Desde su aparición hace ya más de treinta años, Internet se ha colado en todos los aspectos de nuestras vidas. Actualmente, esta tecnología se ha incorporado a prácticamente todo lo que hacemos y actualmente cuesta imaginar nuestro día a día sin ella. Mientras el progreso sigue su curso, existe una gran evolución que probablemente tendrá un efecto importante en nuestras vidas: Blockchain.
Muchos se preguntan todavía por su potencial y su capacidad de democratización en el campo de las finanzas. Para materializarse, los ciclos de innovación necesitan tiempo y atraviesan diversas etapas. Con el fin de comprender la evolución de la tecnología Blockchain, conviene tomar distancia y analizar cómo Internet pasó de una idea circunscrita, a un ámbito muy concreto a una de las fuerzas más omnipresentes del planeta.
Los primeros proveedores de acceso a Internet nos permitieron acceder a la World Wide Web y experimentar por primera vez esta tecnología emergente. Después, la evolución de Internet se aceleró y nos llevó poco a poco hacia el comercio electrónico y las redes sociales. Para realizar compras en línea o abrir una cuenta en Facebook, solo hace falta una cosa sencilla: una dirección de correo electrónico. Sin ella, no se podría acceder a casi ningún servicio de Internet.
La clave reside, por tanto, en saber cómo esta evolución decisiva en la historia de la Web podría trasladarse a Blockchain. Para acceder al mundo de los activos y divisas digitales necesitamos un monedero, del mismo modo que para utilizar los servicios de Internet precisamos de una dirección de correo electrónico. Como ocurrió con el acceso a la Web, la primera etapa del desarrollo de Blockchain se ha completado. La segunda etapa, similar a la de la banda ancha, está a punto de arrancar.
¿Cuál es el equivalente de una dirección de correo electrónico en Blockchain? Un monedero o “wallet” digital
Las primeras direcciones de correo electrónico las suministraron los proveedores de acceso a Internet y después los proveedores independientes. Anteriormente, hacía falta un ordenador de escritorio para descargar nuestro correo. Después llegó Hotmail, que revolucionó el acceso a la mensajería electrónica: de repente, podíamos comunicarnos con cualquier persona de cualquier parte. Ahora podemos abrir cuentas en páginas de comercio electrónico, agencias de viajes o redes sociales. Todas estas posibilidades de Internet no se habrían abierto sin una dirección de mensajería electrónica.
Lo anterior suscita la siguiente pregunta: ¿Cuál es el equivalente de una dirección de correo electrónico en Blockchain? Un monedero o “wallet” digital. Sin ninguna herramienta para guardar y enviar activos y divisas digitales, no estamos en disposición de explotar su potencial. Al igual que la primera oleada de direcciones de correo electrónico, son las plataformas de intercambio las que suministran la gran mayoría de los monederos. La segunda oleada de monederos digitales será, como le ocurrió al correo electrónico, independiente.
Sin embargo, la interfaz de usuario de un “wallet” es más sofisticada que la de una dirección de correo electrónico. Actualmente, cada Blockchain dispone de su propio monedero digital. La interoperabilidad será esencial, ya que es primordial disponer de diferentes monederos por cada Blockchain. Sin esta, es como si los usuarios de Gmail no pudieran enviar correos electrónicos a una dirección de Hotmail.
Por lo tanto, la solución es utilizar un monedero digital "central" formado por submonederos, a la manera de una dirección de correo electrónico principal que recibe mensajes destinados a subdirecciones de correo electrónico. Ya existen varias soluciones de este tipo en el mercado. Mientras que se puede acceder a algunos monederos a través del teléfono, otros como Ledger se presentan en forma de "monederos físicos" o incluso "monederos en papel".
El monedero digital es, por tanto, el factor decisivo de la próxima fase de desarrollo de Blockchain
El monedero servirá como interfaz de usuario para tener acceso de forma sencilla a las divisas digitales. Sin embargo, siempre habrá que prestar atención a cómo se conservan y registran las claves privadas, que son los códigos de verificación que garantizan la confidencialidad y seguridad del dinero en la Blockchain.
Indispensable para acceder a los servicios de la Web 3.0, la nueva versión de Internet marcada por la personalización, la movilidad y la Internet de las cosas (IoT), así como a los proyectos de finanzas descentralizadas (DeFi) que engloban los productos y servicios financieros basados en la desintermediación, un wallet constituye la primera puerta de entrada al mundo de Blockchain.
Actualmente, una interfaz de usuario intuitiva, una gama de divisas digitales amplia y una seguridad óptima simbolizan las tres principales expectativas de los usuarios. En Francia, el entusiasmo en torno a la campaña participativa de Ngrave, que ha recaudado más de 360.000 dólares para su proyecto de monedero digital ultraseguro y de fácil acceso, ilustra a la perfección esta tendencia.
El monedero digital es, por tanto, el factor decisivo de la próxima fase de desarrollo de Blockchain. Las cifras de uso de esta herramienta aumentan de forma constante. El wallet de Ethereum Metamask ha superado el millón de usuarios el pasado mes de febrero. En cuanto al French Ledger, la empresa se ha quedado sin stock recientemente, prueba de su éxito fulgurante.
Quien sea capaz de afrontar el reto e imponerse como líder de este mercado podría perfectamente convertirse en el arquitecto de nuestro futuro y del mundo digital.
***Tali Salomon es directora general de eToro para Iberia y Latinoamérica