Cuando algo no se puede explicar racionalmente sin recurrir a los impuestos, pero cuando se recurre a ellos, lo entiende cualquiera, probablemente estemos ante planificación fiscal, y también ante distorsión de la actividad económica por los impuestos.
Si los datos estadísticos agregados no se entienden sin los impuestos, probablemente estemos, en algunos casos, ante planificaciones fiscales agresivas, y, sobre todo, las distorsiones económicas serán significativas.
Este principio se puede aplicar a los impuestos que, según los datos, pagan las multinacionales norteamericanas fuera de Estados Unidos. Esto justifica el planteamiento del presidente norteamericano Biden y de su secretaria del Tesoro, Yellen, de obligar a las multinacionales norteamericanas a pagar un tipo mínimo del 15% de sus beneficios en el impuesto de sociedades.
Lo más revolucionario, con todo, es que las multinacionales pagasen, al menos una parte de esos impuestos, donde obtienen los beneficios.
Esto podría afectar particularmente a España, y no porque aquí estas multinacionales, u otras empresas, paguen poco, sino porque aquí en España estas empresas declaran haber ganado, comparativamente poco dinero.
Veamos, según los datos del Bureau of Economic Affairs (BEA), la agencia estadística norteamericana dependiente del Departamento de Comercio, las filiales mayoritariamente controladas por empresas norteamericanas ganaron en el mundo en 2018 1,58 billones de dólares (billones europeos, lo que los norteamericanos denominan trillions), antes de impuestos en el extranjero.
De este importe, las empresas norteamericanas pagaron 120.468 millones de dólares en impuestos en el extranjero. Estamos hablando de un pago medio por impuesto sobre los beneficios en el extranjero del 7,6%.
Lo más revolucionario es que las multinacionales pagasen, al menos una parte de los impuestos, donde obtienen los beneficios
Algo más de la mitad de estos beneficios se obtuvieron en Europa. Sin embargo, en España, estas empresas sólo ganaron 9.803 millones de dólares, de los que pagaron 1.278 millones de dólares en impuestos sobre el beneficio. No sólo es una cuestión de beneficios, es también una cuestión de ingresos y ventas.
Por ejemplo, las filiales de las multinacionales norteamericanas vendieron en España por valor de 94.647 millones de dólares. Sin embargo, las ventas en Irlanda fueron de 436.290 millones de dólares, en Holanda de 316.393 millones de dólares o en Luxemburgo fueron de 83.073 millones de dólares
. Eso sí, en Luxemburgo los ingresos totales de las multinacionales norteamericanas fueron de 246.763 millones de dólares, frente a unos ingresos de sólo 102.920 millones de dólares en España. Pensemos que Luxemburgo tenía un PIB de 60.000 millones de dólares en 2018 frente a 1,42 billones de dólares que tuvo España ese año.
Estos fenómenos curiosos no sólo se dan en el "triángulo europeo" de las Bermudas, sino también en los territorios del Caribe. Por ejemplo, en Bermudas los ingresos totales de las filiales norteamericanas fueron muy superiores a las de España: 148.054 millones de dólares.
Eso sí, resulta curioso que, en Bermudas, un porcentaje enorme de estos ingresos se convirtieron en puro beneficio: allí, las multinacionales ganaron netos, después de impuestos, 84.735 millones de dólares, después de pagar impuestos sobre los beneficios por importe de 1.025 millones de dólares.
Todos estos datos sólo se explican por los impuestos: porque en Bermudas, Irlanda, Luxemburgo u Holanda se pagan pocos impuestos. Al menos eso es lo que dicen los datos que las multinacionales norteamericanas declararon al Departamento de Comercio.
Así, estas multinacionales pagaron sobre sus beneficios un tipo efectivo del 3,17% en Irlanda, del 2,71% en Holanda, del 1,08% en Luxemburgo y del 1,19% en Bermudas. Efectivamente, de todos estos territorios, sólo Bermudas están en la lista española de Paraísos Fiscales, aunque la UE sacó en 2019 a este territorio de su listado de paraísos fiscales. En cualquier caso, el criterio fundamental de las listas negras de paraísos fiscales es su opacidad y no, aunque se crea lo contrario, los bajos impuestos.
Las multinacionales norteamericanas pagaron en España un 13,03%, resultado de dividir 1.278 millones de dólares en foreign income taxes entre un beneficio declarado antes de impuestos de 9.803 millones de dólares.
La realidad, y esto no es ni mucho menos exclusivo de España, es que ventas, ingresos y beneficios que realmente se generan en España están probablemente declarados, al menos a efectos fiscales, en otras jurisdicciones. Y en esas otras jurisdicciones se pagan menos impuestos. Y estas cifras no son cantidades que permitiesen arreglar todos los problemas fiscales, pero no son, ni mucho menos, cuantías despreciables.
Ventas, ingresos y beneficios que realmente se generan en España están probablemente declarados, al menos a efectos fiscales, en otras jurisdicciones
Y por supuesto, esto no afecta a todas las empresas sin excepción, pero está tan extendido que estas cifras estadísticas agregadas sólo se entienden, desgraciadamente, por los impuestos que se pagan, y, sobre todo, por los que no se pagan.
Los ingresos, ventas o márgenes que no aparecen en algunos Estados, luego vuelven a aparecer en el 'triángulo de las Bermudas' … lo que no aparecen en ninguna parte son los impuestos que algunas de las empresas que más dinero ganan del mundo dejan de pagar sobre sus beneficios.
A partir de aquí, uno puede pensar que algunas multinacionales pagan pocos impuestos, no sólo en general, sino también por los beneficios que realmente generan en países como España.
Y esto es una cuestión de las normas fiscales españolas, europeas e internacionales, que no están adaptadas al siglo XXI. Pero incluso si no se comparte esto, lo que no es posible soslayar es que los beneficios no tributan, no pagan impuestos, en los territorios donde realmente se generan. Porque, estas cifras que he ido exponiendo, y muchas otras que he dejado fuera, sólo se entienden por razones fiscales. Y a estos niveles esto nos afecta a todos: lo que no pagan unos, lo pagan otros.
Eso sí, esto supone una competencia, no precisamente equilibrada, con aquellas empresas que no quieren o no pueden pagar tan pocos impuestos. Les dejo esta reflexión: "si queremos servicios públicos, justicia y sanidad universal y formación universal, hay que pagar impuestos. Para nosotros es un orgullo pagar impuestos". Es la reflexión de Juan Roig, presidente de Mercadona, cuya "contribución tributaria total ascendió a 1.901 millones de euros, de los cuáles 364 millones correspondían al impuesto de sociedades". Mercadona ganó 727 millones de euros netos en 2020 según declaró Roig en rueda de prensa hace unos días.
Creo que todos deberíamos tomar nota.
*** Francisco de la Torre Díaz es economista e inspector de Hacienda.