Se llama Superbonus 110%. Así ha denominado el gobierno italiano su apuesta por la rehabilitación de vivienda. En su primer año natural (hasta octubre de 2021) dedicó en subvenciones para este menester casi 8.000 millones de euros.
“Esa cifra duplica sólo en un año la cantidad prevista por nuestro Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia para todo el periodo 2021-2026”, afirma Miguel Ángel Gallardo, presidente de Afelma (Asociación de Fabricantes Españoles de Lanas Minerales Aislantes). Y se hace la siguiente pregunta: “Estas cifras ponen en perspectiva la incómoda realidad de que ni aceleramos ni hay financiación suficiente para el potencial de mercado. ¿Dónde está el equilibrio?”.
Una embarazosa realidad que se pone todavía más de manifiesto teniendo en cuenta los datos actuales en España. Así, de los 1.151 millones de euros de la anualidad de 2021, sólo se han convocado alrededor de 667 millones. Por tanto, el 42% de los fondos asignados y transferidos a las CCAA todavía están pendientes de publicación y tramitación: 484 millones de euros.
Efecto contrario
Con este lastre, el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) acaba de llegar a un acuerdo con las comunidades y ciudades autónomas. Dicho acuerdo se traduce en otros 1.389 millones de euros para financiar la rehabilitación y regeneración de viviendas, barrios y edificios residenciales correspondientes a la anualidad de 2022.
“La situación es compleja ya que hay comunidades autónomas que todavía no han publicado ninguna convocatoria de los programas financiados con estos fondos”, señala Pablo Martín, director de Asefave (Asociación Española de Fabricantes de Fachadas Ligeras y Ventanas). Y eso se está traduciendo en que, en dichas CCAA (Baleares, Canarias, Asturias y la ciudad de Ceuta), “se está provocando el efecto contrario que es la paralización de la demanda”, indica Elena Adán, jefa del departamento de Marketing de Kommerling.
Por tanto, y si hubiera que definir con una palabra la situación actual, esta sería lentitud. Y ello está ralentizando la materialización de las ayudas. "Es urgente dotar a las administraciones competentes de los recursos humanos y materiales precisos para agilizar los procesos burocráticos", remarca Miguel Ángel Gallardo.
Porque, conviene recordar, que si estas ayudas no son tramitadas en los tiempos estipulados se corre el riesgo de que tengan que ser devueltas a la Unión Europea. “Algo que nadie quiere que suceda”, resalta el presidente de Afelma.
Junto a la lentitud en el anuncio de las convocatorias, otro de los graves problemas tiene que ver con los usuarios. Y es que la información al respecto es escasa. “Hay que hacer llegar al conjunto de la ciudadanía toda la información relativa a estas ayudas. Desde qué tipo de actuaciones pueden optar a ellas o cómo solicitarlas, hasta qué ahorros y beneficios fiscales llevan asociados”, apunta Gallardo.
“En la cabeza del usuario está el riesgo de que realice una inversión importante para su economía contando con unas ayudas y luego estas ayudas no lleguen por algún tecnicismo o fallo en el proceso”, señala Elena Adán.
Oficinas de rehabilitación
Con estas dos importantes trabas, Afelma plantea la necesidad de agilizar la puesta en marcha lo más rápido posible de las oficinas de rehabilitación anunciadas por el Mitma. Una ‘ventanilla única’ que gestionarían las CCAA ofreciendo servicios de información, tramitación y acompañamiento de las actuaciones de rehabilitación. Una labor a la que podrían sumarse los ayuntamientos.
Hay que recordar que, para cumplir con los objetivos de eficiencia energética y reducción de emisiones de cara a 2030, España necesita rehabilitar 1,2 millones de viviendas. Si se amplía el plazo hasta 2050, esa cantidad es de 7 millones. Cifras que, con los datos actuales, se antojan misión imposible ya que, en 2021, se rehabilitaron 27.189 viviendas. Un camino que será todavía más difícil de recorrer si no se aprovechan los fondos de la UE.