Las elecciones más decisivas desde el punto de vista económico son las del alcalde y el Presidente americano. Cómo ya voto al Alcalde me deberían dejar votar al Presidente USA, además de a los poderes intermedios que también influyen. Las decisiones económicas más importantes las toman los Trump, los Biden o los Almeida.
También pintan mucho los Gobernadores de los Bancos Centrales, pero esos no responden a elecciones sino al consenso tecnocrático y ahí el pueblo llano tiene poco que decir. Por eso estaba muy interesado en estas elecciones USA.
Cuando inicié este artículo a principio de semana no se sabía quién había ganado las elecciones y me preguntaba qué repercusiones económicas tendrían. Si se reeligiera Trump: ¿seguiría siendo un “América First” (América lo primero) en su segundo mandato pensando que China debe doblegarse ante la “Great América”? o ¿cuándo ya no tuviera que revalidar su mandato querría mejorar su imagen en el mundo moderando su agresividad comercial? Trump es impredecible incluso para sus analistas ¿Su reelección aumentaría la incertidumbre?
En cambio, ese mismo día pensaba que si el Presidente fuera Biden, para su Administración la economía pasaría a segundo plano y los demócratas resucitarían el pensamiento radical-liberal que les habría hecho ganar, respondiendo a las demandas de las minorías raciales o de los grupos de género (el “mee too”).
La Administración demócrata tendría que relanzar el Estado del Bienestar en una sociedad en que se adora el mercado
La Administración demócrata tendría que relanzar el Estado del Bienestar en una sociedad en que se adora el mercado, respondiendo a la prensa liberal y los lobbies que le han apoyado. EE.UU. volvería a los consensos económicos mundiales y a un acuerdo comercial pactado con China. Es posible que las bolsas recibieran todo ello con optimismo. Pero, Biden no es un radical, por lo que los cambios tampoco serían ni rápidos, ni fuertes.
Las dudas me asaltaban. No era fácil saber cómo la economía mundial iba a cambiar según el resultado.
El miércoles un lío. No se sabía quién estaba ganando. Las bolsas mundiales, que el martes estaban nerviosas, el día siguiente subían con fuerza; también crecía la demanda los bonos europeos y estadounidenses. Una señal de que tampoco iba a ser tan decisivo el resultado a efectos económicos, fuera el ganador Trump o Biden.
Porque la evolución de las fuerzas económicas a medio y largo plazo responden más a causas estructurales que coyunturales. Si China sigue disciplinando su fuerza de trabajo, si consigue dirigir sus esfuerzos a la revolución tecnológica y superar las contradicciones del “comunismo, capitalista de mercado”, su ascenso será imparable. 1.393 millones de chinos productores-consumidores disciplinados son una fuerza insuperable. Sólo la pararán los propios chinos cuando el ocio les resulte más atractivo que el salario.
Si EE. UU. no apuesta por la innovación, si se retrae al cinturón oxidado de las industrias viejas (un empeño de Trump) no podrá competir con los asiáticos mucho mejores en ese campo. Curiosamente esa apuesta de Trump, que a corto parecía resucitar la economía estadounidense, es “comida para hoy y hambre para mañana”; anclarse en un pasado obsoleto. Biden, a pesar de parecer menos preocupado por los trabajadores blancos del medio oeste industrial, es más esperanza económica para sus nietos, porque los obligará a competir con innovación de valor contra la disciplina asiática y USA siempre gana cuando compite con imaginación.
El jueves se redujo la incertidumbre... o no. Parecía que Biden tenía ganada la batalla. Un indicio de ello fue la subida de las bolsas, como si el Lobby de Wall Street apostara demócrata y pasara olímpicamente de las amenazas de Trump de recurrir judicialmente los resultados electorales.
¿Trump o Biden? lo importante es que haya uno y se reduzca la incertidumbre
Algo que parece contradictorio si se piensa que Trump es el representante de los intereses empresariales y la economía americana. En resumen: digan lo que digan los expertos el efecto económico de las elecciones americanas es discutible, dependerá de la reacción de las bolsas a corto plazo y de la dinámica estructural a medio y largo. ¿Trump o Biden? lo importante es que haya uno y se reduzca la incertidumbre.
Unas horas antes de publicar este artículo Biden alcanzaba los 172 votos electorales necesarios para ser Presidente. Lo que está claro es que el error de Trump ha sido despertar a su electorado enemigo, que esta vez no se ha abstenido. Eso lo aprendí dirigiendo campañas electorales. Más importante que conseguir que te voten los tuyos es que se abstengan los contrarios.
*** José Ramón Pin Arboledas es profesor del IESE.