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Alquilar o no alquilar una vivienda. Este dilema shakesperiano está sobre la mesa de muchos caseros de vivienda en alquiler. Entre otras razones, por lo que en la actualidad se conoce como inquiokupas. Es decir, personas que pagan una o dos mensualidades, y luego dejan de hacerlo.

Pero, mirando más al futuro, hay en el horizonte otro asunto que puede hacer que se lo piensen dos veces a la hora de alquilar una vivienda. Por tanto, una mala noticia para los inquilinos, que verían reducir la oferta a la que pueden acceder.

El ‘culpable’ de que este planteamiento se haga realidad es la Unión Europea (UE). Y es que, debido a una directiva europea, las viviendas deberán cumplir una serie de requisitos relacionados con la eficiencia energética.

¿Cuál es el origen del cambio en las viviendas?

Se trata de la Directiva Europea de Eficiencia Energética de la Edificación la que establece esos requisitos que entrarán en vigor en 2030. Criterios que, sí o sí, deberán cumplir aquellas personas que quieran poner a la venta una vivienda o hacer un contrato de alquiler.

Hasta ahora (y desde el año 2013) bastaba con tener el Certificado de Eficiencia Energética (CEE). El mismo señala cuánto consume la vivienda y cuando dióxido de carbono emite a la atmósfera. Y el barómetro por el que se rige es una calificación que va desde las letras A (la mejor calificación) a la G (la peor). Se renueva cada 10 años y no poseerlo puede acarrear multas desde los 600 a los 6.000 euros.

¿Qué va a pasar a partir de 2030? Pues que, a partir de entonces, la calificación mínima que deberá tener una vivienda para poder ser vendida o alquilada será de E (es decir, dos por encima de la peor).

Una situación que se antoja complicada porque, según Andimac (Asociación Nacional de Distribuidores de Cerámica y Materiales de Construcción), ocho de cada diez viviendas en la actualidad no cumplen con dicho requisito. Además, la situación se complicará tres años después (en 2033). Porque dicho mínimo ya no será E, sino que quedará en D.

¿Y cuál puede ser el desembolso para adaptar las viviendas a los nuevos requisitos? Según Asece (Asociación Española para la Calidad en la Edificación), el presupuesto para mejorar energéticamente una vivienda media oscilaría entre los 5.000 y los 6.000 euros. O, dicho de otra manera, subir de una letra a otra costaría unos 2.000 euros. A ello habría que añadir el coste del certificado (entre 400 y 500 euros).