El coronavirus (Covid-19) es un asesino tan letal que ha conseguido paralizar el planeta en cuestión de meses. Mientras, el cambio climático ha sido ignorado durante años. Muchos simplemente niegan su existencia y otros lo ven como una amenaza tan lejana que no merece la pena preocuparse por ella. Pero las cifras hablan por sí solas. En este momento, las muertes totales por coronavirus se acercan a 360.000, mientras que las defunciones por contaminación atmosférica en el mundo superan los ocho millones cada año. ¿Quién es el verdadero asesino ahora?
En plano económico pasa un poco lo mismo. Aunque todavía no tengamos cifras exactas, el FMI ha advertido de que la pandemia causará "las peores consecuencias económicas desde la Gran Depresión". Lo que sí sabemos, es que, si el mundo no aumenta sus esfuerzos por contener el cambio climático, las pérdidas económicas anuales podrían ascender a 615.000 millones de euros para 2090.
Los fenómenos meteorológicos extremos, por ejemplo, tienen un impacto directo en la agricultura, la ganadería, la pesca y las infraestructuras. No hace menos de un año, el temporal DANA dejó pérdidas estimadas en 190 millones de euros, y eso es solo la parte que cubrieron los seguros. El efecto del cambio climático sobre este tipo de fenómenos es que los vuelve más frecuentes e intensos. ¿Se acuerda del huracán Harvey que azotó el sur de EEUU en 2017? Además de considerarse como uno de los más graves de la historia, resulta que mientras que a finales del siglo XX un suceso de este tipo solo ocurría una vez cada 100 años, para finales del siglo XXI podría haber uno cada 5,5 años.
Las muertes totales por coronavirus se acercan a 360.000, mientras que las defunciones por contaminación superan los ocho millones cada año
Está claro que el factor tiempo juega un papel muy importante. No es lo mismo decir que en 2021 estaremos sumidos en una gran crisis económica que afirmar que cada año vamos a ir sufriendo pérdidas económicas y humanas hasta un horizonte en el que la mayoría de nosotros ya ni siquiera vamos a estar aquí. La diferencia está en que el coronavirus pasará antes o después mientras que el cambio climático se agrava cada vez a más. Así que, si una de las principales vías para salir de la Gran Depresión fue el New Deal, ¿por qué no podríamos salir de la inminente recesión a través del Green New Deal?
El 'Nuevo Pacto Verde' es una estrategia nacida en 2008 que consiste en fomentar las inversiones públicas y privadas para ecologizar toda la economía de forma transversal. En EEUU este enfoque ha sido abanderado por algunos miembros del partido Demócrata, mientras que la Comisión Europea (CE) presentó la hoja de ruta su propio Pacto Verde Europeo a finales de 2019.
Aquel día, la presidenta de la CE, Ursula von der Leyen, afirmó: "El Pacto Verde Europeo es nuestra nueva estrategia de crecimiento, un crecimiento que aporta más de lo que consume […] para que vivamos de forma más sana y nuestras empresas sean innovadoras. Todos podemos participar en la transición y todos podemos aprovechar las oportunidades que brinda. Si somos los primeros en dar este paso y si lo hacemos con premura, contribuiremos a que nuestra economía sea líder mundial".
Salud, calidad de vida, innovación, crecimiento económico… No cabe duda de los inmensos beneficios que nos traería este enfoque. ¿El problema? Que cuando lo dijo, el 19 de diciembre del año pasado, Occidente todavía no era consciente de que había una pandemia a la vuelta de la esquina. Y, si siempre ha sido complicado encontrar apoyos para la lucha contra el cambio climático, imagine lo difícil que será en el mundo aun más empobrecido que nos va a dejar el coronavirus.
Lograr una transformación económica y social estratégica y profunda no solo requerirá que nos rasquemos el bolsillo, también nos obligará a esperar años para ver los resultados de revertir unas amenazas que también serán más grandes en el futuro. Pero basta con analizar lo que ha pasado con los recortes sanitarios para entender la problemática de actuar a corto plazo. Ya sea en salud o en medio ambiente, todo el mundo sabe que más vale prevenir que curar.