La renta básica incondicional es una idea que ha sido mencionada en numerosas ocasiones, una discusión presente a varios niveles y en muchos países. Pero con la llegada de la pandemia y, sobre todo, con la depresión económica que se avecina como consecuencia de ella, muchos han vuelto sus ojos a esa idea, desde políticos demócratas o republicanos norteamericanos, españoles, o incluso el papa. Otros, como el World Economic Forum, llevan ya años abogando por ese sistema.
Recientemente, la idea se ha querido conectar con iniciativas como los cheques enviados por Donald Trump a millones de norteamericanos con el fin de evitar la recesión o con la renta mínima vital propuesta por Pablo Iglesias en España, que ha llevado a algunos diarios europeos a considerar que España se convertiría en el primer país europeo en poner en marcha una renta básica universal.
El problema de esta discusión es que en torno al concepto de renta básica incondicional se pretende englobar todo tipo de ayudas, incluso cuando no sean ni rentas, ni básicas, ni mucho menos incondicionales.
Dar dinero a personas en situación de vulnerabilidad vinculado a una circunstancia como una pandemia es recomendable, positivo, sensible y muchas cosas más… pero como tal, no constituye una renta (que por definición se produce de manera regular, no como respuesta coyuntural a una situación determinada), ni muchos menos incondicional (porque para acceder a ella hay que cumplir determinadas condiciones).
Ni Donald Trump, ni Pablo Iglesias, ni Luis de Guindos hablan de renta básica incondicional, sino de ayudar temporalmente a personas vulnerables para evitar una recesión, de ayudar a esas personas vulnerables a reducir su vulnerabilidad, o de hacerlo para evitar que se echen a la calle. De una u otra manera, con una intencionalidad o con otra, y nos parezca mejor o peor, solo hay una cosa clara y evidente: no hablamos de una renta básica incondicional. Hablamos de otras cosas.
Ni Donald Trump, ni Pablo Iglesias, ni Luis de Guindos hablan de renta básica incondicional, sino de ayudar temporalmente a personas vulnerables
Para hablar de una renta básica incondicional tenemos, por tanto, que cumplir los tres requisitos expresados en su nombre: primero, que sea una renta, y por tanto, permanente. Segundo, que sea básica, es decir, que cubra las necesidades básicas de las personas. Y tercero, que sea incondicional, no vinculada con ninguna característica de quienes la reciben: ni su nivel de renta, ni su vulnerabilidad. Que se entregue a todos los ciudadanos.
Cuando hablamos, por tanto, de renta básica incondicional, hablamos de una cantidad de dinero estimada como la necesaria para cubrir las necesidades básicas de las personas, y que se entrega a todos los ciudadanos durante todo el tiempo. A todos. Lo necesiten o no.
Obviamente, aquellos que no la necesitan, al incorporar una fuente de ingresos, se encontrarán en muchos casos - en países ricos, en la mayoría - con que terminan devolviendo íntegramente esa renta básica en su declaración de impuestos, y en muchos casos, más aún.
De ahí uno de los primeros malentendidos de la renta básica incondicional: que no hay dinero para pagarla. En realidad, en países ricos, de lo que hablamos es de dar dinero a muchas personas que, simplemente, te lo devuelven poco después. Y en lugar de infinidad de subsidios condicionados.
En realidad, en países ricos, de lo que hablamos es de dar dinero a muchas personas que, simplemente, te lo devuelven poco después
Con una renta básica incondicional, los ciudadanos no se convierten en vagos ni se la gastan en drogas, y eso está demostrado por la práctica. Simplemente, se disminuye la inseguridad y se posibilita que las personas tomen mejores opciones, con más grados de libertad.
No genera más inflación que la que debe generar (la inflación no es necesariamente mala), y cuando lo hace, se actualiza en consecuencia. En el futuro, con máquinas cada vez más productivas, lo normal será que sea cada vez menos necesario que las personas trabajen. ¿Tiene sentido que en una sociedad en la que las máquinas producen cada vez más, mejor y más barato, se incremente la cantidad de personas en situación de pobreza?
¿Por qué es importante que la renta básica incondicional se entregue a todos los ciudadanos? Porque con eso se evitan muchos peligros: primero, el de estigmatización de quienes la reciben, que ya no serían vistos como "vagos", dado que simplemente reciben lo que recibimos todos los demás.
Pero en segundo lugar, e importantísimo, porque con ello evitamos la tentación de instrumentalizar esa renta y convertirla en la razón que condiciona el voto de aquellos que la reciben. En el fondo, lo que pretende Trump con sus pagos es que aquellos que los reciben decidan votar en las próximas elecciones presidenciales a quién les ayudó cuando lo necesitaban. O lo que desgraciadamente hacen países como Venezuela o Argentina: subvencionar a determinados colectivos para que sostengan al gobernante que les proporciona esa renta.
Por esa razón, hay pocos políticos que aboguen por la renta básica incondicional: porque no sirve para ser reconocidos como salvadores de nadie, ni para garantizar el voto de nadie.
Cuando la renta básica incondicional no cumple alguno de esos requisitos, se convierte en un subsidio. Y los subsidios no son solución a nada, sino parches. No suponen un cambio, sino una manera de prolongar una situación. Y además, suelen estar vinculados a cuestiones muy peligrosas. Tengámoslo en cuenta. Y, sobre todo, llamemos a las cosas por su nombre.