Así lo ha adelantado este martes Javier Torres, presidente de Sareb, durante su participación en el II Observatorio de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), celebrado en el CaixaForum de Madrid e impulsado por ENCLAVE ODS, EL ESPAÑOL e Invertia.

Torres ha señalado que la cifra de 6.000 alquileres sociales seguirá aumentando en los próximos meses; en Sareb prevén que se añadan a esta lista alrededor de mil viviendas adicionales antes de que acaba el año 2023. 

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De esta manera, la sociedad consolida su posición como un "actor principal" en materia de alquiler asequible y social en España, ya que actualmente hay alrededor de 28.000 personas residiendo en viviendas sociales de Sareb si se incluyen las beneficiadas a través de los convenios alcanzados con las distintas comunidades autónomas.

Torres ha puesto de relieve la importancia de la escalabilidad del proyecto, ya que las viviendas de alquiler social están diseminadas por todo el país y en muchas ocasiones, al tratar con personas, es necesario hacer prácticamente "un traje a medida" para cada uno de los casos.

Javier Torres, presidente de Sareb, durante su intervención en la mesa redonda ' Vivienda social'; en la primera jornada del II Observatorio de los ODS. Cristina Villarino

Ante este reto, ha apuntado que en Sareb han estado trabajando para asegurarse de que cuentan con un modelo "escalable y eficiente", algo que se basa en procedimentar todo lo máximo posible y en conseguir una homogeneización y estandarización de la gestión. 

A este respecto, el presidente también ha incidido en la importancia de la propia gestión inmobiliaria, ya que Sareb firma alrededor de 400 alquileres al mes y esto requiere de una infraestructura "no menor" para poder llevar a cabo todos los trámites necesarios. 

Beneficios 

Torres ha recordado que Sareb se embarcó en este programa en parte por necesidad, ya que su objetivo final es el de vender los inmuebles que le adjudican los tribunales. Sin embargo, un 40% esos inmuebles no están vacíos y hay personas residiendo en ellos. 

En este escenario se producen numerosas casuísticas, desde alquileres normales a los que Sareb se subroga, hasta otros irregulares, fraudulentos o viviendas con distintos tipos de ocupación. Y aquí radica otra de las razones por las que la sociedad puso en marcha este programa: Sareb no puede actuar de forma indiscriminada ante estos casos. 

De izquierda a derecha; Javier Torres, presidente de Sareb; Arturo Criado, subdirector de EL ESPAÑOL; Cristina Villarino

El presidente de la entidad ha señalado que tienen que actuar aplicando "principios de responsabilidad" y un primer paso consiste en realizar una evaluación o scoring del grado de vulnerabilidad de las personas que habitan en las viviendas. Posteriormente, a aquellos que se encuentren en esa situación, se les ofrece un alquiler por un importe que no superará el 30% de los ingresos.

Un alquiler que también incluye un programa de acompañamiento social con el que Sareb busca ayudar a las familias a acceder a todas las subvenciones a las que tendrían derecho y que muchas veces no solicitan por desconocimiento o por motivos de brecha tecnológica, entre otros.

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Además, también va acompañado un plan de inserción laboral que permite, gracias a los datos que obtienen cuando analizan el grado de vulnerabilidad de una familia, cotejarlos con los de las bolsas de empleo para ayudarles a encontrar un puesto de trabajo.

Un tercer motivo que impulsó este programa fue la propia sostenibilidad de Sareb. Cuando un tribunal le adjudica una vivienda con personas dentro esto sólo genera gastos a la sociedad. Sin embargo, gracias a esta iniciativa ingresa de media por vivienda 2.400 euros al año, lo que le permite compensar los costes derivados del alquiler social.

Retos

Por otro lado, Torres ha apuntado que, aunque en España la disponibilidad de vivienda social sigue siendo un problema y el país se encuentra por detrás de otras economías europeas en este aspecto, este no es principal reto al que tiene que hacer frente Sareb para llevar a cabo su programa de alquiler social. 

En su caso, la mayor dificultad es el "contacto inicial" con las familias. Los profesionales de Sareb, acompañados por trabajadores sociales formados, van puerta a puerta, incluso varios veces al mismo domicilio, para vencer la desconfianza inicial de los posibles beneficiarios. 

La sociedad también colabora en este proyecto con las plataformas antidesahucios, que le ayudan a identificar qué casos requieren atención. Para Torres, la colaboración entre todos es fundamental para ser capaces de resolver el reto que supone el alquiler de vivienda asequible en España.