En enero, escribí una columna cuyo resumen podía ser: blockchain, sí; bitcoin, no tanto. Dije que sólo usaría las criptomonedas para especular y así hice: el día que publiqué el artículo, compré un ETP que replica el bitcoin (estaba a 30.000 dólares). Lo vendí unas semanas después cuando estaba a 40.000 dólares. Muchos amigos me lo recordaron hasta que casi alcanzó los 65.000 dólares. Esta semana, me di cuenta de que tampoco hice una mala jugada.
Me aterra sobremanera llevar varios meses en los que cada semana me llaman conocidos para preguntarme por las criptodivisas, generalmente son personas sin experiencia financiera, lo cual me hace recordar al limpiabotas de Rockefeller. Tengo la sensación de que estamos ante una nueva fiebre de los tulipanes. Y ya sabemos cómo acabó…
Antes de que me critiquen los criptofans, no soy un negacionista del mundo cripto. Cuando mis clientes me preguntan (suelen tener más curiosidad que interés), les digo que no me llama la atención, pero yo sólo opino, no impongo. Si quieren invertir, doy algunos consejos: que no arriesguen más del 2% de su cartera y que preferiblemente usen ETP en lugar de monederos virtuales: BTCetc Bitcoin, WisdomTree Ethereum, 21Shares Crypto Basket…
Elon Musk impulsó el bitcoin desde los 38.000 dólares al comprar Tesla un montante de 1500 millones de dólares. El propio Musk lo noqueó recientemente al decir que Tesla no aceptaría bitcoins como medio de pago por motivos medioambientales. En el camino, manejó a las masas a su antojo a base de tuits. Igualmente, hizo algo similar con el dogecoin al calificarlo de timo en televisión. Esta sencilla infografía de Bloomberg resume lo sucedido:
La actitud de Musk resulta algo incomprensible: no sé si simplemente le gusta jugar con fuego o intenta acercarnos agresivamente a un futuro con criptodivisas a toda costa, las cuales ciertamente han llegado para quedarse. De todas formas, la puntilla esta semana la dio China con su veto a las criptomonedas.
En cualquier caso, invertir en activos que ni siquiera pueden considerarse aún verdaderas monedas, que dependen mucho de las declaraciones de Musk y de algunos gestores de fondos, que van al calor de la euforia/pánico de multitud de minoristas inexpertos y que no tienen valor intrínseco… no es para todo el mundo.
La realidad es que no tienen valor por fundamentales por muchas ecuaciones de cambio, modelos y sistemas de valoración que se estén usando. ARK Invest es una de las mejores gestoras de hard growth que existen, pero cuando publicó un artículo con su sistema para valorar los "fundamentales" del bitcoin, sólo hablaban de cuestiones abstractas e incomprensibles. Ya lo decía Einstein: "Si no lo puedes explicar de forma sencilla, es que no lo entiendes bien".
El escepticismo del gran Ray Dalio sobre este tema o la pésima opinión de genios como Warren Buffett y Nassim Taleb no deben pasarse por alto. JP Morgan está creando oferta de productos, pero su CEO Jamie Dimon dice que no siente ningún interés por la temática.
Deutsche Bank publicó un interesantísimo especial en abril y aprovecharé para extraer aquí algunos gráficos. En éste, podemos ver la alta correlación del bitcoin con el volumen de búsquedas en Google:
Por cierto, tiene sentido que Elon Musk, que se dedica a fabricar coches eléctricos, se haya concienciado con el alto grado de consumo energético empleado cuando se minan bitcoins.
Según The Economist, en la segunda semana de mayo, el minado de bitcoins utilizó electricidad a una tasa equivalente de 150 teravatios/hora por año, más que el consumo anual de energía de Holanda:
Dos acontecimientos distintos pero interrelacionados, las criptomonedas del sector privado y las divisas digitales de los bancos centrales (CBDC, por sus siglas en inglés) impulsadas por los gobiernos, podrían estar acercándose a su nivel de masa crítica. Las CBDC podrían complementar o sustituir las criptodivisas del sector privado.
En mi opinión, es más probable que las sustituyan (en cuyo caso, sólo saldrían victoriosas aquéllas privadas que adopten algunos gobiernos). Principalmente, por dos motivos: la CBDC china está muy avanzada y otras superpotencias no quieren quedarse atrás en la carrera tecnológica del mundo cripto. Y, en segundo lugar, por lo relativo al blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo: hace poco, un gran amigo mío abrió cuenta en uno de los principales e-wallets del mercado: sólo le hizo falta el DNI y los datos de contacto. Como banquero, me alarma que se pueda operar sin tener que aportar datos del origen de los fondos.
Igualmente, a los bancos centrales les interesa mantener el control del dinero para gestionar eficazmente la economía. La aceleración de las CBDC es una reacción al desarrollo de las criptomonedas privadas.
A los bancos centrales les interesa mantener el control del dinero para gestionar eficazmente la economía
Asimismo, con la emisión de CBDC, podría mejorarse el coste de las transferencias de dinero (dentro de los países y entre ellos), facilitando el acceso a servicios financieros para todos los ciudadanos. Además, la pandemia ha demostrado que incluso los ciudadanos de países que usaban mucho el efectivo han cambiado radicalmente pasando a los medios digitales, lo que podría contribuir a una amplia aceptación de una moneda verdaderamente digital.
Los gobiernos deberán considerar todos los aspectos socioeconómicos, tecnológicos y normativos antes de emitirlas por el temor a generar una disrupción financiera y una reacción social no deseadas. La tasa de adopción de una moneda realmente digital en las sociedades depende en última instancia de la preferencia por la privacidad frente a la comodidad.
Esta semana, en el momento más crítico, las principales criptodivisas llegaron a flirtear con caídas de casi un 50% desde sus máximos. En rarísimas ocasiones, eso le sucede a la bolsa mundial: lo vimos en 2008 y no en tan pocos días.
Como podemos observar en este otro gráfico de Deutsche Bank, la volatilidad del bitcoin es casi cinco veces la de la renta variable global y más de cinco veces la del oro:
Se habla del bitcoin como reserva de valor, como el nuevo oro digital, pero, según Hugo Ferrer, no funciona como sustituto del oro: puede que el bitcoin tenga una serie de propiedades, pero desde luego no tiene relación alguna con la evolución del oro, no hay correlación estable, tal y como muestra el primero de los siguientes gráficos.
Sin embargo, lo que sí parece que está ocurriendo durante los últimos años es que el bitcoin mantiene una alta correlación con otros activos de riesgo, especialmente con la bolsa mundial. El segundo gráfico habla por sí sólo. Cuando la bolsa mundial se aprecia (Global Dow en magenta), también lo suele hacer el bitcoin (negro), y cuando la bolsa cae, también lo hace el bitcoin:
¿Adónde puede llegar el bitcoin? Ni idea. Los superfrikis se vienen arriba cuando hay racha y he llegado a escuchar que se va a 500.000 $. Los archienemigos aprovechan cuando hay sangre para decir que desaparecerá. Ni una cosa ni la otra.
Conviene tener en el radar algunas declaraciones duras que Warren Buffett hizo a la CNBC en 2019 y 2020: "El bitcoin no produce nada. Puedes mirarlo durante todo el día y no van a salir pequeños bitcoins. Básicamente, es un engaño".
"Las criptomonedas no tienen ningún valor, lo que esperas es que alguien venga y te pague dinero por ellas en un tiempo para que esa persona sea la que tenga el problema".
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