El plan del Gobierno para hacer de España un país líder en IA
El pasado día 2 de diciembre el Presidente del Gobierno anunció -con gran solemnidad- la Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial (ENIA), proyecto mediante el que se materializa uno de los ejes del Plan España Digital 2025 aprobado el pasado mes de julio y mediante el que el ejecutivo pretende movilizar hasta 600 millones de euros en los tres próximos años.
La solemnidad parece justificada dada la trascendencia que se vaticina para la Inteligencia Artificial (IA) en nuestro futuro próximo; como reconoce el Parlamento Europeo la IA supone uno de los elementos claves en el proceso de digitalización social y en la transición hacia una economía verde; pilares sobre los que la Unión Europea ha decidido erigir la recuperación de la pandemia.
El texto parte justificando su existencia en una necesidad de vertebrar las diferentes iniciativas –públicas y privadas– que han surgido y surgen al calor del potencial de la IA, garantizando un marco normativo propicio para estas.
A su vez, la iniciativa pretende trasladar estos avances al funcionamiento de los servicios públicos y al enfoque con el que nuestra Administración debe abordar, en palabras del propio texto, los grandes retos sociales que encaramos como país. En cuanto a la situación de la que partimos, la estrategia considera a España como un entorno aventajado para asumir este proceso transformador, pero que aún arrastra grandes desafíos por resolver.
Tras este preámbulo, la ENIA apunta hacia siete objetivos fundamentales, entre los que destacan la creación de empleo cualificado, el alcance de la excelencia científica, la transformación del tejido productivo y la creación de un entorno social y regulatorio favorable a estas tecnologías; y a los que se suman otros de un orden más instrumental como son la proyección de la lengua española, la lucha contra la brecha digital y de género y la impresión de “valores humanistas” en la inteligencia artificial.
El texto parte justificando su existencia en la necesidad de vertebrar las diferentes iniciativas –públicas y privadas– que han surgido al calor de la IA
Para alcanzar estas metas, la ENIA concibe como líneas maestras seis ejes estratégicos, dentro de cada cual se incluye una serie de líneas de actuación más concretas. A su vez, estos ejes estratégicos albergarían una vocación instrumental para combatir cuatro desafíos sociales que afrontamos: la brecha de género, la transición ecológica, la vertebración de nuestro territorio nacional y la brecha digital.
El primero de los ejes estratégicos consistiría en dar impulso a la investigación científica y e innovación en IA, con el fin de transferir los resultados a obtener al tejido productivo y al funcionamiento de la administración. Para ello, la ENIA establece dos líneas de acción a partir de los dos sujetos protagonistas en esta labor, las universidades y el sector privado.
En lo concerniente a las universidades, la ENIA incluye unas novedades para incentivar líneas de investigación de calidad (propulsando proyectos pre y post doctorales en IA, flexibilizando las condiciones de los investigadores en IA, creando una red española de excelencia en IA, etc.). De cara a la investigación privada, el documento combina un marco de ayudas con el refuerzo de los llamados Centros de Innovación Digital europeos (Digital Innovation Hubs), operadores destinados a facilitar la transición digital a pequeñas y medianas empresas, coadyuvando la generación de entornos favorables a la inversión y desarrollo de actividades tecnológicas.
El siguiente eje estratégico se centra en la promoción del talento nacional y la atracción de talento internacional en IA. El primero de esos objetivos se persigue por una doble vía: incluyendo "competencias digitales" a lo largo de todo el proceso educativo y ampliando la oferta formativa, tanto de FP como universitaria -grados, doctorados y plazas de profesor- destinada a IA.
La ENIA incluye unas novedades para incentivar líneas de investigación de calidad
En cuanto a la atracción de talento internacional, la estrategia anticipa el Programa SpAIn Talent Hub, que tratará de convertir España en un polo de atracción de talento profesional y académico especializado en IA.
El desarrollo de plataformas de datos e infraestructuras tecnológicas de sirvan de soporte a la IA constituye el tercero de los ejes estratégicos, apuntándose hacia la necesidad de infraestructuras que permitan la disponibilidad, acceso y procesamiento de grandes volúmenes de datos.
Este eje se fija tres propósitos principales: desarrollar un marco regulatorio Open Data que permita a la Administración tratar y compartir datos de forma segura (con otras administraciones, con empresas y con el ciudadano), promover acciones orientadas a mejorar la seguridad, certificación y gobernanza de los datos y, por último, potenciar el desarrollo de IA en el ámbito del procesamiento del lenguaje natural.
Para ello, la ENIA transita dos vías: el impulso de las plataformas de datos (que incluye la creación de una Oficina del Dato nacional) y el desarrollo de infraestructuras tecnológicas de soporte.
Para trasladar este desarrollo digital a un plano material, la ENIA dedica sus ejes cuarto y quinto -respectivamente- a la integración de la IA en el tejido económico nacional y en el funcionamiento de la Administración Pública.
Para la primera de estas aspiraciones, el Gobierno configura en la ENIA un programa de incentivos que se divide en tres finalidades: la transformación digital en los procesos productivos de las empresas ya existentes y su integración en las actividades desarrolladas por los hubs, el apoyo a iniciativas de negocio cimentadas en IA y, por último el desarrollo de un Programa Nacional de Algoritmos Verdes.
Igualmente, la estrategia prevé que la IA se incorpore a la Administración de modo que permite optimizar su funcionamiento y su relación con la sociedad. Para ello, la ENIA propone la creación del GobTechLab, un laboratorio de innovación para los poderes públicos, el emprendimiento de "misiones estratégicas" nacionales que valoren el impacto de la IA en la mejora de los servicios públicos y el diseño del Programa IA para una gestión pública basada en datos, que permita trazar políticas públicas considerando un gran volumen de datos fiables.
Por último, la ENIA traza un sexto eje orientado a establecer un marco que garantice los derechos individuales y colectivos durante este proceso. Este eje responde a la inquietud del Gobierno respecto de una insuficiencia del marco ético y jurídico vigente a la hora de dar cabida a las implicaciones ínsitas en la IA.
Para ello, la estrategia fija una serie de actuaciones desde un punto de vista jurídico, social y ético, y tomando como puntos de referencia la trazabilidad y la supervisión humana. Entre estas medidas se incluyen la creación de un sello nacional de calidad IA, el desarrollo de observatorios de evaluación ética y jurídica de los sistemas algorítmicos usados por la Administración y, finalmente la redacción de la ambiciosa Carta de Derechos Digitales, que pretende situarse como marco de referencia en la salvaguarda de los derechos individuales en el contexto de la digitalización.
Estos seis ejes -cuya ejecución será monitorizada por el Consejo Asesor para la IA- son, en definitiva, los señalados por el Gobierno para acelerar la incorporación de la IA en nuestro país, siendo esta uno de los engranajes principales en el proceso de digitalización de nuestra sociedad.
Sin duda, el éxito o el fracaso de esta empresa dependerá de cómo se concreten las líneas contenidas en la ENIA y de los recursos que se movilicen a tal efecto, pero es igualmente incontestable que la Estrategia es un paso importante a la hora de materializar la digitalización que (junto con la transición ecológica) constituye la apuesta de nuestros líderes, nacionales y europeos, para superar esta crisis.
*** Guillermo Setién es abogado de Gabeiras & Asociados.