La gestión de las vacunas por parte de la Comisión Europea aspira a convertirse en el primer argumento de los euroescépticos para dar otro golpe a la Unión Europea. Y el Tribunal Constitucional alemán nos ha vuelto a recordar lo difícil que es avanzar en una Europa que quería salir fortalecida de esta crisis con los fondos NGEU que Pedro Sánchez espera como agua de mayo y que la Justicia germana acaba de paralizar.
Si por algo es conocida Europa es por su burocracia y por su capacidad de avanzar solo cuando la situación ya es crítica. Así ocurrió en la última crisis y así ha ocurrido en esta, aunque el acelerón que ha traído la Covid-19 al colocarnos en una situación límite no ha permitido a la opinión pública recrearse en este último punto que sí fue clave en la crisis de deuda pública, banca (y cajas de ahorro en España).
Aquel shock financiero fue el germen de la Unión Bancaria, un gran avance hacia la integración de los 27 que sirvió para restablecer la confianza en las entidades de países como España y en el euro. Sin embargo, esa unión quedó incompleta. Y como suele ocurrir en estos casos, somos los llamados países periféricos los que más lo sufrimos cuando vienen mal dadas.
En este contexto, la banca del sur de Europa ha comenzado a movilizarse a través de sus patronales para tratar de dar un impulso al conocido como tercer pilar, la creación de un Fondo de Garantía de Depósitos común para los europeos, al que los países del norte se resisten porque supone mutualizar riesgos.
Ese fleco es imprescindible para completar la integración que se inició con la creación del supervisor común y con la Junta Única de Resolución (JUR) que España tuvo el dudoso honor de estrenar cuando Luis de Guindos era ministro de Economía con la disolución del Banco Popular.
La Unión Bancaria quedó incompleta y, como suele ocurrir en estos casos, somos los llamados países periféricos los que más lo sufrimos cuando vienen mal dadas
El ahora vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE) participó la pasada semana en la clausura del I Simposio del Observatorio de las Finanzas de Invertia y EL ESPAÑOL y destacó la importancia de cerrar ese fleco sin dar calendario o pista sobre su articulación.
"Este tercer pilar es básico y fundamental. Es muy determinante en lo que sería la integración de los mercados y la mejora de la percepción de la unión monetaria como zona integrada", dijo el vicepresidente desde Fráncfort.
La de Luis de Guindos es una de las voces que se suele escuchar en todo discurso sobre la necesidad de impulsar fusiones transfronterizas. Algo que a día de hoy es una quimera, como recordó en el foro de este periódico el consejero delegado de BBVA, Onur Genç.
El 'banco azul' -que hizo caja en Estados Unidos el pasado noviembre- está abierto a estudiar una fusión en España, pero todavía no se anima a liderar un movimiento a nivel europeo por algo fácil de entender: es muy complicado que genere sinergias.
"Europa todavía no es un mercado único. Cada país tiene su jurisdicción, sus mecanismos de resolución... A menos que haya una uniformidad, no vamos a encontrar valor" en una fusión transfronteriza, explicó Genç.
El presidente del Consejo de Supervisión del BCE, Andrea Enria, es consciente de ello y, de hecho, ha pedido dar más peso a la JUR en los procesos de liquidación de bancos para que también las entidades pequeñas pasen a estar bajo su paraguas. Es algo que Christine Lagarde apoya, pero que seguiría sin dejar completa la Unión Bancaria.
A punto de cumplirse diez años desde que el BCE de Mario Draghi salió al rescate del euro y contó con el apoyo de Bruselas para iniciar la integración financiera, es desolador para las entidades de España, Portugal o Italia que los 'halcones' pongan obstáculos a la creación de un fondo que permita a todos los europeos gozar de las mismas garantías para sus ahorros.
Es algo que ejemplificó el director general de Ceca, José María Méndez, también el I Simposio al decir: "echo de menos un esfuerzo por establecer las condiciones" para la Unión Bancaria.
Además de mutualizar los riesgos de los depósitos, en este proceso faltan elementos fundamentales, como la armonización fiscal de los tributos que pagan tanto los bancos como los productos financieros.
Esto es algo que, según Ceca, perjudica a las entidades españolas, dado que "hay una densidad de activos ponderados por riesgo mayor en España que en el resto de Europa".
Esto en un entorno en el que la morosidad va a subir de manera inevitable ante la incertidumbre de la recuperación que afronta España, como reconoció el presidente de la AEB, José María Roldán, juega en contra de las entidades de este país.
El reflejo de todo esto también afecta a los consumidores. El último boletín económico del Banco de España incluyó un análisis sobre el tipo de interés que pagan los españoles por los préstamos personales en relación al que costean otros europeos y, en contra de lo que se suele argumentar por las entidades españolas, el balance no es positivo.
Tampoco lo es para los italianos o los portugueses. ¿Estos datos de Pablo Hernández de Cos indican que somos menos solventes los ciudadanos del sur de Europa? ¿O son consecuencia de las ineficiencias del sistema financiero de la unión monetaria? Probablemente, sea por una combinación de todo lo que no ha resuelto la consolidación bancaria nacional.
ATENTOS A...
Este martes, los agentes sociales tienen previsto volver a acudir al Ministerio de Trabajo para abordar la derogación de la reforma laboral de 2012 en más aspectos de los que esperaban los empresarios.
Esta mesa coincide con la despedida de Pablo Iglesias que convertirá a Yolanda Díaz en vicepresidenta tercera del Ejecutivo. Las posturas de los negociadores del diálogo social son muy lejanas en algunos puntos, como el de la subcontratación.
La recuperación se retrasa y la preocupación en la empresa por el ruido político es alta, ya que con los fondos europeos amenazados por el Constitucional alemán, el Ibex cree que no es momento de hablar de derogar una reforma que fue aplaudida por la Unión Europea en 2012.