Invertir en pymes empresas que innovan
En 2020 se inició una carrera científica sin precedentes por la búsqueda de una vacuna para detener la pandemia de la Covid-19. Por todo el mundo se iniciaron investigaciones contrarreloj donde sectores como el de la tecnología desempeñaron un rol esencial contribuyendo de manera decisiva en la lucha contra el virus.
Estas aportaciones han tenido sus repercusiones y vemos como, a pesar de que se prevé que las compañías no alcancen sus niveles de actividad pre Covid en el futuro más inmediato, hay atisbos de recuperación económica en diversos sectores relacionados con la innovación.
De hecho, hay compañías que están evolucionando de manera muy positiva. Las que están más ligadas al ciclo se están beneficiando de la rotación que existe hacia los valores cíclicos, pero también hay empresas growth de calidad con un buen desempeño.
En este contexto, sería importante destacar el comportamiento de las pequeñas y medianas empresas, que detentan un poder cada vez mayor en la economía y de hecho constituyen un motor esencial en la creación de empleo. Solo en Estados Unidos representan el 64%. Asimismo, desde una perspectiva de rendimiento ajustado al riesgo, son más atractivas ya que dependen de la volatilidad del propio modelo de negocio, y poco de las noticias macro.
El universo de pequeñas y medianas empresas es el lugar de la innovación por excelencia, donde se crean nuevas tecnologías, nuevos modelos económicos en todos los sectores. Este es el punto clave para identificar empresas que ya no son conceptos industriales, que están presentes en buenos mercados con los productos adecuados y la gestión adecuada, y que se beneficiarán de fases de expansión y aceleración de su crecimiento.
Empresas en las que invertir y a las que podemos apoyar como inversores a largo plazo y de las que podemos beneficiarnos del valor creado a largo plazo.
En este entorno de mercado, las compañías que han descrito un mejor comportamiento son aquellas que se encuentran estrechamente ligadas a la digitalización.
La inversión en tecnología es clave ya que permite mejorar los procesos operativos de los márgenes, repercutiendo de manera directa en el crecimiento estructural y sostenible de la propia compañía. La capacidad de digitalización de las empresas les permite crecer y desarrollarse para pasar de ser un actor local a regional a la altura de sus homónimos europeos, hasta finalmente convertirse en un actor internacional.
La capacidad de digitalización de las empresas les permite crecer y desarrollarse
A priori podríamos pensar que Estados Unidos y Asia, en particular China, son los claros líderes en el ámbito de la innovación. No obstante, en Europa ya existen compañías con amplia experiencia y know how que pueden hacer frente a su hegemonía.
Existen claros ejemplos de empresas europeas que han pasado de ser un actor local a líder global en un segmento muy de nicho, como es el del diagnóstico, un sector que ha salido especialmente reforzado en este año de pandemia.
Básicamente, los datos digitales ahora están en todas partes, están en el corazón de la innovación en fábricas y almacenes, en todos los procesos de producción y ventas.
Optimizan el funcionamiento de los comercios online y son el centro del marketing digital, dirigiendo el deseo de los consumidores.
Están en el corazón de la movilidad conectada, del coche eléctrico y las redes de telecomunicaciones de nueva generación. Están en el centro de la enorme necesidad de potencia informática necesaria para la inteligencia artificial, que se está desarrollando a gran velocidad.
Los datos digitales también están más que nunca en el corazón de la innovación en el campo médico, donde se están convirtiendo en un elemento capital de todos los equipos de análisis y diagnóstico que ahora integran sensores, automatización y software.
Desde el punto de visto del inversor, a la hora de componer su cartera, es imprescindible analizar una serie de factores del propio modelo de negocio de la compañía, así como conocer en profundidad y tener una visión holística del ecosistema empresarial.
Sin lugar a dudas, la globalización constituye una pieza clave, pero el denominador común sigue siendo la capitalización de la creación de valor y buscar aquellas compañías que se sitúen dentro del denominado círculo virtuoso del crecimiento. Es decir, que no tengan como objetivos la repartición de dividendos, sino que los reinviertan en su propio crecimiento.
Así, nos encontramos en un entorno propicio y donde se pueden encontrar pequeñas y medianas empresas europeas que cuentan con un elevado potencial y aportan valora añadido a las carteras de los inversores.
*** Iván Díez es socio & director de LONVIA Capital.