La crisis del coronavirus ha llevado a una situación límite de rescates, reestructuraciones y quiebras a aerolíneas de todo el mundo. La última víctima del Covid-19 ha sido Latam, la mayor compañía aérea de América Latina, que se acogió a la bancarrota la pasada semana en un juzgado de Nueva York abriendo un proceso que salpicará, entre otros, a la filial en Chile del Santander.
La legislación norteamericana hará que Latam resurja, aunque con una estructura y un tamaño muy diferente. La reestructuración que le espera será común a muchas aerolíneas del mundo.
La banca de inversión y los despachos de abogados están ya preparados para una avalancha de refinanciaciones, reestructuraciones y procesos de consolidación que se sucederán sin descanso en los próximos tres años.
Es el tiempo que se estima como necesario para la digestión empresarial de una crisis inesperada que ha cerrado la economía y cuando la termine de abrir será en un escenario que habrá cambiado el mercado de muchos sectores de manera radical.
El banco de inversión que asesoró a Latam para presentar esa quiebra fue PJT Partners, que curiosamente, también ha asesorado al Gobierno de Donald Trump en el megaacuerdo para rescatar a las aerolíneas de Estados Unidos con 25.000 millones de dólares.
Borja Arteaga, es socio-director general de PJT Partners en España y reconocía en una conversación con este periódico la pasada semana que la 'vieja normalidad' no volverá al turismo hasta 2023, según el consenso de los inversores.
"Es un bache muy grande. Tres años de recesión hace que la crisis de liquidez inicial se pueda transformar en muchos casos en una crisis de solvencia y en el segundo o tercer año muchas compañías tengan que someterse a un proceso de reestructuración financiera", advertía.
Hay en el mundo financiero quien es aún más pesimista. Goldman Sachs retrasa el fin de esta travesía hasta 2024. La firma de David M. Solomon cree que los hoteles no volverán a la vieja normalidad con la que cerraron el año 2019 hasta dentro de cuatro años.
Con ese escenario, Estados Unidos contrató a PJT Partners para poner en marcha un plan de rescate con el que, entre otros, blindó a los trabajadores de este sector hasta el 30 de septiembre, tiempo prudencial para dar visibilidad al futuro de las compañías.
Los asesores de Trump en el rescate a las aerolíneas creen que hasta 2023 el turismo no se recuperará de esta crisis
En España, Nadia Calviño cifró la pasada semana las ayudas al sector en 12.000 millones de euros (dato que suma los créditos de la ICO Thomas Cook, los avales públicos, los ERTE y la prestación a autónomos por el cese de actividad) y el sector está a la espera de saber hasta cuándo podrá ampliar los ERTE que concluyen el 30 de junio.
Se trata de una cuantía menos generosa de la que ha puesto sobre la mesa el Gobierno de Emmanuel Macron con 18.000 millones de euros y contrasta con el plan del Gobierno griego, que ha movilizado 24.000 millones de euros (incluyendo rebajas fiscales) para salvar a un sector que, como en el caso español, es clave para su economía.
El Ejecutivo de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias confía en que la demanda doméstica -que ya está llenando el aforo limitado de los bares- y la fidelidad de algunos turistas extranjeros permita salvar la temporada de verano. Pero a nadie se le escapa que quien salga de vacaciones este verano lo hará con menos posibilidad de gasto.
De hecho, asesorado por el equipo que coordina Vittorio Colao, el Gobierno italiano ha activado un plan de ayudas para subvencionar con 500 euros a familias con ingresos de hasta 40.000 euros anuales para que puedan gastar en hoteles del país durante la segunda mitad de 2020.
Como se temieron algunos economistas cuando se cerró la economía, la crisis derivada del confinamiento no se quedará en una crisis de liquidez para muchas compañías, que tienen por delante una travesía de tres años en la que habrá problemas de solvencia.
Las aerolíneas son la avanzadilla de esos procesos y sirven bien como ejemplo para entender la encrucijada. Se trata de empresas con costes altísimos de personal y con ingresos negativos porque además de dejar de facturar han tenido que devolver lo ingresado por las devoluciones de billetes.
Buena parte de los ERTE de este sector acabarán en ERE, los aviones que tenían previsto jubilar en tres años, no volverán a retomar el vuelo, habrá más nacionalizaciones y movimientos corporativos, siendo una incógnita lo que pasará en España con la compra de Air Europa por IAG.
Pero la crisis del sector aéreo provocará daños colaterales que se verán en el impacto en la industria aeronáutica o en el golpe que sufrirán los aeropuertos, a los que S&P Global ya ha advertido que tendrán que bajar sus tasas aeroportuarias.
Aena no será una excepción. La empresa semipública que preside Maurici Lucena sufrirá, además, con fuerza el desplome de los ingresos de sus tiendas ante la drástica caída de los viajes de negocios que ya se sabe que marcará esta era post Covid más allá de 2023.
Como ocurrió en 2008 con la crisis financiera, Estados Unidos dejará lecciones: por la rapidez en activar un plan de choque para el sector y por los mecanismos que ofrece su sistema de quiebras para que quien cae pueda retomar el vuelo. En el caso de Latam, la compañía volverá a operar cuando se someta a una reestructuración, pues cuenta con el apoyo de sus accionistas, las familias Cueto y Amaro, así como de Qatar Airways.
Son ejemplos que deberían servir de análisis al grupo de trabajo que encabeza Patxi López para ver cómo España puede fortalecer su economía. Pero ya ha quedado claro que la comisión de la reconstrucción dará titulares por otros temas.
ATENTOS A...
Las continuas provocaciones del Gobierno a las empresas complican la vuelta de Antonio Garamendi a la mesa del diálogo social. La última de ellas fue la creación de un 'sello social' que generó malestar en sectores de la patronal que consideran que el carácter social de las empresas no debería estar nunca en entredicho, ni estar sometido a un sello que reparta el vicepresidente Pablo Iglesias.
Pese a las tensiones, los empresarios son conscientes de que más pronto que tarde ese foro se tendrá que retomar para abordar cuestiones urgentes como la renovación de los ERTE.
En el entorno de la patronal se espera que sea Nadia Calviño quien mueva ficha para reactivar el diálogo. Es la única persona del Gobierno que por su cargo de vicepresidenta y solvencia genera confianza a los empresarios.