Marcarnos unas expectativas razonables, planificar, ejecutar nuestra planificación, adquirir una educación financiera para poder decidir por nosotros mismos y no obsesionarnos. Estos son los cinco propósitos deberíamos proponemos para ahorrar bien en este nuevo año que acaba de comenzar.
El primer propósito para conseguir el objetivo de ahorrar, y hacerlo de manera correcta, es marcarnos unas expectativas razonables: qué esperamos, qué necesidades tendremos… Además, tener como objetivo ahorrar una cantidad a la que podamos llegar nos ayudará a no desistir de nuestro propósito. Se trata de buscar un equilibrio entre el ahorro y el gasto, que nos permita poder disfrutar ahora y después.
El segundo propósito es planificar mi ahorro: ¿cuál es el objetivo de mi ahorro? ¿Cuándo lo voy a necesitar? No se trata de ahorrar por ahorrar. Marcarnos un objetivo de ahorro nos ayudará a no quedarnos en el camino. No hablamos de ir echando en un bote monedas para luego gastar, hablamos de poner a trabajar nuestro ahorro.
Disponer de un plan de pensiones y un fondo de inversión, no solo es compatible, sino que es algo recomendable y complementario que puede ayudarte para diversificar tus inversiones y tu ahorro en función de tus necesidades.
"Cuanto antes pongamos nuestro dinero a trabajar de forma metódica, mejor. El tiempo juega a nuestro favor"
El tercer objetivo para este 2019 es llevar a cabo esa planificación: ejecutar la planificación de mi ahorro. Nunca es tarde para decidir ahorrar, sin embargo, si pensamos en un ahorro a largo plazo (como es el de la jubilación), que pueda tener una rentabilidad 3 puntos por encima del IPC, las personas que empiezan a ahorrar con 20 años van a recibir ese dinero multiplicado por cuatro (ajustado por inflación), a los 35 años será multiplicado por 2,5 y a los 50 años por 1,7, de ahí la importancia de empezar pronto a ahorrar. El tiempo juega a nuestro favor cuando ahorramos a largo plazo.
Además, el tiempo vuelve a ser una variable importante en el ahorro, ya no solo en empezar cuanto antes, sino hacerlo de una manera metódica. Ahorrar mes a mes supone un menor esfuerzo, nos ayuda a crear una disciplina de ahorro y, sobre todo, nos permite entrar en distintos momentos de mercado cubriéndonos así de grandes volatilidades. El ahorro hay que pensarlo como “un gasto más” de nuestra planificación mensual.
El cuarto propósito, que está muy ligado al tercero, será el poder decidir por nosotros mismos. Para ello debemos conocernos honestamente como personas y reflexionar sobre nuestras expectativas y sobre nuestros miedos, determinando nuestro límite de tolerancia cuando las inversiones no evolucionan bien: conocer nuestro perfil de riesgo. Cuando una inversión no te permite estar tranquilo, es que no se está realizando de manera adecuada, bien por la cantidad invertida o bien por el producto elegido.
Y por último, el quinto propósito es, una vez que ya hemos decidido nuestra inversión, no obsesionarnos con ella. Es importante realizar un seguimiento de dónde has destinado tu ahorro, pero sin obsesionarse. Tenemos que hacer un análisis de cuál es el horizonte de nuestra inversión y cómo afecta la evolución de los mercados financieros al horizonte que tengo. No debemos dejarnos llevar por la volatilidad inmediata o por la euforia inmediata para tomar nuestras decisiones de inversión. Esto reducirá la posibilidad de que capitulemos en el momento equivocado y tomemos así una mala decisión de inversión respecto a nuestros ahorros.
* Fernando Aguado es Director de Inversiones de Fonditel