"I really had a blackout". Klaus Meine.
En España nos hemos olvidado de los apagones. No hace tanto tiempo, cuando el sistema se saturaba por exceso de demanda o problemas de suministro, estos cortes de luz eran desafortunadamente habituales. Y si este invierno no hemos sufrido apagones ha sido gracias a que el gas natural ha aportado la energía de respaldo cuando las inclemencias del clima hicieron que la energía renovable no pudiera contribuir de manera habitual.
La importancia de la energía nuclear y el gas natural en el proceso de descarbonización es enorme. La clave del éxito de un modelo de transición energética es que sea competitivo y que no sufra la seguridad de suministro.
Sin embargo, las tecnologías clave en ese proceso de transición energética competitivo tienen enormes escollos para funcionar y además se les penaliza económicamente. Ya hablamos aquí del expolio impositivo que sufren las nucleares y conviene hablar de la importancia de los pagos de capacidad como mecanismo de señal de precio adecuado para garantizar el respaldo.
La importancia de la energía nuclear y el gas natural en el proceso de descarbonización es enorme
El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) estima que, en el horizonte 2030, será necesario mantener los 26.000 megavatios de ciclos combinados existentes más 6.000 megawatios de nuevo almacenamiento (bombeo hidroeléctrico y baterías). Sin embargo, no son viables económicamente en el mercado actual.
Es por ello por lo que es necesario modernizar el mercado, retribuyendo la aportación a la seguridad de suministro, porque es más barato y sin impacto social que los apagones. No es una subvención, como pueden pensar algunos, sino una compensación por la inversión requerida para garantizar la seguridad de suministro. Igual que se remunera a otros activos de almacenaje y respaldo.
Es decir, el que haya capacidad para producir electricidad en todo momento y, especialmente, cuando haya más probabilidad de escasez, mediante un mercado de capacidad que complemente a los mercados de energía.
Es necesario modernizar el mercado, retribuyendo la aportación a la seguridad de suministro, porque es más barato y sin impacto social que los apagones
Es lo que han implementado todos los países líderes. El modelo más aceptado a nivel europeo es un mercado de capacidad competitivo que permita la participación de todas las tecnologías de generación, almacenamiento y gestión de demanda, como el del Reino Unido.
El mecanismo más eficiente es un mercado de capacidad basado en subastas centralizadas donde se negocien contratos de capacidad para tecnologías existentes y para nuevas inversiones de forma simultánea.
ElGobierno de España ha lanzado un proyecto Orden Ministerial para la creación de un mercado de capacidad similar al británico o italiano y en dicho proyecto refleja el reto al que se enfrenta el sistema eléctrico de conseguir una elevada penetración de energías renovables no gestionables sin poner en riesgo la seguridad de suministro.
También evalúa los requisitos exigidos por la normativa europea, justificando un modelo compatible con el Reglamento de mercado eléctrico y que sigue las mejores prácticas europeas. Es algo que se debe valorar positivamente si pensamos en el largo plazo y en la sostenibilidad y fiabilidad del sistema eléctrico.
Pero la burocracia puede convertir este proceso en innecesariamente lento y hasta ponerlo en peligro. El problema en España es que es urgente tras años de pérdidas y aumento de riesgo de suministro.
¿Por qué ahora? Primero, porque ya hemos recibido un aviso importante tras la evidencia de los riesgos a la seguridad de suministro que se dieron en invierno, a principios de 2021.
Es urgente aprobar un mecanismo eficiente, transparente y sólido porque una vez pase el año 2021 nos enfrentamos a procesos muy lentos. Segundo, porque la normativa europea exige, como condición necesaria, demostrar que el país se enfrenta a un problema de seguridad de suministro.
Hasta finales de 2021 se puede presentar un análisis de cobertura realizado por Red Eléctrica de España (REE) con ámbito nacional e incorporando una evaluación económica simplificada.
A partir de esa fecha, el proceso puede ser mucho más lento y con mayor incertidumbre ya que el análisis debe ser europeo (realizado por ENTSO-E) y con una metodología de evaluación económica que está pendiente de desarrollar. Puede llevar meses. Mientras tanto, las tecnologías de respaldo están funcionando a pérdidas y se pone en peligro la inversión y la firmeza del sistema eléctrico.