El resultado electoral del pasado domingo puede tener importantes repercusiones en el mercado inmobiliario. Con el vuelco registrado en las municipales y autonómicas, las políticas urbanas y la planificación del desarrollo urbano pueden verse modificados y alcanzar un potencial de desarrollo para suelos que se traduciría en 540.000 nuevas viviendas.

Así lo recoge un informe de Serviland, la filial especializada en gestión de suelo de Servihabitat. En el documento ‘28M: Desarrollos urbanos en juego’, se analiza qué impactos pueden tener los resultados electorales en urbanismo y vivienda. Y una de las conclusiones es se abre ahora la posibilidad de desarrollar suelo para más de 540.000 viviendas nuevas en España.

De alcanzarse esta cifra, lo que requeriría una inversión en vivienda y urbanismo de más de 2.000 millones de euros anuales, podría ajustarse la oferta y la demanda, cuyo desequilibrio es señalado por el sector inmobiliario como causante de los altos precios. Según Idealista, la escalada ha sido del 15% en la legislatura, un periodo en el que la oferta ha caído un 12%.

Un escenario halagüeño que tendrá más posibilidades de ser realidad si cuenta en los diferentes territorios con “el consenso entre partidos políticos” y colaboración público-privada, “crucial para el desarrollo sostenible”, ha destacado Ernesto Tarazona, consejero delegado de Serviland.

¿Cuáles son las zonas con más posibilidades? El informe advierte de que se prevé una mayor liberalización de suelo para el desarrollo de viviendas en las ciudades donde el partido en alcaldía se iguala con su gobierno autonómico.

La mayoría de ciudades que lideran el ranking elaborado por la compañía cumple esta condición. Es el caso de Madrid, Zaragoza, Sevilla y Málaga. También está Vigo y Vitoria como ciudades con mayores perspectivas.

Asimismo, el documento insta a observar la evolución de municipios con cambio político en plena revisión de sus Planes Generales de Ordenación Urbana (PGOU), como Santander, Logroño o Alicante.

Por otro lado, Madrid, Valencia, Granada y Las Palmas son identificadas como las ciudades con mayor potencial de desarrollo de suelo para vivienda y Barcelona, Tarragona y Pamplona, con las ciudades con más dificultades.