Tras noviembre, el mes del agradecimiento en Estados Unidos. Al gran ritual anual del cuarto jueves del mes: Thanksgiving (Acción de Gracias), se suman cada cuatro años las elecciones presidenciales.
Finalmente, confirmada para alivio de todos, la reciente victoria electoral de Joe Biden dará lugar a un Gobierno demócrata, probablemente dividido, ante la ausencia de una «ola azul». Contando las elecciones previstas para el 5 de enero de 2021 para elegir a los dos senadores del estado de Georgia, los demócratas podrían controlar el Senado estadounidense. En efecto, si ganan esos dos asientos, la composición del Senado quedará dividida al 50% para cada uno de los partidos.
El vicepresidente del Senado podría entonces romper esa igualdad y dar a los demócratas el control de la institución, 51 contra 50. No obstante, aunque eso suceda, el Senado no aprobará muchas reformas, pues el procedimiento para registrar un proyecto de ley en el orden del día requiere generalmente 60 votos (porque sí, existe la posibilidad de votar sobre la oportunidad o no de una ley).
Esto significa que no cabe esperar grandes cambios, como subidas de impuestos o la adopción de una política muy progresista. Sin embargo, esta ausencia de grandes cambios tendrá como efecto una reducción de la incertidumbre... Algo que gusta a los inversores.
La ausencia de grandes cambios tendrá como efecto una reducción de la incertidumbre
Lo que los inversores también han podido valorar ya la configuración del nuevo equipo que guiará los destinos económicos de Estados Unidos, con el nombramiento de la anterior presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, al cargo de secretaria de Estado del Tesoro. Por sí solo, este nombramiento envía muchas señales.
En primer lugar, será difícil para los senadores republicanos que la apoyaron y elogiaron su papel al frente de la Fed desdecirse y votar en su contra.
En segundo lugar, el nombramiento de esta ferviente defensora de la independencia de los bancos centrales supone el fin de la hostilidad entre la Administración Trump y la Reserva Federal.
En tercer lugar, su experiencia y reputación le permitirán actuar como una eficaz formuladora de políticas, colaborando con el Congreso y contrarrestando los llamamientos de los republicanos a la austeridad con potentes estímulos.
Con otras figuras de gran experiencia como el alto funcionario internacional Wally Adeyemo, nombrado subsecretario de Estado del Tesoro, o Brian Deese, antiguo directivo de BlackRock y de la Oficina de Gestión y Presupuestos, nombrado director del Consejo Económico Nacional, este nuevo equipo tiene la ventaja de propiciar a los inversores una dosis de tranquilidad adicional al garantizar la estabilidad y la experiencia de la futura política económica estadounidense.
También dentro del equipo hay numerosos asesores con experiencia en políticas de empleo y, para algunos de ellos, políticas de lucha contra el cambio climático. Lo que hace prever que se hará hincapié en la educación, las subidas salariales y los proyectos de infraestructuras de energías renovables.
Por su parte, las reformas progresistas, como Medicare For All, los grandes planes de redistribución o los importantes cambios en la política fiscal, por no hablar de la adopción de políticas aventureras derivadas de la teoría monetaria moderna, no formarán parte del programa. En su lugar, la agenda incluirá más bien cambios de política comedidos y graduales.
*** Olivier de Berranger es director de Gestión de Activos de La Financière de l'Echiquier.