Realizar el ejercicio de reconocer las oportunidades no es una tarea sencilla. Si uno lee la prensa y las noticias, es difícil no caer en el catastrofismo. Debido a la incertidumbre y a la falta de previsión, la crisis sanitaria ha superado todas las expectativas y se ha convertido en una crisis económica.
El FMI, a través de su economista jefe Gita Gopinath, ha declarado que la economía mundial experimentará la peor recesión desde la Gran Depresión de 1930, sobrepasando la crisis financiera global de hace una década. Y para este año 2020, prevé una caída de la economía mundial del 3% por el impacto de la pandemia, arrastrada por las contracciones del PIB de las principales economías (EE. UU. -5,9%, zona Euro -7,5% y Japón -5,2%).
En España, el Gobierno, por su parte, espera cerrar 2020 con una contracción del PIB del -9,2%, con un incremento del déficit brutal y con una factura de más de 20.000 millones a consecuencia de los ERTES.
Los chinos escriben la palabra "crisis" realizando dos trazos. Uno significa peligro y otro, oportunidad. De los peligros ya hemos tomado conciencia. ¿Buscamos las oportunidades? ¿Qué oportunidades existen para el negocio del Outsourcing ahora?
Los chinos escriben la palabra "crisis" realizando dos trazos. Uno significa peligro y otro, oportunidad
Outsourcing es la subcontratación de parte de un proceso productivo, de un proceso auxiliar, tarea o departamento, a través de una empresa especializada externa a la empresa cliente, con el objetivo de que el proceso se realice con mayor flexibilidad, eficiencia y calidad. Y existen tres tipos de oportunidades en este ámbito: estructurales, relacionadas con el mercado y coyunturales.
Oportunidades Estructurales
Si realizamos un paralelismo con la crisis de hace una década podemos encontrar múltiples oportunidades para el negocio del Outsourcing que aplican ahora. Entre agosto y septiembre del 2008, el negocio cayó de golpe, prácticamente reduciéndose a la mitad. Pero pasados esos meses iniciales, y durante los siguientes años, el Outsourcing se convirtió en un refugio para muchísimas empresas. Y el negocio comenzó a crecer y se convirtió en anticíclico.
¿Por qué ocurrió esto? Porque a la mayoría de las empresas multinacionales, sus matrices les congelaron cualquier incremento de su estructura y les impidieron acometer inversiones. Y a prácticamente todas las empresas medianas y pequeñas, fueron los bancos, a consecuencia de la crisis de liquidez, quienes les recortaron las fuentes de financiación.
¿Qué hicieron las empresas? Buscar socios, que les ayudaran a transformar costes fijos en variables, a eficientar sus procesos, a compartir riesgos y a encontrar fórmulas más flexibles para aportar valor a sus clientes y accionistas. Eso es exactamente lo que pasará hoy. Porque el escenario económico es muy parecido. Y adicionalmente, en estos últimos 10 años, el negocio del Outsourcing, por lo menos en Adecco, se ha desarrollado enormemente, despegándose de modelos retributivos obsoletos y centrándose en ofrecer un alto valor añadido.
Oportunidades relacionadas con el mercado
Decía Warren Buffet que cuando la marea baja, es cuando descubrimos quién se estaba bañando desnudo. Y eso es exactamente lo que ya está pasando en el mercado. Aquellas empresas pequeñas, sin demasiado pulmón financiero o aquellas empresas que no han apostado por desarrollar un modelo de alto valor, lo están pasando mal. Por desgracia, asistimos con cierta cotidianeidad, a noticias de presentación de concursos de acreedores, o grandes grupos empresariales que ponen en venta sus divisiones de servicios.
Ya en 2008 ocurrió que, las principales empresas del país decidieron acometer procesos de concentración de proveedores de outsourcing, precisamente para reducir riesgos. Porque nadie quiere que baje la marea, y te pille mal acompañado.
Oportunidades coyunturales
La gran oportunidad relacionada con el Covid-19 es que la nueva normalidad implica la aparición de cambios en la forma de relacionarnos, de consumir, de vender, de producir bienes y servicios. Y esos cambios, a su vez, provocan la aparición de múltiples tareas y procesos auxiliares, pero necesarios, para asegurar el regreso seguro a los puestos de trabajo y la continuidad del negocio.
¿Querrán las empresas cargar con el peso de esas tareas auxiliares? ¿O preferirán externalizarlas con un tercero, que se las entregue bajo estándares de calidad, de eficiencia, flexibilidad y productividad?
Por todas estas razones, creo que debemos tratar de reconocer las oportunidades en todas las crisis. Y en ésta, en particular, también. Las grandes relaciones comerciales, en muchos casos, se han construido en momentos de crisis. Porque aportar valor, significa resolver problemas de nuestros clientes. Y esta crisis sanitaria y económica, ya está dejando entrever muchos problemas, que están esperando que alguien los resuelva.
*** Luis Miguel Jiménez es director comercial de Adecco Outsourcing del Grupo Adecco.