“Una sociedad no se define como desarrollada por la riqueza que tiene, sino por la pobreza que no tiene” (Jorge Majfud).
En esta columna estival, quiero mostrar qué países se consideran desarrollados, emergentes y subdesarrollados, así como la correlación que dichas condiciones tienen con la corrupción y la felicidad.
Este mapa muestra la clasificación en función del Índice de Desarrollo Humano (IDH), medida resumida de la esperanza de vida, de los años promedios y esperados de escolaridad, y de un nivel de vida digno (PNB per cápita).
Los datos provienen de Wikipedia y Naciones Unidas. La fuente es Reddit (usuario: YuppieF*ckstick):
En el siguiente gráfico, How Much ha combinado dos conjuntos de datos. Primero, el Índice de Percepción de Corrupción (2017) de Transparency International para clasificar a 180 países (de 0 a 100) según las respuestas de expertos y empresarios. Segundo, las cifras de PIB del Banco Mundial para representar el tamaño de la economía de cada país.
Los países desarrollados tienden a tener niveles más bajos de corrupción, pero no siempre
Los países altamente corruptos con puntuaciones de 20 y menos también tienen pequeñas economías, mientras que Alemania (3.680 mil millones de dólares), Reino Unido (2.620) y Canadá (1.650) figuran entre las grandes economías más ejemplares.
Los países desarrollados tienden a tener niveles más bajos de corrupción, pero no siempre. La excepción obvia a la regla es China. La corrupción en Italia es comparable a la de Arabia Saudí. España está en el cuarto grupo de países (único desarrollado de dicho grupo junto a Corea del Sur):
La Encuesta de Actitudes Globales de Pew Research Center comienza con esta pregunta: “¿Cómo describirías tu día de hoy: típico, bueno o malo?”.
En 2017, la mayoría de las personas del mundo describió su día como típico (62%). Los países en que la mitad o más respondió que su día era bueno fueron Nigeria (73%), Colombia (61%), Ghana (60%), Brasil (56%), Filipinas (53%) y Perú (50%).
Los países con puntuaciones más altas en el IDH tienen una mayor renta per cápita, esperanzas de vida más largas y mayores expectativas y logros educativos
Sorprendentemente, las respuestas estuvieron negativamente correlacionadas con el Índice de Desarrollo Humano de Naciones Unidas. Es decir: a mayor desarrollo, menos felicidad.
Los países con puntuaciones más altas en el IDH tienen una mayor renta per cápita, esperanzas de vida más largas y mayores expectativas y logros educativos. Sin embargo, es menos probable que en estos países se diga que el día ha sido particularmente bueno:
Decía Marco Aurelio que “la felicidad de tu vida depende de la calidad de tus pensamientos”.
Esforcémonos por ser incorruptibles, inquebrantables y muy felices.