"La forma de empezar es dejar de hablar y comenzar a actuar". (Walt Disney).
Al contrario de lo que se suele pensar, lo más difícil de un negocio no es encontrar clientes, sino comenzar.
Dependiendo de las políticas y trámites de cada país, es posible enfrentar dificultades o tener éxito para arrancar. Si vives en Nueva Zelanda, puedes poner en marcha una empresa en medio día. Sin embargo, si vives en Luxemburgo o Argentina, el proceso a veces tarda más de un año.
Esta primera tabla procede del informe Doing Business 2020 del Banco Mundial, que analiza 12 factores clave del ciclo de vida empresarial: inicio de un negocio, empleo de trabajadores, permisos de construcción, electricidad, registro de la propiedad, obtención de crédito, protección de los inversores minoritarios, impuestos, comercio transfronterizo, contratación con el Gobierno, contratos de refuerzo, y resolución de insolvencias:
Este mapa de Visual Capitalist resume el panorama. De los 190 países examinados, sólo 115 facilitaron la actividad empresarial a los emprendedores:
Este cuadro de la misma fuente refleja qué naciones han experimentado mayor mejoría:
En esta tabla de Statista, vemos que Madrid está en el top ten de las mejores ciudades para hacer negocios (Barcelona, en el puesto 27; y Quito, en el 48):
Puedes ser un gran negociador en casa, pero ¿cómo te iría en el escenario mundial?
Fuertes habilidades de negociación en una cultura pueden ser una desventaja en otra. Algunas culturas son emocionalmente expresivas: reír, levantar la voz o el contacto físico más allá de un apretón de manos pueden ser algo normal en países como España e Italia, mientras que, en EEUU, hay un cierto nivel de amigabilidad, pero con límites. En Alemania y Japón, pueden encontrar inapropiados dichos comportamientos.
Ambas características (ser directo y expresivo) se reflejan en este gráfico de HBR, donde se clasifica a algunos países. Colombia se encuentra en el mismo cuadrante que México: expresivos, pero no se sienten cómodos con la confrontación. Sin embargo, en España, se es directo y expresivo.
Negociar no es lo mismo que regatear. Regatear es tener como objetivo ganar todas las fichas del tablero, aunque eso implique quedarse sin compañeros para jugar. Negociar es estar dispuesto a sacrificar algunas con tal de quedarse con la más apreciada cuidando que el juego se pueda prolongar por más tiempo:
Me marcó mucho este párrafo de Timothy Ferriss, autor de La semana laboral de 4 horas: "Para la mayoría de las cosas importantes, el tiempo siempre es un problema. ¿Esperas un buen momento para renunciar a tu trabajo? Las estrellas nunca se alinearán y los semáforos nunca se pondrán en verde al mismo tiempo. El universo no conspira en tu contra, pero tampoco se sale de su camino para acomodar las cosas. Las condiciones nunca son perfectas. 'Algún día' es una enfermedad que llevará tus sueños a la tumba. Las listas de pros y contras son igual de malas. Si es importante para ti y quieres hacerlo 'eventualmente', sólo hazlo y corrige el curso sobre la marcha".