Puede que la culpa sea de los bancos, de los asesores, de los gestores, de los directores de estrategia… De todos los que tratamos de aconsejar o decidir sobre cómo y en qué invertir el patrimonio de cada uno.
¿En qué momento hemos permitido entre todos que renta fija y "conservador" sean sinónimos en la mente de muchos? ¿En qué momento hicimos lo mismo con renta variable y "agresivo"? Como en casi todo, las cosas no son tan sencillas y siempre hay matices.
Teniendo hoy en la coctelera amenazas reales de inflación, unos tipos de interés en cero o por debajo y un agotamiento de las principales fuentes de rentabilidad, ¿podemos dejar que alguien siga pensando que la renta fija es para el perfil conservador en la actualidad?
Las últimas semanas (y en especial la pasada) hemos visto un repunte de la volatilidad en los mercados financieros. El índice de precios al consumo en EE.UU. reflejó una subida interanual no vista desde 2008 y los inversores más nerviosos decidieron que era buen momento para deshacer posiciones, tanto en acciones como en bonos. O, lo que es lo mismo, decidieron que no era buen momento para pensar en una subida interanual. Comparemos el ahora con la situación de un año atrás. ¿Cuánto gastábamos en gasolina? ¿Cuánto en salir a cenar? ¿Se nos iba la nómina en billetes de avión?
Sea como fuere, mayo está dejando caídas en los mercados financieros. El inicio del mes pilló a la renta variable con más de un +11% de rentabilidad desde comienzos de año y a la renta fija con un -2,80%.
¿Podemos dejar que alguien siga pensando que la renta fija es para el perfil conservador en la actualidad?
Después de estas semanas complicadas y de fuertes caídas, sobre todo, claro, en renta variable, ¿cómo están ahora estas clases de activos? Pues en más de un +11% de rentabilidad para la renta variable y con un -3,30% de rentabilidad para la renta fija. Es decir, la renta variable no se ha enterado y la renta fija ha cavado aún más su fosa.
Y lo complicado no es ese número puntual, sino las acciones que se pueden tomar en renta fija para enderezar la situación y quitarse de encima esta losa.
Pues, honestamente, ni ser muy selectivo con clases de activos de renta fija muy innovadoras (sería bueno entender cuánto "cabe" de eso en una cartera diversificada y de riesgo conservador), ni refugiarnos en high yield (¿no hay "cosas" con riesgos marginalmente más altos pero con un potencial de rentabilidad de varias veces?), ni decidir que los bonos convertibles vuelven a ser la panacea que permitirá cambiar la ratio riesgo/rentabilidad de una cartera diversificada.
Existe un riesgo cierto de perder dinero cada año durante los próximos ejercicios si seguimos aplicando únicamente renta fija para la gestión del patrimonio de inversores conservadores. Es tan sencillo como que son matemáticas. Y el resultado es negativo.
Hoy no es conservador estar invertido sólo en renta fija
De entre las principales clases de activo de renta fija, sólo los bonos corporativos de calidad high yield y los bonos de mercados emergentes (con volatilidades entre el 8% y el 10%) podrían arañar entre un +0,50% y un +1,50% de rentabilidad anual. El resto no llega al 0.
Por tanto, hoy no es conservador estar invertido sólo en renta fija. Y nuestros clientes sólo temen perder. Sobre todo, cuando llegan al horizonte temporal de su objetivo.
Si con la misma volatilidad esperada (riesgo) puedo unir algo de renta variable con posiciones de mercado monetario y gobiernos, estaré encontrando la fórmula para tener potencial de rentabilidad junto con anclas que mantengan la cartera en momentos puntuales de volatilidad.
***Gonzalo Pradas es director de Openbank Wealth