A la hora de hablar de los posibles riesgos y amenazas a los que se puede enfrentar una empresa en su día a día, lo más habitual es que pensemos en que estas adversidades le afectarán directamente en el ámbito financiero. Sin embargo, cada vez se hace más patente que esta afirmación no ofrece una visión completa de la realidad.
Para demostrarlo, basta fijarnos en el presente año. El año 2020 ha estado marcado por completo por la crisis sanitaria de la Covid-19. Aunque en un principio no se trate de un problema de carácter financiero, ha derivado en una situación delicada para la economía general de los países, y en particular para las empresas, que en muchos casos se encuentran en un contexto de fragilidad e incertidumbre.
Ante el incremento de la importancia de los riesgos no comerciales para las empresas, hemos tenido la oportunidad de hablar con directivos de diversas compañías del Ibex 35 sobre esta materia, como parte de la elaboración de un índice de riesgos no comerciales: EsadeGeo/FTI Global Nonmarket Country Index.
De estas conversaciones destacan cuatro riesgos geopolíticos como los que más preocupan a los directivos de las principales empresas españolas.
El primero de ellos es la gobernanza del comercio. Llevamos varios años presenciando una especie de guerra comercial entre diversos países, que se materializa, por ejemplo, en los aranceles impuestos por los Estados Unidos a determinados productos de otras naciones, principalmente a China, pero también a las aceitunas o el aluminio en España, así como las medidas tomadas por los países afectados, a modo de represalia.
Este hecho es uno de los que más preocupa a las empresas, puesto que entienden que estos aranceles son a menudo populistas, impredecibles y discrecionales. En esta línea, las compañías temen que los países involucrados en estas guerras comerciales las utilicen como objetivos o como recursos desechables, con las consecuencias que esto podría reportarles a ellas y su actividad productiva.
Los aranceles es uno de los asuntos que más preocupa a las empresas, puesto que entienden que son a menudo populistas, impredecibles y discrecionales
Las nuevas olas regulatorias son otro aspecto que preocupa a los directivos del IBEX 35. Principalmente, las regulaciones en materia de cambio climático, gobernanza digital y gestión de datos e información, puesto que afectan a todos los sectores productivos y a todos los mercados.
Los efectos reales de estos paquetes pueden ser impredecibles a medida que se vayan fijando criterios, estándares y reglas, y especialmente si difieren entre los mercados.
El tercer ámbito que los directivos destacan en cuanto a los riesgos no comerciales es la ciberseguridad. En un contexto como el actual, en el que muchas empresas están apostando por el teletrabajo para reducir el riesgo de contagio de sus empleados y frenar el avance de la pandemia, todos los negocios son conducidos de manera digital, y los datos se almacenan en línea. El ciberespacio de las empresas abre un nuevo frente vulnerable al crimen y el fraude.
En un contexto como el actual, todos los negocios son conducidos de manera digital, y los datos se almacenan en línea
El último aspecto destacado dentro de los riesgos no comerciales que preocupan a los directivos del Ibex 35 es el frágil ambiente político en el que nos encontramos.
Especialmente señalan el entorno más próximo en el que operan: la incertidumbre política en las economías desarrolladas, la polarización y el malestar social en Latinoamérica, el autoritarismo y la competencia regional en Oriente Medio y el norte de África.
La percepción general de los entrevistados es que ya no existe nada seguro, y que la regulación que afecta a la licencia para operar, a las importaciones y a las exportaciones puede ser modificada prácticamente de un día para otro.
Si a esto se le añade la imprevisibilidad generalizada, las empresas son conscientes que en muchas situaciones su mercado puede verse profundamente disrumpidos por la acción política.
Precisamente con la intención de ayudar a las empresas en la prevención global de estos riesgos no-comerciales, hemos colaborado en la creación del EsadeGeo/FTI Global Nonmarket Country Index, una herramienta que calificará a los países con una nota sobre 10 atendiendo a tres dimensiones: infraestructuras, economía y sociopolítica.
Así, pretendemos que las empresas conozcan el contexto no comercial de las naciones en las que operan, para que puedan prepararse estratégicamente para los problemas futuros que puedan afectarles. El índice además permite analizar la evolución que presentan los países en los tres aspectos estudiados.
En el caso de España, su calificación para el año 2018 es del 7,12. Esta es la nota más alta obtenida por el país desde el año 2013, en el que, fruto de la crisis económica que afrontaba el país, su calificación bajó hasta el 6,80. Desde entonces, ha presentado un crecimiento ininterrumpido en forma de V hasta su actual calificación.
Queda claro que las empresas se enfrentan actualmente a grandes desafíos, y que no todos ellos proceden directamente del campo financiero. Los riesgos globales de origen político son de enorme importancia, y también preocupan a las empresas por los efectos que pueden tener en su actividad productiva.
*** Juan Rivera es senior managing director de FTI Consulting, y Ángel Saz-Carranza es director de EsadeGeo y profesor del Departamento de Dirección General y Estrategia de Esade.