Invertir en las disrupciones propiciadas por la transformación tecnológica no siempre supone hacerlo en compañías de nueva creación, ni requieren un largo tiempo y grandes riesgos antes de verlas fructificar.
El mejor ejemplo son las suscripciones digitales, una de las tendencias más fuertes dentro de la revolución tecnológica, y una de las mejores oportunidades de inversión que vemos en el sector.
La transición digital, acelerada por la pandemia, hace que cada vez paguemos más cuotas planas en plataformas de comercio electrónico, series y películas, videojuegos, almacenamiento de contenidos en la nube, ciberseguridad y, cada vez más, servicios sobre educación, deportes, información, búsqueda de pareja y telemedicina.
Los analistas de UBS estiman que el volumen mundial de estos negocios pasará de los 540.000 millones en 2020 a los 1,2 billones de euros en 2025, con un crecimiento acumulativo anual del 18%.
Los pagos por uso de la nube se duplicarán hasta alcanzar los 450.000 millones de euros anuales. Y las cuotas para el uso ilimitado de las diversas plataformas de comercio electrónico se triplicarán hasta los casi 600.000 millones al año, un aumento cercano al 25% anual.
Las suscripciones digitales son, por lo tanto, uno de los segmentos de mayor crecimiento en toda la economía mundial. Se ha acelerado con la pandemia, pero se encuentra todavía en una fase incipiente de adopción y que explotará con el despliegue de la tecnología 5G que ampliará la capacidad de transmisión de datos, y del llamado 'Internet de las Cosas' que interconectará unos 25.000 millones de dispositivos en 2025.
Las suscripciones digitales son uno de los segmentos de mayor crecimiento en toda la economía mundial
Es también una forma de exponerse al crecimiento de los países emergentes. Aunque parezca mentira a estas alturas, el Banco Mundial estima que en esta década, el número de personas con acceso a internet aumentará en unos 2.000 millones de personas.
Son actividades tremendamente atractivas para las empresas y para los inversores, al tratarse de ingresos recurrentes, bastante estables y con márgenes altos, que fidelizan a los clientes y que permiten adaptar los productos y servicios a sus necesidades. Además, les permiten extraer una cantidad ingente de información y datos de sus clientes, que pueden monetizar por varias vías.
Su combinación de flujos de caja recurrentes, alto crecimiento, visibilidad y riesgo moderado hace que los múltiplos que merecen estos negocios sean muy elevados, en especial cuando los bajos tipos de interés hacen que tengan más valor descontados a valor presente.
Tras un riguroso análisis se puede establecer que hay muchas compañías atractivas para invertir que obtienen una parte sustancial de sus ingresos por suscripciones digitales. Por supuesto, está el selecto grupo de las FAAMG, pero también hay empresas medianas en fases incipientes de su expansión.
Cerca del 40% son empresas tecnológicas y otro 35% medios de comunicación, streaming e internet, pero también de productos de consumo, financieras y sanitarias. Algo más de la mitad se encuentran en Estados Unidos, un 20% en Europa y un 14% en China.
La capacidad de algunas empresas de monetizar y rentabilizar la revolución tecnológica está muy lejos de agotarse. Por eso todavía es atractiva la inversión en estos negocios, que seguirán creciendo muchos años, relativamente ajenos a los vaivenes cíclicos.
*** Roberto Scholtes Ruiz es director de Estrategia UBS España.