En vías de nuevos horizontes
La agenda de los próximos meses va a estar marcada por la evolución de la pandemia y la reconstrucción de nuestra economía, tras tocar fondo durante los meses más amargos del confinamiento. En materia de movilidad, la M-30, la vía de circunvalación por excelencia en España, es el termómetro perfecto para medir la recuperación económica de la capital.
Retomar los 440 millones de desplazamientos que anualmente transitan de forma segura esta infraestructura madrileña tiene que ser nuestro horizonte, más sostenible, resiliente y siempre a la vanguardia.
Suena evidente señalar que, durante ese espacio de tiempo, la drástica disminución del tráfico ha llevado aparejados efectos positivos, como la reducción de la contaminación y su consecuente beneficio en materia ambiental. Sin embargo, los gestores públicos debemos hacer frente a esa aparente disyuntiva entre movilidad frente medioambiente poniendo en marcha soluciones con carácter transversal que tengan como fin inspirar el cambio de la organización y dar respuesta a una sociedad que reclama liderazgo en momentos especialmente difíciles.
Madrid Calle 30 ha logrado posicionarse como una infraestructura sostenible que emplea la innovación tecnológica para descongestionar el tráfico de vehículos en sus más de 32 kilómetros de recorrido.
Estas soluciones comienzan desde abajo, con pequeños pero significantes reajustes que tienen su reflejo en las más altas escalas de nuestro trabajo. Es por ello por lo que, a veces, la gestión de una infraestructura de vanguardia como la M-30 mantiene cierto paralelismo con cualquier economía doméstica, especialmente en tiempos de pandemia donde prima ser más eficientes y a administrar con mayor atención si cabe los recursos.
La M-30, la vía de circunvalación por excelencia, es el termómetro perfecto para medir la recuperación económica de la capital
Sirva como ejemplo de esto la optimización de la potencia eléctrica contratada, que junto a la significativa mejora en la gestión de la ventilación en los túneles de Calle 30, han permitido ahorrar en nuestra factura de la luz casi un 28% durante 2020.
Debemos ser conscientes de que los conflictos forman parte de nuestra vida y, en muchas ocasiones, no podemos evitarlos. Únicamente cabe gestionarlos de forma correcta hasta revertirlos en una oportunidad para mejorar y seguir creciendo en el ámbito personal e institucional.
En nuestro caso, este último año nos ha servido para desarrollar nuevas competencias bajo el fiel compromiso de garantizar la seguridad a todos nuestros usuarios. Un reto que asumimos desde Madrid Calle 30 como esencial, pues nuestra infraestructura juega ahora un papel más importante que nunca en materia de movilidad sostenible y eficiente.
Pero aún hay margen de mejora. Los desafíos para este año pasan por seguir mejorando nuestras ratios y consolidarnos como una vía a la vanguardia en términos de ingeniería civil dentro y fuera de nuestras fronteras.
Debemos ser conscientes de los beneficios que supone promover la igualdad de oportunidades entre géneros
Otros desafíos, en cambio, debemos afrontarlos unidos como sociedad. Es el caso del impulso y visibilización de la mujer en las empresas, especialmente en aquellos sectores donde la presencia es tradicionalmente masculina. Los gestores, tanto públicos como privados, debemos ser conscientes de los beneficios que supone promover la igualdad de oportunidades entre géneros en todos los ámbitos y, en particular, en los puestos de toma de decisiones, como un factor distintivo de competitividad, modernización y futuro.
“Sólo cabe progresar cuando se piensa en grande, sólo es posible avanzar cuando se mira lejos”, decía Ortega y Gasset. Forma parte de los propósitos para los próximos meses retomar paulatinamente nuestra normalidad, que implica también materializar los grandes avances logrados en los últimos años, tanto económicos como sociales.
***Rosalía Gonzalo es consejera delegada de Madrid Calle30