El Gobierno ya ha destruido más de 6 millones de dosis de vacunas caducadas frente a la Covid-19
Además, 256.230 dosis de Pfizer, que caducaron en noviembre de 2022, se encuentran pendientes de destrucción.
13 febrero, 2023 12:59Los ritmos de vacunación cambiantes y la mala planificación de los Gobiernos ante la llegada masiva de vacunas frente a la Covid-19 se traduce en millones de antídotos tirados a la basura. La nueva realidad epidemiológica está propiciando que los Estados gestionen stocks y traten de adecuar los contratos con los laboratorios para la adquisición de estas dosis, que se caracterizan por contar con una fecha muy corta de caducidad y unas condiciones especiales de conservación.
España no se queda atrás en cúmulo de viales en los almacenes. El Ministerio de Sanidad ha informado de que ya se han destruido un total de 6.070.642 vacunas y que, además, 256.230 dosis de Pfizer, que caducaron en noviembre de 2022, se encuentran pendientes de destrucción.
El proceso de destrucción de las vacunas caducadas forma parte del desarrollo normal de gestión de productos farmacéuticos. Y, de acuerdo con la normativa vigente, cualquier vacuna caducada debe ser destruida como se haría con cualquier otro medicamento.
Se estima que en términos económicos las pérdidas son millonarias, pero el Ejecutivo no confirma el valor exacto de todas esas vacunas de coronavirus perdidas. Según explica en una respuesta parlamentaria, el coste de adquisición está “sujeto a confidencialidad” al ser parte de los Acuerdos de Adquisición Anticipada concluidos por la Comisión Europea con los fabricantes de vacunas.
El mayor número de dosis desperdiciadas tiene el sello de Pfizer/BioNtech, con un total de 2.276.482 dosis destruidas, y le sigue de cerca Moderna, con 2.003.425. En el caso de caso de AstraZeneca, el número de vacunas caducadas y eliminadas es de 1.170.100, mientras que la cifra para las de Jansenn se sitúa en 620.635.
Cuarta dosis
A finales del pasado mes de septiembre, España dio el pistoletazo de salida a la campaña de la segunda dosis de refuerzo de la vacuna frente la variante Ómicron del coronavirus.
Esta cuarta dosis estaba dirigida a la población vulnerable y recomendada para todos los mayores de 60 años, otras personas vulnerables por sus patologías o su situación, así como para el personal de hospitales, centros de salud, emergencias y residencias, según la Comisión de Salud Pública en línea con las directrices de Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (ECDC) de la Unión Europea. Sin embargo, al margen de estos grupos, no estaba indicada para el resto de la población.
La Unión Europea únicamente ha autorizado el uso de las vacunas “binarias o bivariantes” de Pfizer y Moderna, por lo que estos laboratorios han seguido copando las compras de los Veintisiete. Por aquel entonces, la ministra de Sanidad, Carolina Darias, anunciaba que España esperaba recibir 44 millones de vacunas contra la Covid-19 adaptadas a esta variante para cubrir la nueva campaña de vacunación.
Lo cierto es que lo peor de la pandemia por Covid-19 ha pasado en España, así como en el resto de territorios del continente europeo, pero las vacunas podrían ser muy útiles en países en los que el virus continúa golpeando con fuerza. Sobre todo en África, donde tienen un acceso limitado – prácticamente nulo - al antídoto.