.755 empleos, el 0,7% del total del empleo nacional. Cabe destacar que el salario por empleado de las ‘biotech’ es casi el doble de la media nacional y su productividad, el triple.