Mujeres ingenieras y directivas: el orgullo de ser cuota
Las mujeres somos el 25% de los estudiantes de ingeniería y el 34% de los directivos en España. Y no es normal, no es razonable, no es bueno y no es justo.
¿Y por qué las jóvenes no estudian ingenierías? Para mí es difícil de entender. Por propia experiencia puedo decir que es una formación muy gratificante. Gracias a estos estudios, entiendes cómo funciona buena parte del mundo en el que vivimos, desde algo tan cotidiano como una video-llamada entre dos personas separadas por kilómetros de distancia, a algo tan impresionante como el aterrizaje en Marte del robot Perseverance.
Además, estas carreras ofrecen grandes oportunidades laborales, algo muy a tener en cuenta en un país como España, con una tasa media de paro juvenil del 40%.
Hay muchos estudios que tratan de explicar esta escasa presencia de las mujeres en carreras técnicas, siendo el factor más nombrado que en las niñas, a partir de los seis años y debido a barreras culturales, va creciendo su inseguridad para escoger carreras con fama de difíciles y con mayoría de hombres en ellas. Causa algo de tristeza pensar que una niña de 4 años tendría valor suficiente para escoger una ingeniería, pero que esta buena disposición inicial la habrá perdido a los 17 años.
¿Y por qué no hay más mujeres en puestos directivos? Hace unas semanas vi un documental sobre esta brecha de género en Estados Unidos y explicaba que las razones principales son dos. La primera es la propia renuncia de las mujeres a adquirir puestos de mayor responsabilidad, especialmente en la época que tienen hijos pequeños, debido a que su cuidado recae principalmente en ellas. Y este cuidado que asumen ellas, y no sus parejas, hace que renuncien a puestos de responsabilidad que, seguramente, implican horarios más extensos o viajes.
La segunda razón es la discriminación que ejercen los hombres directivos, de manera inconsciente, cuando tienen que escoger a un candidato para ocupar un puesto directivo. Sin darse cuenta, repito porque es importante, sin darse cuenta, los hombres escogen a hombres, porque se sienten más a gusto con ellos. Saben que podrán hablar de fútbol, de coches, de temas que piensan que son exclusivos de su género.
Sin darse cuenta, los hombres escogen a hombres, porque se sienten más a gusto con ellos
Si asumimos que los motivos de la escasez de mujeres ingenieras y directivas son los que he explicado, me gustaría pedir a todas las Administraciones, léase Gobierno central, Comunidades Autónomas, Diputaciones y Ayuntamientos, que se pongan manos a la obra en tres puntos que detallo a continuación.
El primero, políticas de conciliación que favorezcan la corresponsabilidad de los hombres en la vida familiar. Las oportunidades laborales se presentan a los hombres y a las mujeres. Cuando les llegan a los hombres, en general, su pareja le anima y le ayuda. El reto a conseguir es que cuando se le ofrezca una oportunidad laboral a una mujer, su pareja también quiera y pueda apoyarla.
El segundo punto es la visualización de mujeres ingenieras y directivas para que, tanto las jóvenes como sus padres, tengan referentes. Espero y deseo que, un día no muy lejano, haya programas en televisión con share importante que sirvan para normalizar la presencia de la mujer en carreras técnicas y puestos directivos.
En España, lo tenemos fácil porque hay bastantes referentes y muy destacadas. Marta Martínez de IBM, Pilar López de Microsoft o Cristina Garmendia de Fundación COTEC, son solo algunos ejemplos. Todas ellas son mujeres brillantes en puestos de altísima responsabilidad y con un relevante contenido tecnológico.
Hay que normalizar la presencia de la mujer en carreras técnicas y puestos directivos. En España, lo tenemos fácil porque hay bastantes referentes
En tercer lugar, hacen falta leyes estrictas sobre paridad. Paridad en sueldos, en Consejos de Administración, en Comités de Dirección. Y paridad es 50%, no es el 30%, ni el 40%. Hace días, escuchaba a María Gámez, primera mujer directora general de la Guardia Civil, declararse satisfecha de ser cuota: "A veces he ocupado puestos de responsabilidad porque buscaban una mujer y me eligieron a mí, y estoy orgullosa de ello", dijo.
Que haya llegado a donde está porque, hace años, la eligieron para un puesto en donde buscaban una mujer, no la hace inferior, sino al contrario, superior, porque ella está abriendo el camino a muchas otras mujeres que vienen por detrás. Los hombres llevan siendo cuota toda la vida y no se sienten culpables, y bien que hacen. Pues hagamos lo mismo nosotras.
Termino con un comentario personal. Tengo dos hijos y sueño que se casarán con ingenieras, que serán directivas y que mis hijos las habrán animado y ayudado, porque es lo que haces si quieres a tu pareja. En mi caso, que soy ingeniera y directiva, gracias inmensas a mi madre, que me enseñó que todo es posible con trabajo y esfuerzo. Y también, gracias inmensas a mi marido, que entiende perfectamente la igualdad. Claramente, elegí bien con quien casarme.
*** Mónica Sala es ingeniera y directora general de Red, Orange España.