El mercado de la vivienda puede que se esté enfriando, con las compraventas en continuo descenso en los últimos meses, pero no para todos. Hay quien ha encontrado una estrategia para esquivar ese freno e incluso acelerar la venta: irse de safari inmobiliario.
¿Y eso que es? "Consiste en que si tengo una vivienda para vender, y resulta que está en un pueblo en el que hay otras viviendas a la venta de otras inmobiliarias, organizo una visita de 25 agentes especializados a la zona y vemos todas las propiedades que allí buscan comprador", explica a EL ESPAÑOL-Invertia Carlos Martín, agente inmobiliario y organizar de los safaris en el Aljarafe sevillano, epicentro de la técnica.
Una vez reunidos en la vivienda, los profesionales la analizan y empieza la lluvia de opiniones. En qué estado está la vivienda, qué perfil de comprador encaja más o incluso si el precio al que pretende vender el propietario puede ajustarse... Todo se debate, mientras los agentes invitados reflexionan si a sus clientes podría podría interesarles ese inmueble.
En suma, los conocen en profundidad y así al final se logra "que los compañeros vendan mejor el producto". Y también acelerar la venta, porque los safaris logran que las propiedades tengan un 30% más de visitas; el mismo porcentaje que aumentan, por tanto, las posibilidades de cerrar una transacción.
Los safaris nacieron hace unos diez años como herramienta de Alianza Sevilla, una agrupación de inmobiliarias. Bajo su paraguas se agrupan hoy en día más 90 agencias repartidas por Sevilla capital, el vecino Aljarafe y su área metropolitana. En total, más de 550 agentes.
Se desconoce por qué decidieron llamarlos 'safaris'. ¿Era ya el mercado un territorio de caza mayor? Martín se ríe y niega: "No sé el por qué del nombre, la verdad". Sí recuerda con claridad que estas excursiones comenzaron en zonas de la periferia y después en barrios de la capital, generando miradas curiosas. Los vecinos no entendían qué hacía un grupo de 30 adultos entrando en una casa al mediodía de una jornada laborable.
"Cuando vamos a pueblos pequeños la gente se asoma a los balcones y ventanas y se han creído que estábamos haciendo algo malo. Es verdad que ver a tanta gente entrando a una casa a esas horas, que en verano no hay nadie en la calle, es raro", recuerda entre risas.
La técnica tuvo, como tantas otras cosas, parón por pandemia, y este año ha sido el del gran regreso de los safaris, que siguen teniendo buenos resultados pese al enfriamiento de las compraventas por los altos precios o la subida de tipos.
De hecho, el primer semestre de este año ha sido el mejor de los últimos años para los safaris. En ese tiempo se han realizado 9, en los que han participado unos 250 agentes y se han visitado unos 40 inmuebles en venta, especialmente de la zona del Aljarafe.
"Éxito de ventas"
El resultado ha sido un "éxito de ventas de los inmuebles visitados en estos seis meses", sostienen desde Alianza. En septiembre retomarán las visitas; la idea es cerrar 2023 con un balance final de 15 safaris.
"Vemos el beneficio de forma global, como con el aumento del porcentaje de visitas, pero también hay un beneficio colateral, que es la sinergia de los compañeros", apunta Martín. De las excusiones, además de ajustes de precio, salen incluso amistades; "me casé el año pasado y a mi boda vinieron agentes inmobiliarios del safari".
'Personal shopper inmobiliario'
"He leído algo de safaris. Se lo que es y me parece que es una cosa que tiene mucho sentido y se hace poco. Si no se hacen, las agencias no tienen conocimiento de qué acaba de entrar y lo pueden también poner a la venta". La valoración es de Iñaki Unsain, pionero en instalar en España la figura del personal shopper, también en ascenso en los últimos tiempos en un mercado cada vez más competitivo y complejo.
A Unsain, convertido ahora en personal shopper referencia en Barcelona, le parece sorprendente que este tipo de trabajo haya tardado tanto en despegar en nuestro país. "Cuando quieres comprar sin ser un experto empiezas a hacer visitas, y las agencias no defienden al comprador. Comprar lo más caro de tu vida sin asesoramiento exclusivo es sorprente. Piensa que te asesora alguien remunerado por el vendedor", expone.
El personal shopper da la vuelta al mecanismo. Es alguien contratado por quien busca casa, asegurándose así que mirará por su beneficio.
¿Cuánto cuesta contratar a estos profesionales? No existen unas tarifas fijas, aunque sí una especie de "tarifas planas" determinadas por los intervalos de compra. Así, si el futuro comprador busca en una casa de una horquilla de entre 150.000 y 200.000 euros, el personal shopper recibirá un montante diferente a quien aspire a comprar una vivienda de más de 300.000 euros.
"Aseguramos que así vamos a pelear por los intereses de nuestro cliente, porque si pusiéramos porcentajes sobre el valor de venta, cuanto más caro comprase nuestro cliente más cobraríamos", razona.