Son 1.151 millones de euros los que tiene asignados España para la rehabilitación de viviendas y edificios correspondientes a la anualidad 2021 procedentes de los fondos Next Generation. Y, de momento, sólo se ha convocado 638 millones de euros. Por lo tanto, quedan por asignar todavía el 45% de dichos fondos.
Una situación que Pablo Martín, director de Asefave (Asociación Española de Fabricantes de Fachadas Ligeras y Ventanas) no duda en calificar como “preocupante”. Porque dichos fondos tienen fecha de caducidad. Si no se tramitan antes del 30 de noviembre de 2023, deberán ser devueltos a la Unión Europea (UE).
Quienes están a la cola a la hora de dar el pistoletazo de salida a dichos fondos ‘next gen’ son las islas Baleares, Canarias, el Principado de Asturias y la ciudad autónoma de Ceuta. De hecho, su marcador está a cero. Y la dotación asignada por este concepto es de 28,3 millones para Baleares; 52,8 millones para Canarias; 27,9 millones para Asturias; y 1,6 millones para Ceuta.
En cabeza
Quienes están más adelantadas a la hora de asignar estos fondos son la Comunidad de Madrid (ya lo ha hecho con el 92%), Castilla-La Mancha (89,2%), País Vasco (70%), Cataluña (67,6%) y Extremadura (66,7%).
En el otro extremo, y más de allá de los ejemplos antes citados, Andalucía sólo ha asignado el 30% de los fondos ‘next gen’ para rehabilitación de viviendas y edificios; Murcia, el 37,8%; y la Comunidad Valenciana, con el 48,8%.
No todas las comunidades autónomas han convocado todos los programas previstos (conviene recordar que son cinco). Los mismos abarcan desde las rehabilitaciones a nivel edificio hasta mejoras relacionadas con la eficiencia energética.
Hasta ahora, las únicas que han cubierto todo el espectro son Castilla-La Mancha, Extremadura y País Vasco. Aragón, Comunidad Valenciana, Cataluña, Navarra, Madrid y Galicia se quedan en cuatro programas.
Más allá de su puesta en marcha, hay otro problema que está siendo bastante constante. “Acceder a las ayudas está resultando altamente complejo, especialmente para aquellas empresas que trabajan en más de una Comunidad”, se queja Pablo Martín.
El motivo no es otro que los requisitos y especificidades exigidas varían entre regiones. Y eso se traduce en que se dilata la gestión administrativa. “En el caso de las ayudas a la rehabilitación de edificios, nos encontramos además con que las solicitudes quedan paralizadas por una cuestión de presupuestos. Las comunidades de propietarios son reacias a comenzar las actuaciones sin tener la ayuda concedida, y los largos plazos de gestión desaniman a las constructoras a apostar por esta vía”, añade el director de Asefave.
Por tanto, su impacto no está siendo el esperado debido a la lentitud del proceso de publicación de las ayudas en las diferentes autonomías y de las gestiones de solicitud.
“Las ayudas a la rehabilitación energética con los fondos europeos son cruciales para el impulso del sector de la rehabilitación, para contar con un parque inmobiliario más eficiente, responsable y preparado para poder cumplir con nuestras metas. Objetivos que cada vez son más urgentes en materia energética y medioambiental”, concluye Martín.