Los precios de la vivienda bajarán, aunque no igualarán el desplome visto ya en las compraventas, y que puede ascender a un 30% a cierre de este 2023. Es la conclusión de un informe del Banco de España, que considera que la escasez de obra nueva, los altos costes de los materiales o la capacidad de compra que conserva aún un sector de potenciales compradores impedirán que haya reducciones sustantivas.
La proyección es incluso de "resistencia" al ajuste del valor de pisos y casas, apunta el artículo 'El desajuste entre la oferta y la demanda de vivienda, y su relación con los precios'.
Todo a pesar del endurecimiento de las condiciones de financiación, que admite "están afectando negativamente al dinamismo del mercado de la vivienda", como recogen los notarios, que señalan una caída del 20,7% en las compraventas y del 32% en la concesión de hipotecas.
¿Y entonces los precios? Quedarán protegidos de un descenso similar por "factores mitigadores". A saber, los compradores actuales son "en general, hogares de rentas medias y altas", con cierto patrimonio y que por lo tanto "no financian con crédito una proporción muy elevada del coste de la compra de vivienda".
A esa necesidad menor de financiarse, y que ha ido en ascenso, como ya contó este periódico, se une que estos patrimonios suben menos la inflación. Protegidos en cierto modo a los vaivenes coyunturales, serán ellos los que sostengan, aunque sea de forma relativa, las compraventas, y eviten así fuertes bajadas en los precios.
Contribuirán a esto, agrega el informe, la escasez de obra nueva y los elevados niveles de costes de los materiales de construcción, que por ahora no se han trasladado de forma "plena" a los precios de la vivienda.
El análisis realiza asimismo un experimento en el que cruza datos de compraventas, precios y visados de obra nueva y concluye que "transcurridos ocho trimestres, el impacto mediano sobre los visados de obra nueva y las compraventas de vivienda sería, respectivamente, de casi el 11% y algo más del 3%".
Un efecto que sería "de una magnitud inferior en el caso de los precios (algo menos del 2% al cabo de dos años)".
Es una situación para la que no ve mejoría a corto plazo dado el desfase que hay entre una oferta insuficiente para atender la demanda, que continuará al alza. Para los próximos dos años, considera que "cabe esperar una prolongación del tensionamiento en algunos mercados locales" por las cifras "relativamente reducidas de visados de obra nueva" concedidos en los últimos dos años.
Enfrente, una formación esperada de hogares a la que no podrá atender en su totalidad. El análisis recomienda por ello revisar los procedimientos de gestión del suelo urbanizable para que la producción de viviendas pueda responder "con más agilidad" a las necesidades existentes.