Vuelve el apetito extranjero por el inmobiliario en la costa española. Tras un 2022 en el que la demanda repuntó un 30%, la tendencia se ha consolidado en los meses previos al verano, tanto que ya permite trazar cómo es el nuevo vecino pospandémico: británico, con ingresos de unos 6.000 euros al mes e hipotecado a tipo fijo.

Es la situación más frecuente en un mercado en el que quienes demuestran más avidez son británicos, alemanes y suizos. Estas tres nacionalidades aglutinaron el 42,5% de las solicitudes de préstamo hipotecario realizadas a través de idealista/hipotecas en el segundo trimestre de este año.

Los británicos suponen el 18% de solicitudes, coronándose así como líderes, en tanto que los alemanes representan el 14,2%. Detrás suizos, con algo más del 9%, y siguen estadounidenses, holandeses, franceses, irlandeses, belgas, italianos y suecos. 

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Los datos del portal trazan un perfil de comprador que, según el análisis de la tasadora Euroval, ha remontado con celeridad en el último año. La demanda de este segmento superó durante 2022 en 14 veces la demanda nacional, que por cierto fue de récord ese año, con un balance final que superó las 600.000 viviendas vendidas.

Euroval apunta a que el 18,7% de las operaciones de 2022 las firmaron extranjeros. Se alcanzaba entonces el nivel prepandemia, aunque la coyuntura internacional, marcada por las sucesivas subidas de euríbor ha introducido cambios en este comprador que notan en Idealista.

A saber: no busca vivienda de alta gama -los precios suelen rondar los 210.000 euros- para mantener a raya el nivel de endeudamiento, y aunque prefiere firmar créditos a tipo fijo, muestra un creciente interés en las hipotecas mixtas, que escalan hasta el 25% de los casos. 

Qué compran

Por regla general, los extranjeros que deciden convertirse en propietarios en nuestro país cuentan con ingresos medios de 6.000 euros mensuales. Con esos recursos aspiran a comprar viviendas con un precio cercano a los 210.000 euros.

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Es una estrategia con la que mantener a raya el endeudamiento, que ronda el 24% porque el préstamo que solicitan apenas supera los 150.000 euros.

Pese a la aparente modestia, el informe advierte: se trata de cifras superiores a las que suelen poder permitirse los españoles, que en promedio tienen una renta de 3.277 euros al mes y piden hipotecas de 135.900 euros para comprar casas que rondan los 175.000 euros.

Y todo ello sin olvidar que esos 6.000 euros al año son un promedio; algunas de las nacionalidades que compran en España los superan ampliamente. Es el caso de estadounidenses y suizos, que de acuerdo con los datos de idealista/hipotecas cuentan con ingresos que superan los 9.000 euros, lo que hace consecuentemente que opten a casas más caras, que superan los 240.000 euros.

Otros son más comedidos; los italianos o belgas que acaban siendo nuestros vecinos en la playa, por ejemplo, no llegan a los 5.000 euros mensuales.

Dónde compran

En este apartado no hay muchas novedades en el histórico del interés inmobiliario para extranjeros: triunfa la costa. 

Comunidad Valenciana es el objetivo prioritario. Aglutina un tercio de las solicitudes de extranjeros, seguida de Andalucía (21,3%) y Cataluña (14,1%).  

Esto en cuanto a interés, pero si se desgrana por destinos en los que los extranjeros pagan hipotecas más elevadas los territorios que destacan son Baleares y Madrid, donde el importe medio de las solicitudes supera los 200.000 euros.

Le siguen Andalucía y el País Vasco, con algo más de 160.000 euros, mientras que en Murcia y Aragón comparten título de destino más asequible al quedar aquí las hipotecaspor debajo de 100.000 euros.

El auge de la hipoteca mixta

Una diferencia clave con este nuevo vecino extranjero reside en el tipo de hipoteca que sustenta su vivienda. Aunque la preferencia sigue siendo el tipo fijo, bajo el que se firman el 72% de estos préstamos, las hipotecas mixtas ganan peso y representan ya el 25%; las variables, apenas el 3%.

Por regla general, el importe medio hipotecado fue superior al solicitado. En un 15,6% de los casos, el importe financiado supuso menos del 50% respecto al precio de compra, aunque en la mitad de las operaciones la hipoteca representó entre el 60% y el 70%.