"I’ve gone back so far I’m in front of me". Paul McCartney.
La semana pasada la vicepresidenta Calviño se felicitaba en el Congreso por el desplome sin precedentes en la historia reciente de la economía española (un 11% preliminar) porque "no ha sido tan malo como esperaban algunos".
Recordemos que la ministra de Economía afirmaba en marzo que la economía no sufriría "impactos significativos", que estimaba una recuperación "robusta" en 'V' y que anunció en septiembre un impacto máximo del 9,2%. Recordemos que anunciaron a bombo y platillo un rebote del PIB del cuarto trimestre del 2,3% y una recuperación "espectacular" ya en enero de 2021 y estamos, de nuevo, en el agujero.
Hay que tener mucha desvergüenza para criticar unas estimaciones (las de consenso) cuando quiénes se han equivocado no, mentido, han sido los miembros del Gobierno durante todo 2020. Los que se han equivocado, y a lo bestia, señora Calviño, han sido algunos que le "asesoran" que esperaban caídas del 7- 8%.
España cierra 2020 como el país que menos ha apoyado al tejido productivo de los 19 principales de la Unión Europea, según el Banco Central Europeo, y el que peor desempeño económico y de empleo ha tenido.
Es todavía peor.
El Gobierno de España presenta los peores datos de la eurozona siendo el Ejecutivo español el que ha recibido la mayor inyección de liquidez y espacio fiscal por parte de la UE y del BCE. Algo jamás visto.
El Banco Central Europeo compró en 2020 el 100% de las emisiones netas de deuda del Gobierno español, lo cual ha disfrazado la prima de riesgo y mantenido vivo al Gobierno con mayor déficit de la eurozona.
El enorme apoyo de la UE, que ha permitido a España saltarse el déficit más que a ningún otro de la Eurozona, ha sido despilfarrado en gasto corriente y político.
El enorme apoyo de la UE ha sido despilfarrado en gasto corriente y político
España es el país que más ha tirado de la ayuda de la UE y del BCE de toda la eurozona y el que peor lo ha hecho en empleo y PIB, dejando a las pymes morir ahogadas. Sánchez e Iglesias han ahogado a la economía española mientras se bañaban en un mar de liquidez.
¿Dónde se ha ido todo ese dinero? A perpetuar y aumentar el gasto corriente y político disparado ya en 2019, cuando el Gobierno incumplió todos los objetivos de déficit que se marcó.
El Gobierno le dirá a usted que esto es falso, que se ha ayudado a las empresas con los ERTE y los avales a los préstamos ICO.
Primero, los ERTE son una ayuda de las empresas al Gobierno, no al revés. Es mucho más caro para el Estado un trabajador en paro que en ERTE.
Segundo, los préstamos ICO no han tenido NINGÚN efecto presupuestario. Son préstamos para pagar impuestos en el futuro. Y, como sabe cualquier persona que haya pedido un préstamo parcialmente avalado, no significa que no lo pagues ni te cueste mensualmente. Es indignante que una pyme pague entre un 3% y un 3,5% por un préstamo de emergencia avalado parcialmente por un Estado que consume el 100% de la ayuda del BCE y se financia a tipos negativos. Esto es un robo a mano armada.
Los préstamos ICO y los ERTE no son "ayudas", son parches.
Es indignante que una pyme pague hasta un 3,5% por un préstamo de emergencia avalado parcialmente por un Estado que se financia a tipos negativos
Mientras tanto, han subido las cuotas de autónomos, una gran parte de ellos no reciben prestación por desempleo, han subido los impuestos a las empresas y los consumidores y no han tocado ni uno solo de los recargos por retraso en la mayoría de los impuestos.
Hoy, según el Banco de España, el 40% de las empresas están en graves dificultades financieras y el 25% al borde de la quiebra por la incompetente y miope política de destrucción empresarial dirigida por el gobierno.
Culpar a la Covid-19 es fácil, pero cuando se ve que países como Lituania, Malta, Italia, Eslovenia, Irlanda, Alemania, Austria, Países Bajos, Portugal, Chipre, Grecia, Bélgica, Francia o Finlandia no solo han dado más apoyo al tejido productivo con respecto al PIB, sino que es varias veces superior, indigna.
Indigna porque somos el país que peor lo ha hecho y el Ejecutivo se presenta en Davos como un ejemplo a seguir.
El Gobierno ha abandonado a pymes y autónomos por decisión ideológica, no por casualidad o por prudencia fiscal. Si algo no ha tenido el Gobierno en ningún momento desde 2018 ha sido prudencia fiscal alguna.
Las Ayudas Directas y El Liberalismo
Me comentaba un periodista que el Ministerio de Economía se niega a dar ayudas directas a las empresas porque 'no saben en qué se las van a gastar'.
Es aberrante que un Gobierno que suelta cheques sin control a amigos, socios de Gobierno, sobresueldos y estudios innecesarios nos diga que le preocupa que se usen mal los fondos. Cualquier empresa de España gestiona mejor un euro de ayudas que ninguno de sus ministerios.
Es todavía más insultante que los socialistas y comunistas se rían de la propuesta de ayudas directas que hemos dado desde hace meses argumentando que los liberales pedimos subvenciones y paguitas. Qué desfachatez.
Las empresas no piden subvenciones. Las mal llamadas ayudas directas son una compensación por el destrozo creado por la política gubernamental de cierres incompetentes y fallidos sanitaria y económicamente.
Las mal llamadas ayudas directas son una compensación por el destrozo creado por la política gubernamental de cierres incompetentes y fallidos
Si un coche se estrella contra el mío cuando viajo normalmente el conductor me tiene que compensar por los daños. Si el Gobierno me pone una tapia en la puerta de mi casa que me impide entrar, me tiene que compensar por el coste y los daños. Si el Gobierno decide cerrar mi negocio porque es incapaz de implementar una política sanitaria de prevención seria y sencilla como lo han hecho decenas de países en Asia o la OCDE, me tiene que compensar.
Todos los países líderes de la UE, TODOS, además de Reino Unido o Estados Unidos entienden la distinción entre una compensación por una catástrofe y una subvención. Todos menos estos redistribuidores de la nada españoles, precisamente los que están repartiendo cheques entre amigos sin rechistar.
No son ayudas ni subvenciones. Es una compensación por una catástrofe sin precedentes cercanos que ha destruido 100.000 empresas, la mayoría de las cuales no habían hecho nada malo ni llevado a cabo una mala estrategia. Se han encontrado con las dos pandemias: el Covid-19 y el socialismo.
Las empresas españolas y los contribuyentes financiamos todos los años al sector público. No existe nada que pague el sector público sin los ingresos del sector privado y la capacidad del Gobierno de endeudarse con sus ingresos futuros.
Sin empresas no hay Sanidad, sin empleo no hay Educación.
El Gobierno se está endeudando de manera desbocada utilizando ¿qué? ¿el aire? ¿los recursos generados por ellos? No. El gobierno se endeuda con los recursos del sector privado actuales y futuros. De los españoles y de los contribuyentes europeos. Deberían empezar a pensar en que sus ristras de ministerios, asesorías y niñeras VIP no existen sin las empresas y autónomos.
Aprovecho para enviar mi desprecio más absoluto a esos listos que, desde la comodidad de su puesto de trabajo garantizado con nuestros impuestos, se ríen e ironizan diciendo que los liberales piden la ayuda del Estado.
¡La maquinaria burocrática y clientelar que ustedes adoran no existe sin las empresas y autónomos, panda de oligarcas confiscatorios y extractivos!
Las empresas no piden ayuda, piden que se les deje de expoliar y que no se las envíe a morir por decisión política.