A la espera de que el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana anuncie antes de verano cómo va a regular esta situación en “zonas tensionadas”, diez capitales de provincia españolas cerraron enero en máximos históricos.
Por el número de habitantes y minutos en los telediarios, la situación en Madrid, Barcelona y Baleares parece la más preocupante en el ámbito del alquiler. Sin embargo, solo la Ciudad Condal está en su nivel más alto de rentas, aunque su precio no ha subido mucho (2,20%), quizá porque no da para más. La capital de España y Palma de Mallorca aún tienen un pequeño recorrido, menor de un 2%, para alcanzar los máximos (marcados en 2019). En concreto, un 1,7% y un 0,90% respectivamente, según los últimos datos recopilados por el portal inmobiliario Idealista.
Fuera de este trío, aunque el precio sea menor, hay capitales de provincia con precios que jamás habían visto antes y subidas interanuales que rondan el doble dígito. Además de la ya citada Barcelona, Salamanca, Segovia, Albacete, Guadalajara, Toledo, Alicante, Valencia, Bilbao y A Coruña registraron máximos durante el primer mes de 2020. El conjunto de España está a tan solo un 0,2% de alcanzarlo.
Dentro de esta selección, las mayores subidas interanuales se registraron en Toledo (+11,10%), Valencia (+9,20%), Guadalajara (+8,30%) y Bilbao (+8,10%). La cercanía a Madrid ha influido sobremanera en los casos de Toledo y Guadalajara, ciudades que han recogido a personas que han huido de la capital en busca de un alquiler más asequible y, cuanto menos, una calidad mejor del aire.
En el otro lado de la clasificación, las capitales que más lejos están de máximos han sido Ciudad Real (-15,50%), Melilla (-12,60%) y Oviedo (-9,90%). Las únicas que han visto bajar el precio del alquiler en enero de 2020 con respecto al mismo periodo de 2019 han sido Teruel (-4,20%), Melilla (-2,60%) y Burgos (-1,00%).
El plan de Ábalos
El ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, anunció en sede parlamentaria el pasado 19 de febrero, la publicación de un Índice de Precios de Alquiler para finales del mes de marzo que permitirá “un análisis más fiable y robusto de la situación, ya que utilizará datos censales y no de encuestas”.
Una semana después, compareció en el Congreso a petición propia para informar sobre las líneas generales de la política del Ministerio que gestiona. En el ámbito de la vivienda, anunció que desarrollará dos planes estatales diferenciados. Por un lado, un plan de rehabilitación que sirva además “como palanca para la creación de empleo”. Por otro, un plan de acceso a la vivienda, para promover el alquiler, la promoción de vivienda asequible en alquiler social y el fomento y mantenimiento del parque público de vivienda.
A continuación, soltó la bomba. “Les anuncio que antes del verano traeré a esta cámara una iniciativa para permitir el control de precios del alquiler en aquellas zonas que hayan experimentado subidas desorbitadas”, declaró José Luis Ábalos.
“Se trata de una medida oportuna, ponderada, tasada, y proporcional en la que creo y que defiendo porque, como ministro y como político, debo defender los derechos sociales que garantiza la Constitución”, explicó el ministro. Un anuncio que ha generado tanta expectación como rechazo entre el sector. Ahora queda lo más complejo: definir qué herramientas tendrán los ayuntamientos para hacer ese control efectivo.