La salud mental se ha convertido en un problema de primer orden, sobre todo por los estragos que han generado la Covid-19 y la situación económica. Las Administraciones Públicas están desarrollando herramientas contra esta otra pandemia, tanto sociales (por ejemplo, el permiso de acompañamiento para familiares de personas en riesgo de suicidio) como sanitarias. Un frente en el que la sanidad privada es clave, debido a los recursos que tiene en este campo.
Según el informe lanzado sobre esta cuestión por la Fundación IDIS, el sector privado engloba el 70% de los hospitales especializados en salud mental y el 63% de las camas.
De hecho, en 2020 los centros ambulatorios privados de atención especializada concentraron el 82% de las consultas en psiquiatría. En total, el porcentaje de unidades de psicología clínica y psiquiatría en España pertenecientes a hospitales privados se sitúa en el 52% desde 2017.
CCAA
Cataluña es la comunidad que cuenta con un mayor porcentaje de hospitales de salud mental privados sobre el total (91%), seguida de Andalucía y Comunidad de Madrid (89% y 88%, respectivamente). En lo que respecta a camas, Cataluña es la comunidad con el mayor número (3.672), mientras que Madrid cuenta un mayor porcentaje de camas privadas respecto al total (88%).
Estos recursos se antojan clave en el momento actual. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), aproximadamente la mitad de la población experimenta algún problema de salud mental a lo largo de su vida.
Esta dolencia deriva en una menor empleabilidad y una menor productividad, hasta llegar incluso a traducirse en un impacto económico de hasta el 4,2% del Producto Interior Bruto (PIB).
Por otro lado, el IDIS recoge que, según las estimaciones, el 7,2% de la población de la Unión Europea (UE) sufre de depresión crónica. Pero la situación es peor en España, donde el 8% de la población mayor de 15 años está en riesgo de mala salud mental.