El teletrabajo, ¿nos hace más humanos?
Liderar a cientos de empleados tiene su complejidad, pero hacerlo de forma remota supone todo un reto. Videoconferencias, llamadas y webinars se han convertido en nuestro día a día de la noche a la mañana, y ello está calando en las relaciones laborales. Ante este escenario, se abren nuevas oportunidades para promover la innovación dentro de las organizaciones.
Tras más de un mes aplicando el teletrabajo, estamos observando que esta situación está contribuyendo a humanizar las relaciones, no solo con los compañeros, sino también con clientes y proveedores. En muchos casos, tenemos una relación más íntima que antes o menos formal con las personas con las que nos relacionamos profesionalmente. Esto ocurre porque nos hemos quitado la vergüenza de que vean a nuestros hijos, nuestras mascotas o nuestra habitación a través de la cámara, lo que demuestra que la humanidad y la empatía nos acercan más que nos separan.
Por otro lado, es necesario mantener las mismas rutinas que en una oficina, con la separación del contacto social y el profesional. Trabajar en remoto puede generar un aislamiento que hay que evitar, y por este motivo es esencial contar con momentos de contacto más personal para que los responsables de equipos puedan preguntar cómo se sienten sus empleados a través de un café virtual.
En nuestra empresa, por ejemplo, hemos facilitado entornos donde la plantilla puede interactuar a través de una playlist en Spotify o con un grupo privado de Instagram, donde cada día algunos empleados nos ofrecen conciertos, clases de mindfuldness o rutinas de gimnasio.
Otra de las innovaciones que nos traer del teletrabajo es la implantación de formas de trabajar que van de abajo a arriba y no al revés. Esta fórmula se basa en la confianza de los directores respecto a sus empleados y en la delegación de tareas para que se cumplan unos objetivos propuestos por los propios trabajadores y no impuestos por su superior.
Si hablamos de la medición de la productividad con el teletrabajo, existen dos elementos clave que deberemos tener en cuenta: que la información sea colaborativa, ya sea a través de un CRM o de carpetas compartidas, y con unos procedimientos claros sobre cómo utilizarla y cómo se va a evaluar el trabajo.
En segundo lugar, es vital preguntar directamente al trabajador cada día qué objetivo se ha propuesto y qué va hacer para lograrlo. Si no funciona y no logra el objetivo, le preguntaremos cómo quiere hacerlo el día siguiente y así le acompañaremos en este aprendizaje.
Una de las innovaciones del teletrabajo es la implantación de formas de trabajar que van de abajo a arriba y no al revés
Uno de los secretos para ser productivos es poner coto a las videollamadas o reuniones telemáticas para que no canibalicen la jornada laboral. Lo recomendable es que se hagan reuniones con todo el equipo una vez por semana o, como máximo, una vez al día.
Es significativamente mejor primar las reuniones individuales para valorar la evolución de cada empleado, sus dudas y sus logros. En cuanto a la duración, las llamadas individuales no deberían alargarse más de 30 minutos, y las grupales no deberían exceder de una hora, aunque en ocasiones es difícil reducir a menos de dos horas comités ejecutivos y juntas extraordinarias donde se deben tomar decisiones importantes en estos momentos.
¿Qué pasa con la plantilla que no puede teletrabajar? En el caso de las empresas que no pueden realizar su actividad en remoto y han tenido que enviar a sus trabajadores a casa, en la medida de lo posible, hay que intentar mantener el contacto con todos por los distintos canales de comunicación interna.
Si los empleados no disponen de herramientas de teletrabajo, se puede hacer de forma telefónica o con grupos de Whatsapp a nivel personal.
Igual de importante es dejar claro a la plantilla que la empresa sigue contando con ellos una vez pasados estos días de cierre total y es necesario poner en valor todo su trabajo e intentar ayudarles a pensar en cuándo vuelvan.
Una forma interesante de llevarlo a cabo es pedirles que hagan el ejercicio de pensar en una nueva estrategia o acción que pueda mejorar sus tareas diarias, que podrán presentar cuando vuelvan a su puesto. Gracias a ello, mantenemos a los trabajadores con cierta motivación por mejorar en su trabajo y conseguimos, además, que esta nueva situación les ayude a ser más productivos a su vuelta.
Todas estas son prácticas que nos pueden ayudar a sobrellevar esta situación en la que nos encontramos, y por ello es importante la capacidad de adaptación de todos los miembros del equipo, tanto los directivos como los empleados. Son tiempos difíciles, pero nunca fue tan fácil crear equipo e innovar en las formas de trabajar.
*** Christopher Dottie es director general de Hays España.