¿Tienes previsto comprar una vivienda en la playa?
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Ya están aquí las vacaciones. El verano es un buen momento para ver viviendas y decidir la compra de una casa en la playa. Pero, como no es oro todo lo que reluce, hay que tener en cuenta algunos consejos y reflexionar antes de la adquisición. Considerar los gustos, las preferencias y los objetivos es clave.
Hay cuestiones que son básicas.
Situación ¿Qué zona me gusta y qué casa elegir? La ubicación es fundamental
Comunicaciones. Son vitales y de ello dependerá un mayor o menor uso ¿Está bien comunicada? ¿Tiene buenas infraestructuras? No es lo mismo que sea una segunda residencia para fines de semana que para las vacaciones de verano o Semana Santa.
¿Qué ofrece el entorno? Playa, montaña cercana, áreas de esparcimiento, qué servicios tiene la zona. Tranquilidad o bullicio. Mejor analizar qué se busca antes de dar el primer paso. Y el clima es también importante.
Precio. Una vez pasados los primeros filtros, el siguiente hito es el precio. ¿Lo podemos pagar, nos supone un sobresfuerzo? Si se pide hipoteca, las entidades financieras suelen financiar el 60% del valor de tasación, de ahí que sea recomendable tenerlo en cuenta.
¿Cuál es el objetivo? Utilizarla para uso propio o que esté alquilada durante temporadas.
¿Se puede alquilar fácilmente? Y en caso de querer alquilarla, siempre es bueno analizar si la vivienda tiene posibilidades. Este factor es un plus, incluso a la hora de una posible venta. Ver la demanda de la zona y la tendencia.
Desembolsos. El alquiler puede ayudar a sufragar parte de los gastos Porque no olvidemos que una segunda residencia tiene unos gastos fijos, la utilices o no: comunidad (si está dentro de una urbanización), fijos de luz, agua, IBI, seguro, derramas.... Y a estos se puede sumar el importe de la hipoteca si la tuviera. Y los impuestos derivados de la compra: IVA, ITP, notaria, registro, etc.
¿Se ajusta a mi idea de futuro? Si es ampliar la familia, mejor que el apartamento no se quede pequeño. Pero, si es demasiado grande, genera más gastos. Además, una segunda residencia ata a un lugar y obliga a ir todos los veranos a la misma zona. Aunque esto puede ser estupendo si quieres que los niños tengan amigos.
Para finalizar, la segunda residencia tributa en la declaración de la renta en el apartado de imputación de renta inmobiliaria el tiempo que se utilice para uso propio. Si se alquila también deben declararse los ingresos obtenidos. Y para añadir alguna duda más, en este enlace ya contamos los pros y contras de comprar una segunda residencia: qué es mejor comprar o alquilar.
Consuelo R. de Prada, FORO CONSULTORES INMOBILIARIOS