Bitcoin suele ser vista como una criptomoneda que pone los nervios de punta a sus seguidores, pero, sobre todo, se presenta como voraz bestia de consumo de energía. Al menos eso es lo que piensa la mayoría de las personas familiarizadas con el tema; incluso si invierten en ellas. Efectivamente, la energía eléctrica es vital para mantener la red de bitcoins a pesar de seguir una trayectoria tan volátil como la de su valor en el mercado. ¿Es justo entonces asegurar que es el elefante en la sala de electricidad global y asegurar que su apetito por la energía genera más problemas que los que soluciona?
La 'minería' de datos para conseguir los bloques que permiten obtener las monedas virtuales requiere mucha energía de computación. En efecto, para minar los bloques que recompensan solo a unos pocos mineros (puesto que la extracción de bitcoins es muy similar a la extracción de oro) la energía requerida aumenta en proporción inversa al número de bitcoins restantes.
De los 21 millones de bitcoins expresamente limitados por el autor del programa original, Nakamoto, quedan por rescatar solo unos 3 millones o 14% de este oro digital. El creador usó la técnica conocida como Blockchain para asegurar que ningún inversor controlara el sistema y todos permanecieran anónimos.
En cada uno de mis intentos por profundizar en el tema del consumo de energía por parte de los ejércitos de mineros de bitcoin fue recibido con la famosa reacción de William Goldman cuando se le preguntó sobre Hollywood:"Aquí nadie sabe nada de nada".
Sea cierto o no, hay que llegar a la verdad sobre los excesos de energía utilizada por bitcoin. Y que sirva de referente para saber qué esperar hacia el futuro de otras cripto-monedas como ripple, petro y ethereum.
Hay que llegar a la verdad sobre los excesos de energía utilizada por bitcoin. Y que sirva de referente para saber qué esperar
El impacto de bitcoin es grande dada toda la potencia de computación consumida por millones de horas-hombre dedicadas a la extracción de datos. Pero no es única. Los call centers, la Inteligencia Artificial y machine learning son también ávidos consumidores de energía.
La diferencia es que los anteriores producen beneficios positivos a la sociedad. Bitcoin solo produce beneficio a sus dueños. Todos estresan los sistemas de energía, especialmente de ciertos países con infraestructura eléctrica deficiente y no-limpia, como China e India.
"A medida que aumenta el precio de Bitcoin, se configuran más ordenadores para extraerlos", dice Garrick Hileman, un experto en criptomonedas de la Universidad de Cambridge.
Y a medida que aumenta el valor de la moneda, se requiere más potencia informática, para resolver los complejos acertijos criptográficos. El profesor holandés Harald Vranken estima que la red global consume entre 9 y 35 Terawatts-hora-año (TWh/a) de consumo eléctrico (España consume 216 TWh/ay Colombia 68 TWh/a). Otro estimativo lo compara con la energía requerida para fabricar un billete de papel moneda.
Un bitcoin puede consumir, según expertos, entre 2 y 3 veces más energía que un billete normal. Y según el Banco Central Europeo, se requieren 0,025 kilovatios-hora para producir un billete de banco (algo así como la energía de una bombilla de 60 vatios encendida durante media hora). Con ello se concluye que el consumo total de energía de bitcoin estaría alrededor de 32 TWh/a; que coloca a bitcoin entre Bielorrusia y Dinamarca (ver Tabla adjunta) representando el 0,14% de la energía eléctrica mundial. Lo cual representa una sexta parte del uno por ciento del consumo mundial de energía, lo suficiente como para abastecer a más unos cuatro millones de hogares españoles.
Todo el sistema bancario, incluidos los cajeros automáticos y las sucursales bancarias, utiliza aproximadamente 650 TWh/a o casi tanto como el consumo de energía de Alemania, que es el consumidor número seis del mundo. Google usó en 2018 casi la cuarta parte de bitcoin.
¿Y qué decir de su negativa huella medio-ambiental? ¿Son tan graves los efectos colaterales del carbono emitido por bitcoin? Sí y no. Sí, porque la minería de datos de bitcoin se lleva a cabo en gran medida en países con una matriz de energética "sucia" (donde el carbón y el petróleo son las principales fuentes de generación).
No, porque la industria computacional (particularmente cuando se basa en cientos de ordenadores conectados en red) está logrando progresos reales para ser más eficiente en energía, aumentando el volumen de minería de datos por unidad de energía utilizada.
Bitcoin puede no ser un tsunami eléctrico pero su huella de carbono es preocupante. Digiconomist estima que la huella de carbono de una sola transacción de Bitcoin es de 118 kilogramos de CO2; o casi lo mismo que conducir un automóvil 300 millas. El día que bitcoin alcanzó en 2018 el hito de 400 millones de transacciones dejó una huella de carbono equivalente al 0,1% de las emisiones totales del mundo. Si esto es un aperitivo de lo que pueden afectar al planeta las nuevas tecnologías, hay que montar guardia.
*** Rodrigo Villamizar Alvargonzalez es profesor del IEB, ex Ministro de Energía de Colombia.