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Buenas y malas noticias para quienes quieren adquirir vivienda. La mala es que el precio sigue subiendo: durante el último año (de agosto de 2023 a agosto de 2024), ha subido un 8,7% según los datos de Idealista. ¿Y cuál es la buena?

Pues que el Euríbor (el principal índice hipotecario) ha cerrado septiembre por debajo del 3%, algo que no sucedía desde noviembre de 2022. En concreto, se ha situado en el 2,936% en media mensual.

Más allá de las ‘piedras en el camino’ que tienen aquellas personas que quieren adquirir vivienda, hay otro ‘bache’ que tienen que saltar si quieren conseguir que sus sueños acaben convirtiéndose en realidad. Ese no es otro que el banco dé ‘luz verde’ a la hipoteca.

¿Por qué los bancos tienen en cuenta la edad?

Porque cuando un banco concede un crédito bancario lo hace con el objetivo de obtener intereses. Por tanto, cuanto mayor sea una persona, mayor será el riesgo de impago a la hora de devolver dicho préstamo.

De ahí que las entidades financieras establezcan una serie de criterios sobre este asunto. Uno de ellos es la edad, aunque no existe una regulación al respecto. Y lo hacen según su política de riesgo. El fin no es otro que evitar este tipo de operaciones consideradas no seguras. Uno de esos criterios es la edad. Pero hay otros.

Uno de ellos tiene que ver con la situación laboral y económica (tener contrato fijo o ingresos estables es de gran ayuda). Otro, es el plazo de amortización (este está muy ligado también con la edad).

Un tercer aspecto es la capacidad de endeudamiento, que se une a un cuarto: patrimonio y avales. Como no hay quinto malo, el historial crediticio jugará a favor o en contra. Por último, los ahorros disponibles y el tamaño de la hipoteca. Es decir, que si se tienen ahorros previos, la hipoteca que se solicitará será inferior, con lo cual aumentan las posibilidades de conseguirla.

¿Cuál es la edad límite?

Aunque no hay una fecha global como tal, si se puede afirmar que la edad límite para devolver la hipoteca se sitúa en los 75 años. Cierto que hay entidades que la adelantan a los 70 años, como el BBVA, mientras que en el caso del Santander, la alargan hasta los 80 años.

Por tanto, si una persona pide una hipoteca y un periodo de amortización de 30 años, los años que tiene que tener cuando la solicita es, como máximo, de 45 años. O, si tiene 50 años, el periodo de amortización tope será de 25 años. Y si la demanda con 60 años, únicamente tendrá 15 años para pagarla.

El hecho de que los plazos de amortización sean más cortos supondrá que tendrá que pagar una cuota mayor. También otro caso que se puede dar es que disponga de los ahorros suficientes para acortar dicho periodo de amortización, o bien que haya vendido otra propiedad, y con el dinero conseguido, esté en proceso de adquirir otra.

Si quien pide la hipoteca es una pareja o un matrimonio, la entidad financiera suele fijarse en la edad de la persona más joven para fijar el plazo máximo. También puede poner el foco en cuál de los dos dispone de mayores ingresos.

Llegados a este punto, conviene recordar una recomendación del Banco de España. Y esa no es otra que la siguiente: la duración del préstamo tiene que tener un plazo máximo de 30 años. De esta manera, la edad máxima para solicitar una hipoteca estaría en los 45 años. A la misma habría que añadir otra: no dedicar más del 35% de los ingresos mensuales al pago de la hipoteca.