¿Comprar o alquilar la vivienda? Esta es la pregunta que se hacen aquellos que están dispuestos a formar una familia o independizarse. Muchos son los factores que influyen a la hora de decantarse por una u otra opción. Pero, sin duda, uno de los principales, sino el que más, es el que tiene que ver con las finanzas personales.
A la hora de dar el paso, es conveniente saber qué parte de los ingresos se van a dedicar a pagar la hipoteca o el alquiler. De media, en España, y según los datos de Idealista, dicho porcentaje para alquilar o comprar una vivienda de dos habitaciones se aproxima al 30%. En concreto, dicho esfuerzo para alquilar es del 29% y, en el caso de la compra, del 26%. Aunque, en este último caso, hay que matizar que es necesario aportar alrededor de un 20% del precio de la vivienda como entrada.
Según el marketplace inmobiliario, en 30 capitales de provincia el esfuerzo requerido para la compra es superior al del alquiler. Pero hay otras capitales donde es al contrario, es decir, que vivir de alquiler requiere mayor esfuerzo. Y ahí están los casos de Valencia, Zaragoza, Santander, Alicante, Murcia o Salamanca. En total, casi una veintena de ciudades.
Esfuerzo parejo
Entre esa veintena de ciudades, hay dos donde comprar supone siete y seis puntos porcentuales de esfuerzo menos que alquilar: Huelva y Lérida. En la primera, la tasa de esfuerzo para comprar es del 16%, mientras que la del alquiler llega al 23%; en la segunda, es del 13% y del 19%, respectivamente.
Esa diferencia es de cinco puntos porcentuales en Murcia (16% vs 21%). Y de cuatro puntos en Castellón de la Plana, Jaén y Santa Cruz de Tenerife. Tres puntos de diferencia hay en Valencia y dos puntos en Almería, León, Santander y Teruel. La distancia es solo de un punto en Alicante, Cáceres, Melilla, Salamanca, Tarragona, Zamora y Zaragoza.
De entre las capitales de provincia, conviene destacar que en cuatro de ellas, ese esfuerzo para comprar o alquilar vivienda es parejo. Se trata de Albacete, Ávila, Oviedo y Palencia.
En el otro extremo, y de las 30 capitales de provincia donde el esfuerzo requerido para la compra es superior al del alquiler, destaca Palma. Allí la diferencia es de 20 puntos porcentuales entre el 55% de esfuerzo para la compra, y del 35% para el alquiler. En San Sebastián es de 17 puntos; en Granada, 8 puntos; y en La Coruña y Pontevedra, 7 puntos.
Hasta el 55%
Si ponemos el foco en la compra de vivienda, hay que destacar que el encarecimiento de la financiación ha hecho que la tasa de esfuerzo se haya disparado por encima del 30% en determinados mercados. Así, y en el caso de Palma, ese porcentaje llega hasta el 55% de los ingresos.
Por debajo, pero también elevados, están los porcentajes de San Sebastián (48%), Barcelona (40%), Málaga (36%) y Madrid (34%). Y cerca del límite del 30% nos encontramos con Las Palmas de Gran Canaria (32%), Bilbao y Pamplona (31%) y Alicante y Sevilla (30%). En el extremo opuesto, el esfuerzo es del 13% en Lérida y Jaén, del 14% en Teruel, y del 16% en Ciudad Real, Cáceres, Huelva y Murcia.
En el caso del alquiler, el mayor esfuerzo para una vivienda de dos habitaciones se da en Barcelona (39%) seguida de Palma (35%), Málaga (33%), Madrid, Valencia y Alicante (31%) y San Sebastián (30%).
Inferior al 30% recomendado están en Bilbao (29%), Sevilla y Santa Cruz de Tenerife (28%), y Las Palmas de Gran Canaria y Vitoria (26%). Donde dicho esfuerzo es menor es en Ciudad Real (14%), Teruel (16%) y Jaén, Palencia, Cáceres y Cuenca (17%).
Ventajas y desventajas
Tanto comprar vivienda o vivir de alquiler tienen sus ventajas e inconvenientes. Así, en la balanza de las ventajas de vivir de alquiler está el hecho de no estar atado a una hipoteca, lo que permite cambiar de vivienda cuando se desee. Eso posibilita, por ejemplo, no dejar escapar posibilidades profesionales que conlleven traslados.
También se controlan mejor los costes de la vivienda, evitando pagar la comunidad, derramas o reparaciones. Y no se pagan impuestos como el IBI, ni hay que hacer el desembolso de lo que se conoce como la entrada de comprar un piso.
¿Inconvenientes del alquiler? El dinero que se paga no ayuda a adquirir un activo, es decir, que no se acabará siendo propietario; determinadas mejoras que gustaría acometer no se pueden llevar a cabo; y puede que no se acabe renovando el contrato.
En el caso de la compra, sí se está adquiriendo un activo (para toda la vida, que dirían algunos). Además, se pueden generar ingresos si se pone en alquiler. También se puede personalizar según el gusto de cada uno, y aporta seguridad frente a la incertidumbre del alquiler.
En el otro extremo, hay una hipoteca que hay que pagar todos los meses, y durante muchos años. El coste inicial, asimismo, es elevado por lo que hay que disponer de ahorros. La elasticidad de cambiar de casa es menor y, si no se paga, se puede perder. Y hay gastos que son fijos (IBI o comunidad, por ejemplo) y otros inesperados, como posibles derramas.