El mandato de Joe Biden como presidente de Estados Unidos comenzó oficialmente el 20 de enero. 100 días después, es hora de que los mercados hagan una primera valoración. Dos palabras resumen su actuación desde que asumió el cargo: velocidad y precipitación.
La magnitud de los paquetes de estímulo de Joe Biden en sus primeros 100 días ha causado una gran impresión. Los sectores cíclicos se han beneficiado claramente del apoyo masivo para una sólida recuperación en los próximos trimestres.
Sin embargo, en vista de los fondos que se están gastando, a los inversores les preocupa que la economía pueda sobrecalentarse, provocando una mayor inflación y obligando a la Fed a revisar su política acomodaticia. Las autoridades políticas y monetarias se verán obligadas a realizar un fino acto de equilibrio en los próximos meses. Los mercados estarán atentos para ver si son capaces de lograrlo.
A los inversores les preocupa que la economía pueda sobrecalentarse, provocando más inflación y obligando a la Fed a revisar su política
El 46º presidente de EEUU ha actuado con rapidez en todos los ámbitos. Los mercados esperaban un plan de estímulo masivo de alrededor de un billón de dólares. En cambio, se vieron sorprendidos cuando Joe Biden consiguió que los demócratas se pusieran de acuerdo en un paquete de 1,9 billones de dólares. El Congreso lo aprobó rápidamente el 10 de marzo.
El plan pretende rescatar la economía estadounidense creando siete millones de puestos de trabajo este año. Muchos estadounidenses recibirán cheques de hasta 1.400 dólares cada uno, mientras que muchos de ellos verán prorrogados sus subsidios de desempleo excepcionales.
Este impulso de estímulo sin precedentes debería llevar el crecimiento a niveles no vistos desde la era Reagan. Las expectativas de consenso prevén ahora que la economía crezca un 8% este año, su ritmo más rápido desde 1983. Pocos profesionales del mercado actual han visto un auge semejante.
El Gobierno de Biden pretende explotar su capital político forzando la aprobación de otros paquetes masivos como Build Back Better, un plan de infraestructuras presentado a finales de marzo. Podría ascender a dos billones de dólares, pero sigue siendo objeto de una dura negociación.
Emergencia climática
En materia de política medioambiental, Joe Biden firmó una serie de decretos presidenciales en el Día del Clima, apenas unos días después de jurar su cargo, para romper con la era de Donald Trump. Ninguna de las medidas es nueva y todas formaban parte de los compromisos de campaña del nuevo presidente.
Sin embargo, la rapidez con la que se hicieron los anuncios y su enfoque de "todo el Gobierno" muestran que la nueva administración no está simplemente tratando de volver a la era de Obama, sino que también está poniendo al clima en un lugar mucho más prioritario. Las cuestiones climáticas son, de hecho, la segunda en la lista de 7 prioridades del nuevo equipo, sólo por detrás de la gestión de la crisis de la Covid-19.
La nueva administración está poniendo al clima en un lugar mucho más prioritario que Obama
El enfoque de "todo el Gobierno" de Joe Biden defiende que el clima se convierta en un componente esencial en cualquier decisión federal. La primera prueba de este nuevo enfoque puede verse en la creación de una oficina en la Casa Blanca que coordinará la política medioambiental nacional y de un enviado especial para tratar las cuestiones climáticas en el extranjero.
El departamento del Tesoro tendrá que tener en cuenta los riesgos financieros del cambio climático y el coste social de las emisiones de gases de efecto invernadero -que puede rondar los 50 dólares por tonelada- se tendrá en cuenta en el proceso de toma de decisiones de las agencias federales.
Estados Unidos también se adhirió al Acuerdo de París el 19 de febrero y Joe Biden invitó a 40 líderes mundiales a la cumbre del clima que organizó los días 22 y 23 de abril.
Los países reunidos en la mesa virtual representaban el 80% de las emisiones mundiales. En esta ocasión, el presidente anunció que Estados Unidos se proponía reducir entre un 50% y un 52% sus emisiones de gases de efecto invernadero de aquí a 2030 con respecto a 2005.
China confirmó que aspiraba a la neutralidad del carbono para 2060. Se trata de un paso clave antes de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) que se celebrará en noviembre en Glasgow. La semana anterior, Estados Unidos firmó un acuerdo conjunto con su principal adversario estratégico, China, para colaborar en la lucha contra la crisis climática.
Vacunación
Otro ejemplo de la contundente actuación de Joe Biden es su gestión de la pandemia de la Covid-19 en Estados Unidos. La campaña de vacunación arrancó el 14 de diciembre cuando Donald Trump aún era presidente y desde entonces se ha desplegado a marchas forzadas.
Aunque las contaminaciones diarias sugerían que la batalla contra el coronavirus estaba aún lejos de ser ganada, Biden fijó los objetivos de vacunación en 200 millones de inyecciones durante sus primeros 100 días, el doble del objetivo inicial de 100 millones que se alcanzó el 19 de marzo.
En cuanto a la política exterior, Joe Biden nombró a Antony Blinken como jefe del departamento de Estado. Ex asesor de Bill Clinton, y anteriormente subsecretario de Estado con Barack Obama, Blinken mantendrá una postura dura en las relaciones con Pekín. Ambos países se reunieron en Alaska el 18 de marzo para mantener las primeras conversaciones.
Se dice que el ambiente era frío. Sin embargo, la situación sobre el programa nuclear iraní parece estar cambiando. Estados Unidos ha iniciado conversaciones en Viena para volver al acuerdo que la Administración Trump abandonó unilateralmente en 2018.
La nueva Administración también está dispuesta a retomar los estrechos lazos con sus aliados europeos. A principios de marzo, por ejemplo, Washington introdujo una suspensión de cuatro meses de los derechos de importación derivados del conflicto Boeing/Airbus. Los viticultores franceses se han visto especialmente afectados por el aumento de los aranceles. Otro elemento que habrá que seguir de cerca dentro de esta nueva 'era Biden'.
*** Christophe Foliot es codirector de renta variable en Edmond de Rothschild Asset Management.