Poco ha gustado en los cuarteles de la vieja guardia del BBVA en Bilbao la declaración de intenciones del banco de hacerse con el Sabadell. Todo movimiento del banco con sede en la ciudad del Nervión siempre se comenta en Neguri y, en esta ocasión, son muchos los que piensan que Carlos Torres Vila no debería haber movido ficha.

Creen que esta operación dejará un banco con más sucursales por cerrar en España y con un potencial problema en el Reino Unido por el TSB que compró Josep Oliu antes del referéndum del 'brexit'. 

En realidad, Vila y su CEO, Onur Genç, han replegado tropas en Estados Unidos para redoblar su apuesta en España movidos por el cóctel que lleva años preparando Luis de Guindos desde el BCE.

La inesperada apuesta de la banca española por Sánchez

Por un lado, el exministro asentado ahora en Fráncfort cree que hay que reducir el número de bancos en España y no es fácil encontrar comprador extranjero para los medianos. Por otro, en unos años -porque todavía tardarán- vendrán las fusiones transfronterizas de la unión bancaria. Y cuanto mayor sea el tamaño de las entidades españolas más complicado será para un foráneo hacerse con ellas y más posibilidades tendrán de tirar el dado en ese futuro movimiento de fichas.

Así que con Ana Botín haciendo todavía la digestión del Popular, Torres y Genç tenían todas las papeletas de ser los compradores del Sabadell. Sin embargo, estos movimientos bancarios tienen una lectura política y macroeconómica interesante.

Con la absorción de Bankia por parte de CaixaBank y la compra de Sabadell por BBVA, Isidro Fainé y Carlos Torres lo que están haciendo es una apuesta por la recuperación económica española en un momento crítico para la salud de las finanzas públicas.

Si en la crisis de 2008-2012 la gran banca española optó por mirar hacia fuera para diversificar y reducir el 'riesgo España', en la crisis de la pandemia el movimiento está siendo totalmente contrario. Y esta es una diferencia entre ambas recesiones que no se debe pasar por alto porque va a marcar muchas decisiones en los próximos meses.

En realidad, al apostar por la reconstrucción de España, la banca española está respaldando o blanqueando -que dirán algunos- al Gobierno de coalición de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Los mismos líderes que llegaron al poder abanderando un impuesto -que fue imposible- a la banca para pagar las pensiones y que en sus Presupuestos 2021 han metido la llamada 'tasa Tobin' para las transacciones financieras.

Ana Botín, Pedro Sánchez, Carlos Torres, Isidro Fainé, Onur Genç, José María Roldán, Pablo Casado y Gonzalo Gortázar.

Pedro y Pablo tienen ahora en sus manos 140.000 millones de euros para empezar a repartir buena parte de esos fondos ya en esta legislatura. Y en la banca hay preocupación por cómo se gestione ese dinero, al tiempo que hay gran interés en participar en ese reparto con una propuesta concreta.

Las patronales de José María Roldán (AEB) y Fainé (Ceca) ya han contactado con el equipo de Iván Redondo para presentar una batería de ideas que, para disgusto de Iglesias, son muy atractivas para La Moncloa. 

Y es que la banca tiene mucho que aportar en un reparto de ayudas que es especialmente complejo en España porque su tejido productivo está plagado de pymes.

Al apostar por la reconstrucción de España, la banca está respaldando o blanqueando -que dirán algunos- al Gobierno de Sánchez e Iglesias

Unas pymes y micropymes que conocen mejor las sucursales bancarias que las bases de datos de la Agencia Tributaria. La capilaridad de la red de oficinas de las entidades ha permitido a la banca española conceder créditos basados en la relación de confianza entre el director de esas oficinas y los autónomos o empresarios que lo solicitaban.

Algo que puede ser aprovechado para hacer llegar a esas empresas ayudas que estén analizadas por los equipos de gestión de riesgos de los bancos, en los que la Oficina Económica de Manuel de la Rocha podría asentarse para garantizar que ese reparto de ayudas no acabe en manos de pymes zombies (que ya son una de cada cinco, según ha alertado el Banco de España).

Pero hay más. Si algo le urge al Gobierno es que esa ayuda europea llegue pronto. Y la banca está dispuesta a adelantar esos fondos para no tener que supeditar el desarrollo de los proyectos que tienen que impulsar la recuperación al complejo y lento calendario de recepción de las ayudas europeas.

También las entidades han trasladado al Gobierno de Sánchez que están dispuestas a aumentar el alcance de las ayudas europeas aportando financiación adicional a la que ponga sobre la mesa el Gobierno. Es decir, a movilizar capital privado por cada euro público que esté sobre la mesa.

Incluso en algunos casos quieren ir más allá, aportando el 100% de la financiación para proyectos que estén avalados por el ICO, lo que significaría que Nadia Calviño solo tendría que aportar las garantías para que los proyectos se pusieran en marcha.

Que la banca española vuelva a centrar su negocio en España liga buena parte del éxito de Gonzalo Gortázar y Carlos Torres a la recuperación que Sánchez necesita para convocar elecciones. O al impulso que en el medio plazo pueda suponer la llegada de Pablo Casado al poder. Como en todo, las cosas no son blanco o negro, siempre hay zonas de grises.

ATENTOS A...

La comida en el restaurante madrileño O'Pazo en la que compartieron mesa el empresario asturiano Blas Herrero y su abogado y amigo Alberto Ruiz Gallardón. Fue semanas antes del asalto frustrado al grupo Prisa del grupo de empresarios liderado por el dueño de Kiss FM.

Blas Herrero y Alberto Ruiz Gallardón.

Y cuenta un chascarrillo que en la sobremesa no solo se habló del futuro de El País. También la situación de El Mundo fue comentada por los comensales, que hablaron del hartazgo del italiano Urbano Cairo por la situación que atraviesa el periódico dentro de la crisis de la prensa española.