El conjunto de la sociedad española, y gran parte de la ciudadanía mundial, está viviendo una situación excepcional a la que nunca antes no se había enfrentado.

Paliar las muy graves consecuencias sanitarias que está originando la pandemia de la Covid-19, con el drama permanente de las cifras de contagio y del número de fallecidos, tiene que ser, sin lugar a ninguna duda, nuestro primer objetivo. Son muchos los que están poniendo en riesgo su vida para que no perdamos todo aquello por lo que hemos luchado a lo largo de nuestra existencia. En primer lugar, nuestra propia vida, pero también para garantizar la subsistencia una vez que consigamos vencer a la pandemia.

Por eso, los profesionales sanitarios, cuerpos y fuerzas de seguridad, trabajadores y empresas que nos garantizan los suministros básicos, y todos aquellos que se han visto afectados por esta tremenda enfermedad, merecen no solo todo nuestro reconocimiento y admiración, sino que tomemos las medidas adecuadas para garantizar la continuidad de nuestro estado del bienestar y que su esfuerzo no haya sido en balde.

Es evidente que hasta que se halle una vacuna que reduzca al mínimo los graves efectos de la enfermedad no terminaremos con la crisis sanitaria. Pero mientras los científicos dan con ella, el resto tenemos que ocuparnos de la otra gran amenaza que supone la caída de la economía.

El turismo representa para nuestro país el 12,5% del PIB y el 13% del empleo, con más de 2,6 millones de trabajadores que en este momento ven peligrar su subsistencia por la parálisis de la actividad. Hemos sufrido crisis anteriores, en las cuales el turismo ha actuado como motor económico de España, liderando en la mayoría de las ocasiones la recuperación de nuestra economía. Pero, a diferencia de las anteriores, nunca nos habíamos enfrentado a una situación en la cual la principal restricción fuera la movilidad de las personas y, por tanto, atacara a la línea de flotación de la propia actividad.

La forma de viajar cambiará y el sector ha demostrado que es capaz de adaptarse para superar las dificultades surgidas a lo largo de los años como consecuencia de las crisis mencionadas. Y esta vez también lo hará. Se establecerán los protocolos adecuados y se harán las inversiones necesarias para garantizar la seguridad de trabajadores y clientes, de manera que la experiencia de los viajes sea totalmente satisfactoria y segura para los ciudadanos.

Pero para ello hay algo que, hoy en día, resulta imprescindible. La supervivencia de las empresas turísticas. Mantener vivas a las empresas y proteger a los trabajadores para que vuelvan a ser el motor económico de España y generen beneficios tanto económicos como sociales para nuestro país.

El sector turístico, por las características especiales de esta situación, va a ser de los últimos en recuperarse y por ello es necesario que el Gobierno habilite unas ayudas específicas que garanticen la continuidad y no se destruya el tejido empresarial que existe en la actualidad, en especial, las pequeñas y medianas empresas del sector turístico español.

El sector turístico va a ser de los últimos en recuperarse y por ello es necesario que el Gobierno habilite unas ayudas específicas

La disponibilidad de las líneas de avales hasta el 100% de los créditos para las empresas, el aplazamiento en el pago de impuestos o incluso la reducción de algunos de ellos, en cualquier ámbito, tanto estatales, como autonómicos o municipales, la extensión de los ERTE por causa de fuerza mayor hasta más allá de la finalización del estado de alarma y como mínimo hasta finales del 2020, entre otras, son medidas que el sector necesita para su supervivencia.

Europa juega, sin duda, un papel muy importante en la recuperación del sector y en este sentido estamos viendo cómo la Comisión Europea de Mercado Interior se plantea destinar al sector turístico entre un 20% y un 25% del fondo de recuperación que prevé crear. Bruselas reconoce la fuerte dependencia del turismo en países como el nuestro, especialmente en las islas, ya que muchas de ellas viven casi exclusivamente de este sector y afrontan una situación extremadamente complicada.

Y debemos seguir contando y exigiendo a Europa que se implique de forma directa, en la convalidación y acreditación de los protocolos que se están elaborando en todo el sector turístico, para garantizar la seguridad sanitaria en todo el territorio europeo. Es fundamental contar con un organismo supranacional que valide una norma común europea, que dé seguridad y aporte tranquilidad a los viajeros internacionales.

Debemos seguir exigiendo a Europa que se implique de forma directa, en la convalidación y acreditación de los protocolos

Es el momento de los grandes acuerdos y las grandes decisiones, y resulta imprescindible que las autoridades españolas no solo reconozcan la fuerte dependencia de la economía que nuestro país tiene del turismo sino que tomen las medidas oportunas y desarrollen un plan específico con ayudas y actuaciones en todos los ámbitos, económico, laboral, fiscal, de comunicación, etcétera.

El Turismo siempre ha respondido a todas las vicisitudes con las que nos hemos encontrado y en esta ocasión también sabrá sobreponerse. Entre otras cosas, porque también forman parte de nuestro turismo todos aquellos profesionales a los cuales debemos rendir homenaje en estos momentos. Sanitarios, cuerpos y fuerzas de seguridad, que dan tranquilidad a nuestros visitantes, trabajadores y empresas que nos facilitan suministros de todo tipo, etc., y que junto a nuestros grandes profesionales del sector, han hecho de España el líder turístico que hoy en día es en el mundo.

Cualquier inversión realizada en el turismo de nuestro país, por la vía de las medidas que adopte el Gobierno, será devuelto por el sector con creces, con su aportación tanto a la economía como al bienestar social de nuestros ciudadanos.

Ahora más que nunca, ayudemos entre todos a la recuperación del Turismo.

*** Juan Molas es presidente de la Mesa del Turismo.