“Imagina que compras una casa con una parcela de terreno grande y construyes una vivienda para invitados que alquilas por Airbnb. Si con el dinero que obtienes del alquiler puedes pagar el coste de la hipoteca, estarás hackeando tu casa. Es decir, convirtiéndola en un activo”. Son palabras de José Muñoz, inversor inmobiliario.
Esta es una de las fórmulas de house hacking. Se trata de una estrategia para hackear la compra de una vivienda. ¿Eso qué significa? Según Muñoz, hay que tener claras las diferencias entre activo (aquello que sin intervención directa genera ingresos) y pasivo (lo que ocasiona gastos). “Partiendo de ahí, está claro que la casa en la que vives, a pesar de que se pueda revalorizar, no deja de ser un pasivo”, indica el inversor inmobiliario.
El objetivo del house hacking es convertir la vivienda en un activo. Y hay más formas de hacerlo además de la ya reseñada. Otro caso sería el de alquilar habitaciones de forma individual para poder hacer frente con esos ingresos al coste de la hipoteca y vivir gratis en tu casa.
Incluso puede ir más allá de la propia vivienda. Un sótano o un garaje amplio con acceso independiente podría ser el germen de trasteros que se podrían alquilar. Es algo que se da mucho en Estados Unidos debido a la configuración de las viviendas.
¿Más ejemplos? Adquirir una vivienda relativamente amplia y dividirla en apartamentos independientes para alquilarla por partes. O comprar dos viviendas altamente rentables y alquilar una de ellas para sacar de ahí el dinero que se necesita para pagar la hipoteca de la otra.
'Propietario de alquiler'
En España, se practica el house hacking. Aunque no existen datos oficiales al respecto. “Pese a que no hay datos precisos, en nuestro país son muchas las personas que optan por esta estrategia”, indica Muñoz.
Otro caso de hackeo es lo que el inversor inmobiliario denomina como ‘propietario de alquiler’. Es decir, aquella persona que alquila el chalé, la casa o el piso en el que quiere vivir y consigue el dinero necesario para pagarlo mediante las rentas que obtiene de tres pisos que sí ha comprado por un precio menor.
“Es decir, invierte el dinero del que dispone o utiliza la capacidad de endeudamiento que tiene para comprar otros inmuebles más rentables en lugar de comprar directamente el que quiere para vivir. Y es propietario de alquiler porque, a fin de cuentas, vive de alquiler y consigue el dinero para pagarlo a través de las rentas que obtiene de otros bienes que sí son de su propiedad”, especifica Muñoz.
Eso sí, el experto advierte de que, antes de dar el paso, es fundamental “pararse a analizar el mercado y valorar las características de la vivienda para ver si tiene sentido aplicar alguna de estas fórmulas”.
En la actualidad, España vive una época de tipos bajos en la que las hipotecas a tipo fijo están siendo más contratadas que las de tipo variable. Es decir, que quien contrata este tipo de hipotecas ya sabe lo que va a pagar durante un número determinado de años.
“A pesar de que se habla de que estos tipos subirán en el futuro, ahora mismo están por debajo de la inflación. Y las hipotecas ya firmadas no variarán. En cambio, el alquiler sí subirá con la inflación”, explica Muñoz.
El inversor no obvia la situación de que todas las inversiones conllevan un riesgo. Pero está convencido de que puede ser más rentable comprar que alquilar. “Sabiendo cómo encontrar inquilinos solventes y protegiendo las operaciones mediante seguros contra impagos o actos vandálicos, el house hacking se presenta como un negocio bastante seguro. Y permitirá vivir a la persona donde quiere con un gasto mínimo”, concluye.