El precio de la vivienda libre se situó en el tercer trimestre de 2021 en 1.661 euros por metro cuadrado. Son datos del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma). Dicho de otra manera, en el último año ha crecido un 1,6%. Se trata de la cifra más alta desde el cuarto trimestre de 2011.
Da igual que sea vivienda nueva, o vivienda usada. Si tiene más de cinco años de antigüedad, el precio del metro cuadrado está en 1.653 euros. También un precio que no se alcanzaba desde 2011. Y respecto a la que tiene menos de cinco años, alcanzó los 1.938,9 euros. Un precio que no se veía desde el primer trimestre de 2012.
¿Y el alquiler? De media, ha bajado un 6,7% en lo que va de año, según Servihabitat. Aunque hay que decir aquello de que la bajada, o la subida, va por comunidades autónomas.
Una de las consecuencias de esta situación de elevados precios la indica Ferran Font, director de Estudios de pisos.com: “Más del 70% de los jóvenes que quieren emanciparse no pueden acceder al mercado de compra y alquiler. La solución que les queda es compartir piso hasta que pueden hacerlo. Esa opción se ha ampliado hasta los 30 y los 35 años”. Y añade: “El mercado no sabe dar respuesta a las personas que quieren emanciparse”.
Precariedad salarial
Si repasamos los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el 55% de los jóvenes de entre 25 y 29 años vivía con sus padres o con alguno de ellos en 2020. Por sexos, el porcentaje de no emancipados fue del 62,9%, en los hombres, y del 46,9%, en las mujeres.
Si se da un salto al siguiente grupo de edad, personas de 30 a 34 años, el porcentaje que vivían con sus padres, o con alguno de ellos, se situó en el 25,6%. Se trata de un aumento de 5,1 puntos desde 2013. En los hombres, el porcentaje fue del 31,3%; en las mujeres, del 20%.
¿Cómo se ha llegado a esta situación? Para empezar, hay que echar mano otra vez de las estadísticas del INE. España se convirtió el pasado verano en el líder europeo del paro juvenil. Más de un 40% de los jóvenes, de entre 16 y 25 años, está en paro. Y los que tienen empleo no es que sus salarios les sirvan para ‘tirar cohetes’.
Según el Consejo de la Juventud, el salario medio de los jóvenes entre 16 y 29 años ha caído más de un 5% en la última década. Así, ha pasado de 1.025 euros mensuales en 12 pagas, en 2011, a 973 euros al mes, en 2021. Por tanto, 52 euros menos al mes; 626 euros menos, al año.
El INE también tiene una tabla salarial por edades. Pero son datos referidos a 2019. En dicha tabla, los jóvenes de 20 a 24 años ven caer su ganancia media anual un 2,1% (respecto a 2018); los que van de 25 a 29 años, la incrementan un 1,4%; y los de 30 a 34 años, suben un 1%.
Si bien es cierto que estos dos últimos grupos ven aumentar su ganancia media anual, lo hacen menos que los que están en 40 y 44 años (2,2%); o lo que están entre 45 y 49 años (2,4%). Por no hablar de los que tienen entre 60 y 64 años (2,5%).
Más allá de comparaciones odiosas, hay otra estadística que desnuda la imposibilidad de acceder a una vivienda. Tal es la precariedad de los jóvenes que, según Fedea, la misma hace que los trabajadores jóvenes cobren hoy salarios hasta el 50% inferiores a los que se percibían a su edad en la década de los 80. Es decir, hace 40 años.
Volviendo a los datos del Consejo de la Juventud, los menores de 30 años son los que más han sufrido la reducción salarial. Una precariedad que, como se ha visto, tiene una dramática incidencia en su acceso a una vivienda asequible. Otro dato más para concluir: según esta institución, un trabajador joven debe dedicar el 92% de su sueldo a pagar un alquiler.
Fruto de esta situación, la tasa de emancipación se ha reducido casi nueve puntos desde 2008. Se ha situado en el 17,3%. Una cifra terrorífica, ya que es la más baja de los últimos veinte años.