El 4 de mayo los madrileños elegirán quién quiere que les gobierne los dos próximos años. La campaña electoral ha sido dura y trufada de demagogia, bulos y mentiras. Y, como no podía ser de otra manera, la gestión de la pandemia y de la crisis económica han centrado las críticas de la izquierda, incapaz de poner en jaque la exitosa estrategia de reducir la movilidad por zonas sanitarias en función de los datos y mantener la actividad del comercio y la hostelería al máximo posible.
Madrid ha logrado así convertirse en ejemplo dentro y fuera de España, en modelo añorado por comerciantes y hosteleros de otras comunidades autónomas que han salido a la calle denunciando el trato de sus gobernantes y gritando que querían una Ayuso en su vida.
También cómo bares y restaurantes han inventado pinchos o cervezas con el nombre de la presidenta. Un entusiasta apoyo, que no se ha logrado únicamente por la normativa de horarios y aforos, sino también porque, a pesar de que se repite y repite que la Comunidad de Madrid ha dado cero euros en ayudas, nada más lejos de la realidad.
A pesar de que se repite y repite que la Comunidad de Madrid ha dado cero euros en ayudas, nada más lejos de la realidad
Desde marzo de 2020, la Comunidad de Madrid ha entregado ayudas a empresas y autónomos por valor de 184,3 millones de euros repartidos de la siguiente forma: 73,5 millones en ayudas directas a empresas y autónomos, 30 millones para financiación de pymes y autónomos, 8 millones al sector industrial, 2 millones al comercio, 66,2 millones a la contratación, 3,6 millones al sector agroalimentario y 1 millón al sector cultural.
Y desde el 1 de mayo se abre el plazo para que sectores que el Gobierno de España ha dejado fuera del plan de ayudas directas soliciten fondos regionales por valor de 220 millones de euros. Serán beneficiarias más de 75.000 pymes y empresas familiares como peluquerías, talleres, librerías, ferreterías, academias o tiendas de “souvenirs” que dan empleo a más de 200.000 personas.
El arsenal de medidas sanitarias y económicas se refleja en las encuestas, pero también en los datos. La Comunidad de Madrid cerró el año 2020 con una caída del PIB del 10,3% frente al 10,8% nacional y en el último trimestre del año, la actividad económica madrileña creció hasta el 4,4%, mientras que la economía española cayó un 0,4%.
Madrid no sólo evitó una caída aún mayor de la economía nacional, sino que evidenció que, en comunidades como la catalana donde los cierres de establecimientos y restricciones a la movilidad son mucho más estrictos y generales que en Madrid, la actividad económica se contrajera el año pasado un 11,4%, prácticamente un punto más.
Si hablamos de empleo, según datos de la última EPA, la tasa de paro es del 13,5%, tres puntos por debajo del dato de España. Tampoco les sale bien a los detractores de Ayuso la comparativa sobre impuestos y recaudación.
Tampoco les sale bien a los detractores de Ayuso la comparativa sobre impuestos y recaudación
El tipo mínimo del IRPF en Madrid es del 18,5% mientras que, por ejemplo, en Cataluña es del 21,5% y en los tramos altos, los madrileños tributan al 48% y los madrileños al 43,5%.
Además, las sucesivas bajadas del tramo autonómico del IRPF han aliviado a las clases medias y bajas y los ingresos por impuestos, a pesar de todo ello y de las bonificaciones en Patrimonio, Sucesiones y Donaciones, son mucho mayores que los de comunidades con impuestos más altos en todas las figuras tributarias.
Madrid es motor económico de España, polo de atracción de inversiones y de ciudadanos que aspiran a seguir viviendo en libertad para elegir médico o la educación de sus hijos, con buenos servicios públicos y bajos impuestos.
Campañas como la de definir a la región como "bomba vírica" o agitar la "madrileñofobia" no van a funcionar, al menos según las encuestas. Muchos ciudadanos lo perciben como artificios de la izquierda, que ve como se le escapa de nuevo la Puerta del Sol.
Parece que no están teniendo en cuenta lo que ha recordado estos días el sociólogo Narciso Michavila:"más de 600.000 familias viven en Madrid del comercio o la hostelería y no van a votar izquierda o derecha sino abierto o cerrado".
*** Carmen Tomás es periodista y analista de información económica.