Una de las cosas que más rabia me da de la pandemia es que, por segundo año consecutivo, voy a perderme una de mis tradiciones semanasanteras favoritas: las torrijas de mi madre. Espero que la situación no se repita porque, dado al ritmo al que avanza la innovación de la industria alimentaria, puede que, dentro de unos años, esta milenaria receta sustituya la tradicional leche de vaca por una versión de laboratorio (y, por favor, que no se molesten aquellos que la preparan con vino o miel).
No estoy hablando de las torrijas veganas que utilizan leche vegetal obtenida de la soja o las almendras. No, estoy hablando de la última vuelta de tuerca de Impossible Foods, la empresa que aspira a erradicar la ganadería en 2035 con sustitutos vegetales que imiten las propiedades de cualquier producto animal. Es decir, que su meta consiste en eliminar una industria al completo y sustituirla por otra en cuestión de 15 años.
Puede que parezca descabellado, pero "el automóvil reemplazó al caballo en dos décadas, y la cámara digital reemplazó la película en menos de 10 años", como recordó su CEO, Pat Brown, a finales de 2020, en una rueda de prensa en la que anunció que, además de las hamburguesas y salchichas de origen vegetal que ya vende en EE. UU., la compañía ya está trabajando para desterrar la leche, los filetes y el beicon de origen animal.
Impossible Foods aspira a erradicar la ganadería en 2035 consustitutos vegetales que imiten las propiedades animales.
Si su objetivo se cumple, dentro de unos años no solo habrá que cambiar la receta de las torrijas, sino también la de los torreznos, así que más vale que sus sustitutos vegetales estén bien buenos. De hecho, la textura y el sabor son dos de los grandes retos de la creciente industria de la carne sintética de origen verde.
Ya le hablé de este sector el pasado verano, aunque entonces todavía no había probado ninguno de sus productos. Lo hice unos meses después, con una hamburguesa de la compañía Beyond Meat, que sí se vende en nuestro país. Y, como dijo en su día el chef Dani Lechuga, "da el pego".
Reconozco que no sabe igual, pero se le parece. Y, cuando más se parezca el producto al homólogo cárnico que intentan imitar, más probabilidades habrá de que los consumidores se animen a cambiar una opción por otra. Al fin y al cabo, el objetivo de erradicar los productos de origen animal de nuestra dieta no es una cuestión de moda, sino de respeto al planeta y a los propios animales.
Además del obligatorio sacrificio al que sometemos a vacas, cerdos y demás para satisfacer nuestro gusto por la carne, le recuerdo que la ganadería es responsable de casi el 15 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. En contraste, Brown afirma que su "proceso utiliza 25 veces menos tierra, nueve veces menos agua, 12 veces menos fertilizante".
Erradicar los productos de origen animal de nuestra dieta no es cuestión de moda, lo es de respto al planeta y los animales.
Estas ventajas no han pasado desapercibidas ante los inversores, como demuestra el hecho de que Impossible Foods haya recaudado cerca de 1.300 millones de euros desde que se fundó en 2011. Y, hace poco, el sector acaparó titulares cuando Bill Gates presentó su último libro, en el que afirma que los países desarrollados deberían consumir exclusivamente carne sintética.
Cabe mencionar que el magnate es inversor de ambas compañías y que es muy fácil pedir este tipo de cambios cuando uno tiene los bolsillos tan llenos. Pero también es cierto que el bueno de Bill lleva años embarcado en proyectos revolucionarios para resolver los grandes problemas del mundo, como uno que intenta extinguir a los mosquitos portadores de la malaria mediante edición genética.
No hay duda de que sustituir la ganadería por un homólogo vegetal supondría un gran apoyo a nuestra urgente lucha contra el cambio climático. Así que, aunque nunca lleguen a saber exactamente igual, le animo a que se plantee cambiar sus tradicionales recetas por alternativas vegetales. El planeta, los animales y Bill Gates se lo agradecerán, aunque no sé cómo reaccionará mi madre cuando llegue la hora de modificar la de sus torrijas.
¡Feliz Semana Santa!