Después de varias semanas de marketing político a cuenta de los fondos europeos, empieza a ser hora de pasar de las musas al teatro. La situación económica es muy delicada en España y crítica en regiones como Cataluña, donde la hostelería permanece cerrada y las restricciones al comercio son amplias.
Nos han dicho que el próximo año llegarán fondos europeos de cuantía multimillonaria para acelerar la recuperación. Y para que podamos ejecutarlos, el Gobierno ha incorporado ya en su proyecto de Presupuestos 27.000 millones de euros procedentes de esas ayudas.
Pedro Sánchez presentó su plan para ese reparto de fondos ante el Ibex 35 y casi una treintena de embajadores el 7 de octubre. Pero desde entonces, poco hemos avanzado. Y no porque Moncloa no esté con ello, sino porque para empezar, el reglamento de cómo se van a articular esos fondos no está todavía aprobado.
Como pronto, las ayudas llegarán a partir del próximo verano. Serán entregadas con una condicionalidad y necesitamos presentar proyectos incontestables para su aprobado.
Aquí está el primer problema. Si hemos leído estos días que el gasto en asesores del Gobierno supera los 55 millones de euros, de momento solo se contempla un gasto de cuatro millones de euros para el personal que gestionará las ayudas, según fuentes solventes.
Siendo el responsable de la Oficina Económica del presidente, Manuel de la Rocha, una figura conocida en el mundo de la empresa, en el Ibex hay quién se pregunta cómo un equipo pequeño va a gestionar tal volumen de ayudas.
Una duda que enlaza con lo que advirtió Pablo Hernández de Cos en el Congreso la semana pasada, cuando explicó a los diputados -para enfado de Calviño y Escrivá- que la tasa de absorción de la economía española de los fondos estructurales europeos nunca ha superado el 80%. De momento, no hay nada que invite a descartar que ese cuello de botella no se vaya a repetir con las nuevas ayudas.
Con fondos o sin ellos, no parece que haya tiempo que perder para ponerse a trabajar en la recuperación española. Con inversión pública, en el caso del Gobierno, o privada, como ha hecho Iberdrola con un resultado mucho más eficiente que el que podemos esperar de Sánchez (ahora verán por qué).
En el Ibex 35 ya son muchas las empresas que han creado las llamadas 'Unidad Next Generation'. El cometido de estos grupos de trabajo es poner en marcha un business case para cada proyecto con el que se vaya a acudir a la ventanilla de Iván Redondo.
Pero mientras esperan que las musas inspiren a esas unidades y a los gobernantes, hay otros equipos que han entrado en escena ya.
En las empresas del selectivo saben que las ayudas van a venir despacio, mientras las proyecciones sobre la economía se deterioran deprisa por la incapacidad en la gestión de la contención de la Covid-19. Es en este marco en el que Iberdrola celebró la semana pasada un Investors Day que trajo sorpresa.
El Gobierno necesitará 11 euros para crear un empleo con los fondos. Iberdrola generará un puesto de trabajo por cada 1,24 euros de inversión
Ignacio S. Galán quiere ser líder mundial en renovables y considera que es el momento de poner toda la carne en el asador. El salmantino ha decidido anticipar sus inversiones sin esperar a esos fondos europeos para lograr un doble objetivo: acelerar su plan estratégico para los próximos cinco años y ayudar a que los mercados en los que opera se recuperen.
Invertirá para ello 75.000 millones de euros hasta 2025 y el 19% de esas inversiones se quedarán en España, es decir, 14.200 millones de euros.
Esa cuantía permitirá crear en el mercado español 15.000 empleos indirectos y otros 2.700 directos. Es decir, 17.200 puestos de trabajo de nueva creación y con un perfil de alto valor añadido en un lustro.
Ahora recuerden los 800.000 puestos de trabajo que prometió Sánchez con una inversión de 72.000 millones de euros procedentes de Europa y comparen con los números de Galán.
El Gobierno necesitará 11 euros para crear un empleo. Iberdrola generará un puesto de trabajo por cada 1,24 euros invertidos. Las matemáticas no fallan y más vale que se destinen recursos para llevar a los mejores a esa Oficina estatal que repartirá los famosos fondos.
ATENTOS A...
La evolución de la economía en el cuarto trimestre va a ser vital para contener la caída del PIB este año. Sin embargo, la evolución de la enfermedad no trae buenas noticias. En el mundo económico ya se alerta de la posibilidad de un estancamiento económico entre octubre y diciembre si la situación sanitaria no mejora.
De momento, los datos del gasto con tarjeta reflejan que el vigor de la 'recuperación' del tercer trimestre se ha perdido. En octubre, creció tres puntos menos que en septiembre tanto para compras presenciales, como digitales. Mientras, las retiradas de efectivo con tarjeta bajaron un 13%, según datos de BBVA Research.
La letra pequeña de esos datos confirma cómo el gasto evoluciona favorablemente en los lugares en los que se frena la expansión de la Covid-19 y cómo se frena ante cualquier rebrote. Algo que debe servir para reforzar el gasto en detección y rastreo del coronavirus, una estrategia que ha demostrado en Asia ser la mejor receta para contener la sangría económica.