Estábamos el otro día preparando la publicidad para una jornada que celebramos precisamente esta tarde, cuyo objeto es informar sobre alternativas rentables a depósitos y cuentas corrientes, cuando hete aquí que topamos con 'el algoritmo'.
Una parte del título habla de “rentabilidad sin riesgo” y es ahí donde topamos con la nueva censura: 'el algoritmo' de una red social (se dice el pecado pero no el pecador) consideró que no se podía hablar de “rentabilidad sin riesgo”. Y bloqueó automáticamente el anuncio.
Ni siquiera se fijó en que, justo después de los dos puntos, ponía “alternativas al depósito y a la cuenta corriente”. O no lo entendió, porque durante muchísimos años un depósito en un banco de primer nivel -y hasta 100.000 euros en cualquier banco desde que existe el Fondo de Garantía (FGD)– ha ofrecido rentabilidad positiva sin asumir riesgo.
Las comisiones 'a la española' se comen, no ya la poca rentabilidad del fondo, sino también el patrimonio del cliente
Y, más recientemente, las cuentas corrientes remuneradas. Los últimos años de rentabilidad cero en depósitos y cuentas son la excepción, no la regla. Pero 'el algoritmo' eso no lo sabe.
Peor todavía: hasta el que menos sabe de finanzas sabe que los fondos monetarios invertidos en deuda pública de economías desarrolladas llevan la friolera de 50 años ofreciendo rentabilidad positiva sin riesgo. Es solo muy recientemente que hemos entrado en un periodo de rentabilidad cero o incluso negativa. Y que durará cierto tiempo, es verdad, pero nada comparable a las décadas de rentabilidad positiva sin riesgo.
Es más: en muchos países existen productos de compañías de seguros que incluso a día de hoy ofrecen rentabilidad positiva sin riesgo de mercado. En Europa este tipo de ahorro ha tenido y tiene un peso enorme. Pero nadie se lo explicó al algoritmo.
Aparte de una mala programación histórica, otro problema de los algoritmos es que no entienden los matices. No es posible obtener una alta rentabilidad -o incluso mediana rentabilidad- sin riesgo, pero siempre ha existido la posibilidad de obtener una baja rentabilidad sin riesgo. O una baja rentabilidad con poco riesgo, que, en la práctica y a medio y largo plazo, es casi lo mismo.
A los fondos de renta fija de medio y largo plazo les queda un auténtico viacrucis
Aunque me encantaría escribir sobre qué sociedad es esta en la que un algoritmo decide lo que es cierto o lo que es falso -con base, además, en información limitada y a veces equivocada- mi trabajo consiste en asesorar a la gente a la hora de realizar sus inversiones, así que vamos a eliminar la confusión creada por el algoritmo. Veamos que, efectivamente, existen alternativas de nulo o bajo riesgo al depósito y la cuenta corriente, especialmente en inversiones planteadas a un plazo de entre uno y tres años.
He mencionado los productos de las compañías de seguros. No es fácil dar con ellos y en muchos casos llevan aparejadas condiciones sobre importes mínimos, etc. Pero existen. Y entre los fondos de inversión también hay alternativas de bajo riesgo, aunque el precio sea una baja rentabilidad. Pero no es cero ni negativa. No son fáciles de encontrar, porque bancos y gestoras españolas no se dan por enterados de que, con los bajos niveles de rentabilidad que ofrecen actualmente los activos conservadores, las comisiones 'a la española' se comen, no ya la poca rentabilidad del fondo, sino también el patrimonio del cliente.
Afortunadamente, y aunque la revolución de las comisiones aquí haya penetrado menos que en el resto del mundo, entre los fondos de inversión hay productos con comisiones muy bajas sin necesidad de invertir grandes importes. Incluidos los ETF, que, salvo para la hacienda española, son fondos de inversión en el mundo entero. De hecho, son fondos de tercera generación y también sirven para la inversión conservadora.
Muy importantes también los matices en relación con los fondos mixtos. Ahora que la banca presiona a sus clientes para que abandonen la cuenta corriente y compren fondos de la casa les ofrece fondos mixtos de renta fija. Pero en su mayoría no están en absoluto exentos de riesgo. Y, a veces, es muy elevado. Y no sólo por la parte invertida en renta variable. Imagínense un fondo que tenga el 70% de la cartera en renta fija y se trate de bonos de medio y largo plazo… ¡en pleno periodo de repunte de la inflación!
Los últimos años de rentabilidad cero en depósitos y cuentas son la excepción, no la regla
La buena noticia es que existen alternativas de bajo riesgo y rentabilidad positiva en los fondos mixtos, pero no en la oferta de 'brocha gorda' -el “mixto de renta fija de toda la vida”- que ofrecen la mayoría de las entidades bancarias. No, la solución está en trabajar en arquitectura abierta –para acceder a una oferta muy amplia y comisiones muy bajas– y en entender los matices, que en los fondos mixtos son muy importantes. Como los tonos de colores que utiliza un pintor y cuyas diferencias probablemente tampoco entienda 'el algoritmo'.
Finalmente, pero no menos importante, tener claro que los fondos de renta fija no son alternativa y que, de hecho, hay que buscarles sustitutos porque sus problemas solo acaban de empezar. Y es una tarea “para ayer”. Literalmente, porque las pérdidas relativamente moderadas que están ustedes viendo son solo el principio. Ahora es por el repunte de la inflación, pero luego llegará el tapering y posteriormente los bancos centrales cerrarán el grifo y dejarán de comprar bonos.
A los fondos de renta fija de medio y largo plazo les queda un auténtico viacrucis, lo que hace imperativo encontrar productos sustitutivos para las carteras conservadoras y para la parte conservadora de casi todas las carteras de fondos. Por cierto, si les interesa el tema y desean asistir al coloquio, tienen la información en nuestra web.
***Víctor Alvargonzález es asesor financiero independiente y socio fundador de Nextep Finance